La meta es el camino
En diversas ocasiones he hablado en este Blog de la utilidad de tener objetivos que nos guíen en nuestro camino, que marquen un lugar hacia donde dirigirnos, que nos orienten de algún modo. Incluso he explicado cuáles son los puntos a considerar para tener éxito en el logro de un objetivo. Los objetivos también responden a menudo a la difícil pregunta de para qué sirven tus actos, al hecho de encontrar un sentido o finalidad a lo que hacemos. Son un modo bastante efectivo de que no nos suceda lo que decía Séneca de que “cuando no sabemos a qué puerto nos dirigimos, todos los vientos son desfavorables” y correr el riesgo de ir por ahí sin rumbo fijo, dando tumbos.
El problema no es pues tener objetivos. Tener objetivos sería práctico, útil e incluso deseable. El problema es estar secuestrados por nuestros objetivos y ser esclavos de los resultados. Incluso diría más, el problema está en creer que nuestra valía personal se mide en el hecho de si conseguimos el objetivo propuesto o no. Y creerme si os digo que para muchas personas es así y se consideran a si mismas poco exitosas o fracasadas por no haber conseguido lo que se habían propuesto. A veces los objetivos no se consiguen por causas externas ajenas a nuestra voluntad, incluso por mala suerte. Otras porque aunque nos creíamos que estaban bien formulados, en realidad no lo estaban y hubo factores que no tuvimos en cuenta. En cualquier caso, no debería ser un motivo para que nos sintamos fracasados. Uno de los aprendizajes más importantes que tenemos que hacer en esta vida es aprender a equivocarnos, sacar la enseñanza que podamos de ello y seguir adelante. Sin error no hay aprendizaje.
También puede suceder que con el tiempo, algo que nos interesaba deja de interesarnos. Así de sencillo. Simplemente cambiamos de opinión. En un momento determinado de nuestra vida pensamos que algo nos gusta o lo querríamos conseguir y más tarde nos damos cuenta que no. Pondré un ejemplo. Una persona escoge una carrera y la termina. Vamos a poner que ha estudiado Derecho (aunque podría ser cualquier otra, es sólo a modo ilustrativo). Cuando empieza a ejercer se da cuenta de que no le gusta. Algo asustada intenta tocar varias áreas del ejercicio del Derecho, pero sin mejores resultados. Sigue sin gustarle. Se hace totalmente consciente de que se equivocó de profesión, de que no supo anticipar como sería el ejercicio de la profesión, de que utilizó criterios equivocados. Ante esto tiene varias opciones. Una es no asumir el error y convencerse de que es una profesión que acabará gustándole y que solo es cuestión de tiempo. Puede que lo consiga, pero también es posible que un día, a los 85 años, en su lecho de muerte, mire hacia atrás y diga: toda la vida haciendo de abogado y en realidad hubiera preferido dedicarme a X….
Otra opción es asumir el coste del error. Entender que tomaste una decisión errónea pero que eso no te obliga a apechugar el resto de tu vida con esa decisión. Seguro que estudiar esa carrera (o lo que sea que constituya el error) te ha dado aprendizajes útiles para tu vida y además lo más importante, te ha ayudado a caminar. Porque como decía Machado: Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Estás a tiempo de hacer otras cosas. Tienes el resto de tu vida para rectificar y cambiar de opción y no tener que arrepentirte de haberte aferrado a algo que no te gustaba cuando ya estés en tu lecho de muerte. Para eso, obviamente, has de tener un mapa mental flexible.
Porque la meta es el camino. Los objetivos son ese punto de orientación que nos ponemos para saber hacia dónde dirigir nuestros pasos. Pero la verdadera meta es caminar, moverse, hacer que pasen cosas. Porque en ese movimiento es en donde nos vamos descubriendo a nosotros mismos, donde experimentamos, donde podemos acabar encontrándonos de verdad con nuestro verdadero ser. Y cuando hablo de movimiento no quiero decir que tengamos que estar haciendo cosas continuamente. A veces hay que pararse y reflexionar para seguir el camino en otro momento, tal vez en otra dirección. Y así paso a paso construimos nuestra vida y los resultados no son ya un final a donde llegar, sino una parte más de ese camino que nos ayuda a saber hacia donde dirigir el próximo paso. Sin que el paso anterior nos ate ni nos oblige. Caminando en libertad y disfrutando del aquí y ahora. Como dijo Kavafis:
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
¿Necesitas a toda costa conseguir tus objetivos? ¿Puedes cambiar de rumbo a mitad de camino?
Si quieres escuchar el post en formato podcast aquí lo tienes:
Mertxe Pasamontes
Comments
Como siempre muy motivador, ¡Gracias Mertxe!
