Entender la ansiedad
Dado que los problemas de ansiedad son algo con lo que me encuentro frecuentemente en mi práctica clínica he pensado que podría ser útil aclarar algunos conceptos sobre el tema y así entender la ansiedad. Para empezar daré una breve definición. Usaré la que he encontrado en la wikipedia, ya que me parece más clara y concisa que la de mis manuales de psicología clínica.
La ansiedad (del latín anxietas, ‘angustia, aflicción’) es una respuesta emocional o conjunto de respuestas que engloba: aspectos subjetivos o cognitivos de carácter displacentero, aspectos corporales o fisiológicos caracterizados por un alto grado de activación del sistema periférico, aspectos observables o motores que suelen implicar comportamientos poco ajustados y escasamente adaptativos
La ansiedad es hasta cierto punto una condición normal cuya aparición es comprensible y quizás incluso de esperar como respuesta a situaciones excepcionales. Pero una vez esas circunstancias hubieran pasado o se hubieran atenuado la ansiedad debería desaparecer. La ansiedad es un mecanismo que nos ha permitido la supervivencia al activar respuestas de lucha y huida ante situaciones de peligro. Nos activa también para buscar alimento o hacer frente a situaciones inesperadas de la vida cotidiana. Por tanto sería erróneo decir que sentir ansiedad es algo negativo, ya que sin ella sería difícil nuestra supervivencia.
El problema es cuando esa ansiedad aparece de manera muy intensa, o muy repetida o de modo desmesurado para el estímulo que la provoca. En esos casos de desproporción es cuando decimos que estamos ante una ansiedad patológica. Y eso no es normal y debe tratarse. Encuentro personas que llevan tantos años padeciendo ansiedad que ya les parece algo normal, creen que ese es el modo natural de vivir. El problema es que ese estado de ansiedad constante provoca otros problemas tanto psíquicos como físicos, al encontrarse el cuerpo en un estado de alerta constante.
Normalmente se divide la ansiedad patológica en dos grandes categorías:
– ansiedad generalizada: es un estado de ansiedad general, de intensidad moderada pero que la persona presenta de manera continua.
– ansiedad aguda: es un episodio de ansiedad intensa, que puede acabar en un ataque de pánico. Cualquier persona puede presentar un ataque de pánico en algún momento de su vida, pero cuando sucede con cierta frecuencia se considera patológico.
– Ansiedad postraumática: es la que sucede como consecuencia de un estresor vital importante, en la que ha habido riesgo para la vida o para la integridad física o psíquica de la persona.
Los síntomas de la ansiedad son muy variados y suelen clasificarse en tres grandes grupos: fisiológicos, cognitivos y conductuales. Para saber si padeces alguno de esos síntomas puedes leer aquí la clasificación de Hamilton y si quieres puedes realizar un pequeño test orientativo. De modo orietnativo los síntomas más frecuentes son: taquicardias, sensación de ahogo, molestias digestivas o intestinales, mareos, insomnio, dolores de cabeza, tensión muscular, fatiga, dificultades para concentrarse, irritabilidad, aprensión, cambios de humor…
Es obvio que la ansiedad cuando es patológica, requiere de tratamiento. Dejada a su antojo no suele mejorar y tiene tendencia a cronificarse. Y vivir con una ansiedad crónica no es agradable, te lo puedo garantizar. Los tratamientos son eficaces, aunque hay que ser constante en su seguimiento y aplicar las técnicas. Pero sinceramente creo que merece la pena el esfuerzo por sentirse mejor y más feliz.
¿Crees que padeces algún tipo de ansiedad? ¿has hecho algo para solucionarla?
Mertxe Pasamontes
Comments
En los momentos de ansiedad, no tratéis de razonar, pues vuestro razonamiento se volverá contra vosotros mismos; es mejor que intentéis hacer esas elevaciones y flexiones de brazos que se enseñan ahora en todas las escuelas; el resultado os asombrará. Así, el profesor de filosofía os envía al de gimnasia, o mejor aún al psicoterapeuta.
Alain (1868-1951) Filósofo y ensayista francés.
Yo solía padecer ataques de pánico y creo que comprender qué es lo que pasa dentro de nosotros es crucial para comenzar a perderle el temor, personalmente lo veo como el primer paso. El siguiente paso, y en esto concuerdo con la autora de Venciendo tu Ansiedad, es conocer la ansiedad propia, porque este trastorno suele variar mucho de persona a persona. Es muy importante, como dices, buscar un tratamiento, pues no se va por sí sola.