¿Cooperas o compites?
El juego del Dilema del prisionero se enmarca dentro de la teoría de juegos, que fue formulado originalmente por Luce Y Raiffa (1957) y ha sido objeto de múltiples investigaciones dentro del mundo de la psicología social.
En esencia podríamos decir que a los participantes se les presenta la siguiente situación:
La policía arresta a dos sospechosos que son llevados en custodios separados. el fiscal está seguro de que son culpables de un cierto crimen cometido, pero no cuenta con pruebas suficientes para establecer su culpabilidad en un proceso judicial. Tras haberlos separado, se les visita a cada uno y se les ofrece el mismo trato. Si uno confiesa y su cómplice no, el cómplice será condenado a la pena total, diez años, y el primero será liberado. Si uno calla y el cómplice confiesa, el primero recibirá esa pena y será el cómplice quien salga libre. Si ambos confiesan, ambos serán condenados a seis años. Si ambos lo niegan, todo lo que podrán hacer será encerrarlos durante seis meses por un cargo menor, ya que no cuentan con pruebas suficientes para condenarlos por el delito mayor. Si vemos las opciones en un cuadro quedarían de la siguiente manera:
Tú confiesas | Tú lo niegas | |
---|---|---|
Él confiesa | Ambos son condenados a 6 años. | Él sale libre; tú eres condenado a 10 años |
Él lo niega | Él es condenado a 10 años; tú sales libre | Ambos son condenados a 6 meses. |
Antes de continuar imagínate que estás en esa situación y piensa cuál sería tu decisión. Seguramente se te plantearan dudas como por ejemplo si el otro detenido es amigo tuyo, si no lo es, si le conoces bien, etc. Si es así plantea cuál sería tu decisión en las diferentes situaciones.
En resumen, lo que se estudia con este juego es si los individuos eligen la cooperación o la competencia. ¿Qué has elegido tú?
Desde el punto de vista de los acusados la elección de no confesar es la cooperativa, en esta cada persona demuestra que confía en el otro y en el hecho de que no va intentar sacar partido de la situación declarando contra su cómplice, aunque sabe que si el otro lo hace será uno mismo el que pague las consecuencias. La opción de confesar es en realidad la competitiva y el que lo hace procura mejorar su circunstancia propia traicionando a su compañero, pero corre el riesgo de que el otro haga lo mismo y ambos reciban una sentencia dura (para seguir el razonamiento mirar el cuadro).
También se ha visto en otros estudios que la cooperación se ve facilitada si los jugadores pueden comunicarse entre sí, estableciendo de esta manera un lazo de confianza mutua y coordinando sus respectivas estrategias (Witcman 1972). Sería lo que en negociación se conoce como la estrategia de ganar- ganar, que es en realidad la estrategia cooperativa.
Si os habéis fijado en la fecha de los estudios que he citado os daréis cuenta de que no estoy hablando de nada novedoso, ni de nada que se haya descubierto en los últimos cinco años. Estoy hablando de teorías probadas experimentalmente algunas hace más de 30 años. Por eso no deja de sorprenderme lo poco que hemos evolucionado moralmente al leer en la Contra de hoy, la entrevista que le hacen Amin Maalouf, escrito, en la que comenta cosas como ésta:
No es tanto la fórmula mágica como el modo de plantearlo que propone: mapa sobre la mesa ¡todo a la vez, todos a la vez y ya!
¿Sin hojas de ruta, condiciones, pasos previos, etapas…?
Ese ha sido el gran error hasta ahora: fijar condiciones previas, porque ¿Qué ofreces a quienes se benefician de la actual situación a cambio de que renuncien o modifiquen algo, por ejemplo los asentamientos? ¿Qué les das a cambio?
¿. ..?
Nada y nadie hace nada por nada. Por eso tiene que haber una solución de golpe que integre a todos en ella y pactada en conjunto; que ofrezca a todos toda la paz para siempre a cambio de concesiones ahora.
