¿Tienes miedo a ser vulnerable?
Ser vulnerable
Hace un tiempo publiqué un post acerca de Si te atreves a abrir tu corazón, que posiblemente haya quedado relegado al olvido porque son temas que no están de moda. No obstante hoy quiero profundizar un poco más en ese tema de la conexión emocional, pero desde otra vertiente. Esa vertiente es la de atreverse a sentirse vulnerable, a que los demás vean tu supuesta debilidad, ya que sólo desde ese sentimiento, desde ese lugar de apertura, es posible abrir realmente tu corazón. Y abrir tu corazón, no es más que abrirte a la vida y conectar con los demás.
Las investigaciones de Brene Brown
Pero me gustaría no basar estas ideas sólo en pensamientos y experiencias propias, sino aprovechar también las interesantes investigaciones llevadas a cabo por Brene Brown y que ella misma narra en una charla del TED . Brene Brown empezó a investigar en cómo y cuánto las personas se sienten conectadas con los demás. Porque como ya he dicho en otras ocasiones, estamos programados para ser sociales, para estar con otros seres humanos y relacionarnos. La primera cosa que observó en su estudio es que para poder conectar hay que ser uno mismo. Hay que atreverse a mostrase tal como eres. Para poder conectar realmente tienes que ser auténtico y genuino , porque la impostura se acaba notando. El primer problema que Brown encontró para que se produzca esa conexión es la vergüenza. Se define la vergüenza en este contexto como ese temor que todos tenemos en mayor o menor medida a que si los demás saben cómo somos realmente, no nos van a aceptar, vamos a sentirnos rechazados. Elaboramos pues una máscara, un personaje que presentarle a los demás. Brown, que como ella misma reconoce es una persona tremendamente racional, decidió investigar esa vergüenza para poderla «desmontar» y sistematizar.
La investigación le llevó seis años y miles de entrevistas y entonces Brown se dio cuenta de que había dos grupos de personas: los que tenían un sentimiento interno de dignidad y de pertenencia y los que no se sentían dignos de pertenecer, de ser aceptados por los demás. La diferencia fundamental era que los primeros se sentían merecedores de pertenecer y de recibir el amor de los demás y los segundos no (creencia limitadora). Así de sorprendente. Esas persona tenían además coraje, definido como explicar la historia de quién tu eres desde el corazón. Podían aceptar sus imperfecciones y la vulnerabilidad que se produce cuando desde ti mismo, con todo tu ser, te entregas a la conexión con los demás.
Seguramente podríamos relacionar las investigaciones de Brown con la teoría del apego y llegar a la conclusión de que el primer tipo de personas, los que se sentían merecedores, tenían un apego seguro. Los otros tendrían uno de los tipos de apego inseguro: ansioso o evitativo. Este segundo caso suele requerir apoyo terapéutico para poder llegar a una mejoría sólida y profunda.
La vulnerabilidad
La vulnerabilidad, la ternura, la capacidad de dar amor son esas cualidades que empiezan cuando dejamos de controlar y aceptamos que sólo desde ahí, desde ese lugar en el que todas las emociones son posibles, es desde donde se establece la verdadera conexión con los demás. El problema, es que muchos de nosotros, desde niños hemos aprendido que ser vulnerable es ser débil. Que si los demás detectan esa «debilidad» pueden lastimarte. Que sólo los fuertes sobreviven. Que hay que ser «lo más perfecto posible«. Que es más importante lo que haces o lo que tienes, que quién eres. Y así, paso a paso, vamos ocultando bajo una gruesa capa (consumo, comida, adicciones, tensión, estrés, medicamentos, enfermedades, etc..), nuestra parte más sensible, nuestro yo más preciado.
El gran problema, es que cuando ocultas esa parte, cuando renuncias a sentir las emociones que «no te gustan», las que «te gustan» se resienten. La vida es un todo y somos nosotros los que juzgamos aquello que nos pasa como bueno o como malo. Cuando dejas de juzgar y simplemente sientes, empiezas a vivir. Y cuando empiezas a vivir desde ese Yo auténtico y vulnerable, tu conexión con los demás cambia de manera radical. Las relaciones fluyen de otra manera. Se convierten en un dar y recibir inmenso, ya no hay barreras ni muros tras los que ocultarse. Cuando amas, lo haces con todo tu ser. Cuando lloras, lo sientes y lo expresas sin contención. Y entonces, aunque en ocasiones el dolor pueda ser grande (que no tiene porqué ser sufrimiento), el resto también se transforma y la dicha de vivir se vuelve intensa y vibrante.
Como puede leerse en El Principito de Saint- Exúpery:
No se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos […]. Sólo los niños saben lo que buscan. Los ojos están ciegos […]es esencial buscar con el corazón.
