¿Cómo puedo controlar mi enfado?
Enfadarse es algo frecuente e incluso podríamos decir que sano. Demuestra que somos capaces de reaccionar ante situaciones que percibimos como injustas, que tenemos la capacidad de defender nuestros derechos. Lo ideal sería tener un comportamiento asertivo (ya trataré de esto en otro post) y no tener la necesidad de llegar a enfadarnos, pero a veces las cosas suceden demasiado rápido o no hemos sido capaces de ser asertivos y reaccionamos directamente con el enfado.
Como explica Raymond Novaco, experto en psicología sobre el enfado (apareció en una entrevista en la Contra, pero ya no está disponible) :
La ira es un problema cuando es demasiado frecuente, intensa, rápida, duradera y se expresa violentamente. La ira es una emoción normal, pero necesita regularse. Además, en una intensidad elevada, la ira nunca es útil.
¿Lo es en algún caso?
La ira da energía al organismo, es una de sus funciones. En circunstancias difíciles puede ayudarnos a persistir, a no rendirnos. Y también tiene una función comunicativa.
[…]
No nos enfadamos sólo por lo que pasa, sino por el significado que le damos; y eso tiene que ver con el sistema cognitivo. Y en nuestra vida desarrollamos normas sobre cómo la gente debería comportarse y actuar.
[…]
No entender bien el mundo y la vida. La vida es corta, si te pasas el día enfadándote pierdes muchas situaciones de disfrute. Guarde su enfado para cosas importantes. La ira y el enfado consumen tus recursos. Hay que preguntarse a menudo: ¿mi carácter, mis enfados están interfiriendo con mis relaciones, mi salud, mi trabajo?
Está claro que la gracia, como decía Aristóteles, es enfadarse en el momento adecuado, con la persona adecuada y con la intensidad adecuada. Por tanto, ¿cómo podemos evitarlo en otra situaciones? :
– El clásico y efectivo contar hasta 10 (o más si es necesario). Es un modo de evitar una respuesta demasiado emocional (propia de la amígdala) y dar tiempo al córtex para elaborar una repuesta más atemperada. Es un entrenamiento en el control emocional.
– El entrenamiento en asertividad (queda pendiente para otro post)
– Tratar de cambiar la interpretación que le estamos dando al hecho, darnos cuenta de que no es más que un modo de ver el mundo pero puede haber otros.
– Crearse un anclaje en un momento de tranquilidad o bienestar al que podamos recurrir si sentimos que nos estamos enfadando.
– Respirar profundamente durante como mínimo 8 respiraciones. Focalizarnos en la respiración ayuda a disipar la tensión de la mente y del cuerpo.
– Entrenarse en técnicas de relajación que deberemos aplicar en el primer momento de notar el enfado.
– Practicar la meditación con el fin de aprender a ser más ecuánimes y a pasar a la posición del observador.
– Anticipar las consecuencias, es decir, el desgaste energético, la pérdida de tiempo y el malestar que nos causará el sentirnos iracundos. Pensar si merece la pena.
– Técnicas de distracción para conseguir poner el foco de atención en otra cosa (cada cual ha de encontrar las que le sean más útiles).
– Si es posible, salir a dar un paseo o hacer algo de ejercicio.
– Ver algo divertido o tratar de recordar una situación muy divertida.
Seguro que hay muchas otras maneras para hacerlo y si queréis podéis incluir las vuestras en los comentarios. Lo más importante es ser consciente de que la mayor parte de las veces, la persona más perjudicada por nuestro enfado somos nosotros mismos.
¿De qué manera controlas tus enfados? ¿O tal vez prefieres dejarte llevar por la ira?
Mertxe Pasamontes
Comments
Buenos días Mertxe:
Siempre va bien reflexionar sobre el enfadarse y todo lo que lo rodea. Comparto lo que dices para minimizar el enfado o incluso evitarlo. Aunque yo creo que lo fundamental es la interpretación que le demos a las cosas, los hechos .
Un saludo.
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A mi me gustaría añadir una cosa a todo lo que se ha dicho sobre “gestionar” el enfado y es tener confianza en el destino, es él el que pone las cosas en su sitio. Es decir, a quien nos ha hecho algo malo que nos ha hecho enfadar, tarde o temprano veremos como su mala acción le viene rebotada y seguramente multiplicada por dos, por tanto, si confiamos en eso, pocas energías más malgastaremos en enfadarnos.
Es muy importante reconocer cuando el enfado de uno está llegando más lejos de lo que se debe permitir y llegar a la ira. Es razonable e incluso saludable enfadarse de vez en cuando porque no siempre hay que tolerar las cosas y aunque la asertividad (artículo que espero con muchas ganas) es algo que todos deberíamos practicar es muy complicado.
De todas maneras creo que los TIPS que has dado para poner en práctica antes de enfadarse ya que hay muchas veces que si una de las dos personas le pone algo de paciencia o no contesta “en caliente” se pueden evitar discusiones que no llevan a nada y no son productivas.
.-= Ahora mismo, en el blog de PiRRa: Lista de personajes de Star Wars =-.
“El que se enoja, pierde”. Héctor Aguilar Camín en “La Conspiración de la Fortuna”. Me ha gustado tu post, Mertxe. Bien planteado y trabajado. Gracias.
Creo que te enfadas menos cuando (a lo largo de los años) entiendes mejor el entorno (familiar) en el que te encuentras y, tras mucho reflexionar, aprendes a relativizar tu propia relación con ese escenario dentro del cual te mueves. En mi caso, he buscado bajar todo lo posible el nivel de “estrés” o tensión diaria, lo cual hace más fácil reducir la frecuencia y el tamaño de los enfados.
El enfado, mmmmm. Hoy, miro hacia atrás y recuerdo que era muy “enojon”, me enfadaba por todo. Ha pasado el tiempo y he cambiado, miro los hechos y situaciones adversas mucho mas tranquilo. Que provoco el cambio….no estoy muy claro pero creo que la necesidad de estar y sentirme mas tranquilo…..y mucho mas…..Saludos desde Chile