De alguna manera lo que propone el Maalouf para el conflicto del Oriente Medio es una solución cooperativa, en la que todos los actores estén presentes y entiendan que para ganar, han de ganar todos y eso supone renunciar a su vez todos ellos en alguna medida.
Dejando de lado situaciones tan complejas como esta, pensemos todos en ejemplos mucho más próximos, en cuantas situaciones estamos optando realmente por una estrategia cooperativa. Muchas veces parece que el que siente que tiene más posibilidades de ganar elige la estrategia competitiva aún a riesgo de equivocarse y aunque esté demostrado que a la larga la cooperativa es la más provechosa para todos. Porque aunque a día de hoy la estrategia competitiva sea la mejor para ti nadie te asegura que lo siga siendo en el día de mañana. Y viendo las situaciones y acciones que nos han llevado a la crisis económica se demuestra que la estrategia competitiva sigue estando en la mente de muchos como la que realmente funciona, aunque sea obvio que es una visión totalmente cortoplacista.
¿Qué estrategia has elegido tú en el juego? ¿Después de leer esta entrada cual elegirías?
Mertxe Pasamontes
Comments
Hola Metxe. Hay una variante en la teoria de juegos llamada El dilema del prisionero iterado (fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Dilema_del_prisionero ).
Es el mismo juego desde un punto de vista evolutivo (como la vida misma, se me ocurre también el cuento de que viene el lobo… 🙂 ).
Cito, ya que creo que es muy interesante:
” Robert Axelrod, en su libro La evolución de la cooperación: el dilema del prisionero y la teoría de juegos (1984), estudió una extensión al escenario clásico del dilema del prisionero que denominó dilema del prisionero iterado (DPI). Aquí, los participantes deben escoger una y otra vez su estrategia mutua, y tienen memoria de sus encuentros previos. Axelrod invitó a colegas académicos de todo el mundo a idear estrategias automatizadas para competir en un torneo de DPI. Los programas que participaron variaban ampliamente en la complejidad del algoritmo: hostilidad inicial, capacidad de perdón y similares.
Axelrod descubrió que cuando se repiten estos encuentros durante un largo periodo de tiempo con muchos jugadores, cada uno con distintas estrategias, las estrategias “egoístas” tendían a ser peores a largo plazo, mientras que las estrategias “altruistas” eran mejores, juzgándolas únicamente con respecto al interés propio . Usó esto para mostrar un posible mecanismo que explicase lo que antes había sido un difícil punto en la teoría de la evolución: ¿cómo puede evolucionar un comportamiento altruista desde mecanismos puramente egoístas en la selección natural?
Se descubrió que la mejor estrategia determinista era “tit for tat” (“Donde las dan, las toman”), que fue desarrollada y presentada en el torneo por Anatol Rapoport. Era el más simple de todos los programas presentados, conteniendo únicamente cuatro líneas de BASIC, y fue el que ganó el concurso. La estrategia consiste simplemente en cooperar en la primera iteración del juego, y después de eso elegir lo que tu oponente eligió la ronda anterior. Una estrategia ligeramente mejor es “tit for tat con capacidad de perdón”. Cuando tu oponente deserta, en la siguiente ronda cooperas a veces de todos modos con él con una pequeña probabilidad (del 1% al 5%). Esto permite la recuperación ocasional de quedarse encerrado en un círculo de deserciones. La probabilidad exacta depende de la alineación de los oponentes. “tit for tat con capacidad de perdón” es la mejor estrategia cuando se introducen problemas de comunicación en el juego. Esto significa que a veces tu jugada se transmite incorrectamente a tu oponente: tú cooperas pero tu oponente cree que has desertado.”
Saludos
Hola Mertxe,
Esto me recuerda mucho el juego del “rojo y el negro”, que mi coach Esteban Pinotti nos hizo en grupo durante mi curso.
La verdad es que el resultado fué totalmente sorprendente…
¿Conoces ese ejercicio?
Nos causó una catarsis brutal a todo el grupo, y nos dió algo para reflexionar de camino a acsa y durante toda la noche…
🙂
Un saludo, y sigue aportando estos valiosos contenidos al mundo. Un poquito más de consciencia nunca hace daño.