Por eso te pregunto: ¿Tienes miedo a ser vulnerable? ¿Asumes el riesgo de vivir plenamente o lo haces a medio gas?
Si quieres escuchar el post en formato podcast aquí lo tienes:
Mertxe Pasamontes
Comments
Siempre he sido muy fuerte y decidida, pero ahora me siento vulnerable. Hace 8 meses lo dejé todo por vivir una aventura de la que no me arrepiento.No ha salido bien y he vuelto, no tengo mucho… ni trabajo, ni casa, ni dinero …
En ese mismo momento abrí un blog personal para ir escribiendo mis vivencias … y me he dado cuenta que me resulta muy fácil hablar de lo positivo, de todo lo feliz que me he sentido … pero cuando he estado mal, triste, derrotada … no he sido capaz de exteriorizarlo…
Otra cosa que me planteo, es que si me muestro vulnerable en mi blog …. creo que me costará encontrar trabajo … lamentablemente ser vulnerable «no vende». Estoy convendida que me han descartado en alguna oferta de trabajo porque en algún momento he dejado abrir mi corazón.
Gracias Mertxe por tus post, no me piedo ninguno !!!
Anna
Yo aprendí a mostrarme vulnerable cuando adquirí seguridad en mi misma y entendí además que el precio de agradar a todo el mundo es perder la identidad.
Y con el tiempo aprendí también, que hay que tener una vulnerabilidad selectiva, es decir, abrirse con quien valga la pena. Lo otro es tirar margaritas a los cerdos.
En las relaciones de pareja, de familia, con amigos me parece muy saludable mostrarse vulnerables. Te permite conectar porque dejas al otro entrar en tu vida. Le abres la puerta al otro. Y lo mismo, a la inversa. Cuando el otro te abre sus puertas mostrándose vulnerable, conectas porque te invita a entrar en su mundo y sus miedos e imperfecciones, lejos de verlas como defectos lo que hacen es inspirarte ternura.
Besossss
Como todos los seres humanos yo también somos vulnerable pero de nada te sirve decirlo a los demás con mis años he ido aprendiendo de la vida y esta termina demostrando que mejor vas
de dura por ella, tampoco te van hacer mucho caso, lo que si estoy totalmente de acuerdo que necesitamos de los demás y mucho mas de que llegamos a creer, sin personas con la que poder hablar reír y estar no somos nada de nada.
Ojala no se necesitara nadie y se fuese feliz, yo soy de las necesito estar con gente todos los días y por ejemplo los domingos que casi no hablo me siento fatal.
Hola Merche,
Siempre comentas aquí. Me gustan tus comentarios. Es como encontrarse a tomar el té en un espacio virtual. Esperaba que dijeras algo. Me encanta tu naturalidad.
Que los sepas, tienes una fan a la que legusta leer tus comentarios 😉
Besos
PD. de la otra Mertxe, la dueña del espacio tb soy fan…
Hola Paula
Estuve casi todo el día fuera, trabajando….
Ahora releía los comentarios. Los había leído deprisa desde el móvil y me gusta volverlos a leer, saboreándolos. Para mí son parte esencial de los post. A veces puede ser un único comentario, pero que me da el feedback de que el mensaje ha llegado y otra persona ha recogido el testigo. Es mágico. Doy gracias a que podamos disfrutar de esta época, del intercambio, de irnos conociendo a través de la palabra. Porque la palabra sincera, del corazón, es también el lenguaje del alma.
Y estoy de acuerdo contigo, hay que aprender dónde ser vulnerable y dónde no serlo. Pero también permitirse serlo aunque te equivoques….al final sales ganando.
Un abrazo
Aceptar nuestra vulnerabilidad en lugar de tratar de ocultarla es la mejor manera de adaptarse a la realidad.
David Viscott (1938-1996) Psiquiatra y escritor estadounidense.
Vulnerabilidad, fragilidad, debilidad… estaría bien acotar el campo semántico de estas palabras.
La vulnerabilidad es emoción, como la fragilidad, etc.. Las emociones no se definen con palabras, eso es sólo producto de la mente, cuando se sienten, sabes que se sienten.
Creo que uno es vulnerable cuando pierde el rumbo o el terreno es movedizo; cuando uno sabe para dónde va los detalles se disfrutan, incluso cuando hay «problemas» porque se superan facilmente, y eso es triunfar así el otro tenga la razón, así uno se equivoque o no sea «inteligente»; reirse de uno mismo es buena cosa para todos. Además, no hay tiempo para perder en tonterias…
Es más, cuando el faro está prendido lo vulnerable es divertido, una excelente carta de presentación… le da pie a uno de mostrar sus «debilidades», una forma de engrandecer sus fortalezas; lo dicho, se convierte en un juego.