De todos lo puntos que has tocado en tu blog, este es uno de con los que más identificado me encuentro.
Mertxe, me encantó especialmente esta parte: “Pero la verdadera meta es caminar, moverse, hacer que pasen cosas. Porque en ese movimiento es en donde nos vamos descubriendo a nosotros mismos, donde experimentamos, donde podemos acabar encontrándonos de verdad con nuestro verdadero ser”.
Me parece muy claro como lo explicas. Yo, con tu permiso, añadiría que en el camino te van apareciendo obstáculos, vías secundarias, bifurcaciones, compañeros de viaje, sorpresas, desafíos, que son, precisamente, los catalizadores que te hacen ir cambiando. Nadie nace sabiendo, ni teniendo las cosas 100% claras. Afortunadamente, mientras estamos vivos y caminamos, todos tenemos la posibilidad de ir aprendiendo y expandiendo nuestra mente y nuestra posibilidad de ser. Y eso es vivir.
Besos
.-= Ahora mismo, en el blog de Paula: ¿Argentinos = boludos? =-.
Mertxe: En primer lugar gracias por compartir tus ideas.
Y sólo asentir a la par que leo tu texto de hoy. E intentar recordar otra cita de Séneca: “Cabalgar, viajar y cambiar de lugar recrean el ánimo”.
Seamos dinámicos, replanteemos objetivos, redefinamos trayectorias… con permiso : Seamos gerundio.
Gracias
Magnifico post, ojalá muchos lo leyeran pues, literalmente, viven secuestrados por sus objetivos aderezados por dosis enormes de individualidad y competición.
.-= Ahora mismo, en el blog de runner48: Valor…3 historias… =-.
Absolutamente identificada porque aquí ando yo, un día me dí media vuelta y aunque no es fácil y mucho menos entendido por mi entorno, estoy feliz, con mucho camino por delante, luchando mucho, pero…. LIBRE!!
No me arrepiento de nada, aunque pudiera tener más dinero y prestigio, no sería consecuente conmigo, hubiera vivido pensando en esta otra vida, así que un día decidí que dejara de ser “esa otra vida” y apostar por ella, por lo que yo quería de verdad, la vida es corta para perder el tiempo en hacer cosas que no te llenan, ésta es mi auténtica vida, éste es mi camino. Y aunque las cosas se torcieran y tuviera que abandonarlo el trecho ya recorrido me ha merecido la pena.
Lo recomiendo sin dudar, aunque no es ni mucho menos un camino de rosas, y evidentemente muuuchas circunstancias externas influyen (y mucho), de veras merece la pena, es como viajar sin equipaje, a paso ligero y con muchas ganas.
Un saludo a todos
Hola,
Enhorabuena a Mertxe por el post y al resto por los interesantes comentarios. Aquí no hay tu tía. Como bien afirmas Mertxe, el camino es la clave, la trayectoria, el presente y los objetivos la dirección. Como dice E. Punset: “La felicidad está en la antesala de la felicidad”, es decir, en el camino. Y me gustaría añadir una cita de A. Jodorowski, en línea con el caso del abogado: “Permítete cambiar cuantas veces necesites a lo largo de la vida”.
Saludos a todos y gracias por las aportaciones.:-)
Hemos olvidado que nuestra única meta es vivir y que vivir lo hacemos cada día y que en todas las horas de la jornada alcanzamos nuestra verdadera meta si vivimos… Los días son frutos y nuestro papel es comerlos.
GIONO, Jean
La meta es partir.
UNGARETTI, Giusepp
Hola Mertxe:
Sobre esto, querría contarte una experiencia que me ocurre cada verano cuando me hago una kilometrada importante en bicicleta para hacer turismo.
La gente cuando me pregunta a dónde voy (sobre todo cuando todavía estoy lejos) me suelta epítetos y expresiones que van desde algunos relacionados con atributos sexuales a dudas sobre mi estado de salud mental.
Bien, todas esa incredulidad o asombro por mi ruta se debe a que ellos solo piensan en la meta y no en el camino. Yo disfruto de cada kilómetro (a veces no tanto) y no me centro en el objetivo final, porque si no, seguramente desistiría. El fin es una razón para disfrutar del entre tanto.
Un saludo.
es motivante las palabras que escribe, debido a que uno como hombre muchas veces solo se fija en los objetivos de hacer esto o aquello y se olvida lo importante que es disfrutar el camino que se recorre para llegar a ellos, y esto toma todo ambito de nuestras vidas. Aun con mis actuales 35 años creo que aun sigo aprendiendo el disfrutar del camino mas que el objetivo alcanzado.
gracias por tus palabras saludos desde Chile.