@Alejandro_Amo
Se me ocurre que la cooperación que se aborda en esta entrada se ha “pervertido”.
Pensando en los diversos ámbitos en que me muevo, podría parecer que, como individuos en sociedad, cooperamos, en general… Tanto, que damos lugar al “pensamiento único” (a veces comentado en este blog).
Pero en realidad el individualismo, el egocentrismo y la egoistitis aguda constituyen una plaga invisible pero palpable. ¿No os parece?
EL juego que plantea ha sido ampliamente estudiado por los especialistas en teoría de juegos. La referencia de Axelrold, citada en otro comentario, es una de las muchas excelentes sobre este tema.
Un aspecto interesante es que muy poca gente de entre los que conoce el ‘dilema del prisionero’ conoce que la estrategia ‘tit-for-tat’ es la más efectiva. Por lo tanto, es menos probable que la apliquen de modo consciente.
Otro dato interesante, aunque no he localizado la referencia, es que la respuesta al ‘dilema del prisionero’ tiene muchas influencias culturales. En los países sajones los oponentes/cooperantes llegan antes y más frecuentemente al estado estable de cooperación que los países latinos.
Algo manifiestamente coherente con el comportamiento de los principales partidos políticos de nuestros alrededores.
Saludos cordiales
Me has recordado al gran Cipolla en su tratado sobre la estupidez humana, “Allegro ma non troppo”. Claro que el lo expone con cierta crudeza, como ilustra el gráfico: http://mentiraspiadosas.bitacoras.com/images/estupidez.jpg
Soy Psicóloga como tú, y con todo mi respeto profesional (por supuesto que te mereces) me sigue pareciendo “peligroso” utilizar estos juegos o dinámicas para evaluar las conductas o posibles conductas de un individiduo. Y utilzarlos en procesos de selección ya me parece aberrante. Estos juegos me recuerdan al método (aunque aquí lo que se busca o premia es la cooperación no la competencia). La última moda es la entrevista por competencias, hasta estos juegos o dinámicas grupales se han quedado anticuados. esta profesión necesita de verdad un análisis. A veces nosostros mismos tenemos parte de responsabilidad de la mala fama que tenemos. Un saludo.
Hola Mertxe,
Una pregunta respecto al juego que propones. ¿Es lícito pensar en una estrategia cooperativa para que ambos sean castigados con tan solo 6 meses cuando hablamos de un cierto crimen? ¿No estamos primando el engaño a la justicia sobre lo que debería ser justo?
Gracias,
Oscar.
Hola Mertxe,
En el esquema planteado se omite un detalle que para la simulación no parece importante, pero al extrapolar conclusiones a la vida real sí puede serlo, y es la carga emocional de saberse inocente, o en el caso de negociaciones como las que comentas, de “tener la razón” (asumo que este factor en Oriente Próximo puede pesar mucho).
No sé, me parece relativamente fácil que un sujeto acepte una probabilidad mayor de un castigo físico también mayor que traicionar los propios principios, que supondría una probabilidad menor de pagar un castigo físico también menor pero acompañada de una factura emocional segura y casi infinita. En ese caso podría parecer que la elección del sujeto es incoherente por poco beneficiosa, pero en realidad el sujeto estaría apostando por su alternativa más rentable.
Entiendo que éste puede ser uno de esos factores culturales a los que se refiere ruizdequerol…
Muchas gracias por la oportunidad de comentar y un saludo muy cordial,
Jaime
Gracias por la respuesta Mertxe.
Aún así, y perdona que insista con el tema, ¿ha de medirse la actitud cooperativa o competitiva situando al ser humano al borde de un crimen? ¿No hay maneras más humanas de llegar a las mismas conclusiones sin tener que pedir a los participantes que se abstraigan del concepto bien/mal? ¿Hasta qué punto la actitud de cooperación/competición es sana si se mide con un crimen de por medio? No sé, me parece tan poco humano…
Gracias de nuevo!
PD. Interesantes temas!