Pero si no hay un norte, lo mejor es callarse y ser tremendamente selectivo, porque no se sabe el abusivo que tengamos en frente.
Así que ser vulnerable o no depende de las circunstancias. No tener el rumbo claro, ese – para mi – es el verdadero problema, es como el agua estancada donde el alma muere en los «detalles».
Pero una razón de ser lo cura todo.
Naturalmente que soy consciente de que soy vulnerable, lo contrario sería estúpido y lleva a equivocarse… pero he aprendido a ser fuerte dentro de mi debilidad, porque la conozco la puedo superar…
Para los que me conocen, me tienen por un ser de acero, pero no me conocen bien, es como el miedo, que lo tengo, pero aprendí a “comérmelo” como los toreos, que sienten el miedo pero lo dominan.
Siempre, y ahora con mi blog, soy yo en estado puro, con mis debilidades, mis contradicciones y mis temores y he logrado vivir feliz unas cuantas décadas ya…
Un saludo de Avalon
Hola.
Estoy un poco preocupada con el tema de la vulnerabilidad y he llegado aquí. Ser vulnerable es algo que me aterra cada vez más hasta el punto que empieza a ser algo enfermizo y me impide hacer mi vida con normalidad. Y realmente no sé que hacer, porque parece que estoy en punto muerto.
Lo ultimo que he notado es que ya me provoca ansiedad incluso sentirme vulnerable delante de mi pareja, cosa que antes no sucedía. Me he ido cerrando con la gente en general pero con mi pareja, que es la persona con la que más comoda me siento, siempre he podido desahogarme sin pudor acerca de todo lo que me preocupaba o me sucedía. Y ya ni eso. Y no quiero ser así pero siento un miedo atroz al no tener el control de la situación.
Siempre he tenido complejos y muchas inseguridades. La diferencia es que antes, cuando era niña y adolescente podía expresarme sin miedo. Era un poco cursi, pero no me avergonzaba serlo.
Poco a poco entendí que cuanto menos me expusiera más tenía a mi favor: para integrarme, para caer bien, para defenderme. Actualmente puedo hablar de algunos de mis defectos superficiales con mayor naturalidad que antes, pero soy incapaz de mostrar lo que guardo dentro. Dejé de contarle a mis amigas, por ejemplo, si estaba mal o había discutido con mi pareja, creo que por miedo a que eso incrementara la magnitud del problema, dejé de tener muestras de cariño con mis amigos, decirles q les valoras o que les quieres, abrazarles o darles un beso, y poco a poco soy menos yo con mi novio, que es una persona totalmente normal, socialmente hablando. Le digo que le quiero, cosas bonitas y le cuento cuando estoy mal, pero intento no ser empalagosa en público (aunque estoy muy orgullosa de él), no le escribo cartas sensibles como cuando eramos adolescentes (y creedme que le quiero incluso más que antes) por miedo a encontrarmelas en un futuro,ni me expongo tanto como antes cuando le cuento algo que me hace estar mal. Cuando la gente me cuenta algo muy personal, aunque tengamos una confianza aceptable, me siento incomoda. Cuando encuentro cartas o documentos (cartas o dedicatorias con amigas o pareja) cada vez me dan mas ganas de destruirlos para que nadie lo vea y pueda entrar en mi coraza.
Me aterra hacer el ridiculo. Caerme de boca en mitad de la calle, hacer algo fuera de lo normal y que la gente piense cosas negativas, pero luego sé llevar bien algunas criticas (por ejemplo cuando me dicen que no soy lo suficientemente buena en algo importante para mi, me jode, pero tampoco me hunde a no ser q esa persona sea importante)
Apenas bebo alcohol y cuando salgo no me dejo llevar como la gente de mi edad solo para poder despertarme al dia siguiente con la certeza de que he tenido el control de la situación todo el rato y que no he sido vulnerable. Esto es algo muy importante ya que sufro mucha angustia el dia despues de una fiesta, sobre todo si he hecho cosas totalmente normales como bailar, hacer bromas, participar en una conversación… Suelo pensar Oh dios mio, como bailaba! Que verguenza tierra tragame, y me aterra que alguien me diga algo ya sea para burlarse o felicitarme, y el 99 por ciento de las veces, como es obvio, a la gente le daba igual que bailara o cantara o que les abrazara y no me estaba juzgando por ello.
No hubiera podido decir todo esto cara a cara.
No sé si es normal este cambio tan drástico.
Quisiera saber que hacer para tener la suficiente confianza en mí misma para no analizar todo lo que digo o hago y las consecuencias que eso va a tener y poder ser una persona con una vida normal, que pueda tener una conversación y punto.
Gracias y siento la parrafada.