¿Qué hacer si has tomado una decisión equivocada?

A veces, aunque tratemos de evitarlo, nos encontramos con que hemos tomado una decisión equivocada. Podemos tardar más o menos en reconocerlo pues a veces nuestro mecanismo de la disonancia cognitiva (recomiendo leer el post para entender bien el término) pretende hacernos creer que en realidad no estamos errados. La disonancia cognitiva es un mecanismo mental por el que tendemos a producir relaciones consonantes con nuestras creencias y a evitar la disonancia. Vamos a poner un ejemplo muy simple e intrascendente. Teníamos un par de opciones vacacionales y nos hemos decantado por un crucero. Una vez en el barco, no nos parece tan divertido como pensábamos, pero dado que es difícil abandonar un crucero, tenemos que quedarnos. Podemos decidir que ya que estamos en él, vamos a tratar de disfrutar lo máximo que podamos, pero siendo conscientes de que no era una buena opción. O podemos, autoconvencernos que en realidad no está tan mal, que es muy cómodo, que se come bien, etc… Si en un caso así de poca trascendencia podemos llegar al autoengaño imaginaros la dificultad si el error es nuestra carrera, o trabajo, o pareja. 😉
Ya he hablado en otros post de que el coste del error nos empuja a seguir en situaciones no deseadas, en las que sí podemos bajar del barco, por esa sensación de pérdida que conllevan. Si ya hemos pasado dos o tres años estudiando una carrera nos parece que dejarla aunque sepamos que en realidad no nos gusta, es tirar el tiempo invertido. Pero no nos paramos a pensar que acabarla es seguir desperdiciando el tiempo que podríamos utilizar en hacer otras cosas.
Por eso, si nos encontramos ante una situación que se deriva de un error, lo mejor es tomar una pausa y reflexionar. El mismo ejercicio que proponía para Cómo tomar la mejor decisión podemos utilizarlo para «sentir» si estamos en el camino correcto. Si no lo estamos, la evidencia será palpable. Una vez hecho esto hay varios pasos a seguir (dependerán de la gravedad de la situación, obviamente):
– Asumir que ha sido un error y aceptar que a veces, nos equivocamos. No culpabilizarnos por ello, ya que eso sólo nos llevará al bloqueo, sino tratar de sacar el aprendizaje de ese error.
– Elaborar un plan de acción. No esperes ni un día para empezar a pensar en cómo vas a salir del entuerto en que te has metido. Postergar el plan de acción puede llegar a inmovilizarte ante la dificultad del cambio.
– Dar el primer paso de nuestro plan. Una vez que empezamos una vía de acción, el cerebro se moviliza en esa dirección. Y además evitamos de nuevo quedarnos paralizados si hay «mucho que arreglar».
– Buscar un apoyo externo. Puede ser un amigo, un familiar, un profesional (psicólogo, coach, mentor…)….quién tu quieras pero alguien que no esté directamente implicado en la situación. Te servirá en momentos de duda o debilidad y puede ayudarte a ver alternativas.
– Intentar detener el diálogo interno negativo. Es posible que haya momentos en que se te haga una montaña al pensar en todo lo que vas a tener que cambiar, pero darle vueltas a las dificultades no te allanará el camino.
– Recordar, cuando tengas dudas, dónde te llevará la actual situación en unos años si no la cambias, si no haces nada.
Como dice Otto Kernberg, psiquiatra, psicoanalista e investigador en una entrevista: Crecemos cuando nos damos cuenta de la responsabilidad que tenemos en lo que nos sucede y cambiamos nuestra actitud, aprendemos del pasado. Hay que tener presente que la vida no trata de cuantas veces caemos, sino de cuantas veces somos capaces de levantarnos. (siento no poner de quién es la cita, pero se ha repetido tanto que no encuentro la referencia)
Así que ¿estás preparado?¿eres capaz de arreglar tus errores o prefieres ir tirando?
Mertxe Pasamontes
Comments
Hola Mertxe,
Coincido contigo en todo lo que comentas que hay que poner en marcha cuando uno se da cuenta de que se ha equivocado.
Pero saber que uno está equivocado es mucho más complicado de lo que parece, ya que aparte de la falta de objetividad (por la disonancia), hay otras dificultades más de fondo.
La fundamental de todas, es ¿Cómo saber cual es la «verdad» que buscamos de los objetivos de nuestra vida?
Está claro, que dicha verdad dependerá del interior de cada uno, y además influida por condicionantes circunstanciales en cada momento. Un día me puede parecer una cosa y otro día otra.
Además los seres humanos funcionamos de manera comparativa. Es decir todo es relativo, yo consideraré que me he equivocado de vida, carrera, pareja… si considero que hay algo «mejor» a lo que pueda aspirar, si no lo hay, lo bueno es lo que tengo. Es por ello que es difícil, cuando no tienes esa otra alternativa para evaluar (ya que no es más que una mera posibilidad), pensar que hay algo mejor.
.-= Ahora mismo, en el blog de Fernando: Un País para Comérselo =-.
Así es Fernando, muchas veces se hace difícil saber cuál es la decisión correcta o esta cambia a lo largo de la vida. Pero eso no quita que en ocasiones sabemos que en un determinado momento esa decisión ya no da más de si y que es hora de cambiar de rumbo….
Mertxe,excelente reflexión la que nos facilitas , acompañada de buena documentación, para retomar el camino cuando nos hemos «perdido»
Un saludo
.-= Ahora mismo, en el blog de Sara Cobos: Observar- Imitar una forma de Enseñar =-.
Gracias Sara, me alegro que la consideres de utilidad!
Hola Merche,
Te felicito por el trabajo que estás haciendo con tu blog.
Si no me equivoco, la cita es de Jesucristo.
Un saludo,
J.V.C
http://novmarketing.wordpress.com
Enhorabuena Mertxe, tus palabras siempre son sabias.
Sinembargo, no es posibel que al advertir el error, nos sintamos tan afligidos que ya perdamos la fuerza para buscar una solución?
un abrazo.
Hola Aly
Si que es posible que nos podamos sentir afligidos pero esto no debe paralizarnos demasiado tiempo pues la aflicción se alarga más tiempo del necesario.
Hola Mertxe,
Siempre me gustan tus posts pero este me ha encantado especialmente.:-)
Para mi el verdadero problema surge con las personas, equivocarse con las cosas es una cuestión de tiempo, dinero o ambas, pero solo eso.
Tomo el ejemplo del crucero, vale me he equivocado y reculo ¿cuánto? depende… intentar ela mal tiempo buena cara y disfrutar lo que se pueda, irme ipso facto en la próxima escala, que no vuelva a coger un crucero en mi vida. Si es un tema aislado (no del tipo, todas mis vacaciones son una mierda y la culpa de todo la tiene yoko ono, ya me entiendes)
Pero en las relaciones equivocarse o acertar es una construcción a medias, ¿me dejo llevar por el instinto? ¿el problema es de fondo o de formas? ¿cómo lo construimos? y ahí voy a cada uno de tus post que ilustran mucho.
Gracias y un abrazo
Es así Patricia, hay cosas más fáciles pues es un error que se puede resolver más o menos fácil. Pero hay otras que implican mucho más. Pero si llegado un punto de nuestras vidas, esa decisión ya no es válida, siempre será mejor rectificar que permanecer en algo que ya no va con nosotros.
Me ha gustado mucho el artículo. Además trata de un tema que a la larga nos define más como nosotros mismos. Saludos.