Vivir bien con dolor crónico
Vivir con dolor crónico es una de las experiencias peores a las que nos podemos enfrentar. Todos nos hemos enfrentado alguna vez con un dolor agudo, como un dolor de muelas o un dolor de cabeza. Se pasa mal, pero en un tiempo breve desaparece. El problema del dolor crónico es que con diversos grados de intensidad está casi siempre ahí presente, en todos los momentos de tu vida. Os hablo por experiencia propia, ya que sufro hace años de Fátiga Crónica la cual me ha provocado cansancio y dolores frecuentes, además de otra sintomatología diversa. La aplicación de las técnicas que os comentaré me ha permitido una gran mejoría y unos niveles de funcionamiento casi normales. Podemos definir el dolor es «una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a una lesión tisular real o potencial o que se describe en términos de tal daño». Si consideramos el sistema nervioso como un amplificador de las sensaciones dolorosas podemos decir que cuando desarrollas dolor crónico es como si hubieses subido a tope el dial de ese amplificador. Hay una historia llamada Las dos flechas, que se atribuye a Buda y que Vidyamala Burch explica en su libro Vivir bien con el dolor y la enfermedad que nos lleva a distinguir entre dolor y sufrimiento:
Primero aparece la experiencia del dolor, las sensaciones desagradables básicas, lo que el Buda llamaba «la primera flecha» y yo he denominado sufrimiento primario. Luego viene la respuesta, cargada de aversión, resistencia y resentimiento, al sufrimiento. A continuación, tratas de escapar del sufrimiento recurriendo a estrategias compulsivas de distracción y evitación. Pero todos esos intentos de escapar del dolor desembocan paradójicamente en un estado perturbado hasta que, finalmente, te ves atado o encadenado al sufrimiento y el estrés, que acaba dominando tu vida y obsesionando tu mente. Esto es lo que el Buda denominaba «segunda flecha» y yo he bautizado como sufrimiento secundario.
El trabajo terapéutico no está encaminado a que desaparezca el dolor, pues eso no está en nuestra mano como psicólogos, sino a que desaparezca el sufrimiento. El proceso de vivir bien con el dolor aplicando mindfulness y otras técnicas, es un aprendizaje para que puedas vivir lo mejor posible a pesar de tener un dolor constante. También se aplican técnicas de hipnosis para enseñar a tu cerebro a no seguir reaccionando al estímulo una vez este ha desaparecido. Se ha descubierto que una vez ha habido un dolor intenso y prolongado en el tiempo muchas veces el cerebro mantiene la activación dolorosa a pesar de que el daño real ha desparecido. La hipnosis y otras técnicas, pueden ayudarte a desactivar esa señal de alarma que ya no tiene sentido.
Para manejar el dolor crónico es preciso:
- Con el mindfulness aprendes a reconocer que existen sensaciones corporales que no se pueden controlar y a abandonar los intentos de control que no son eficaces.
- Te das cuenta de que hay limitaciones en la capacidad corporal que obligan a restringir la vida, y que has de aprender que se puede seguir luchando por lo que te importa, aunque sea de forma más limitada.
- También has de ser capaz de analizar hasta que punto la pérdida de contacto social y los problemas familiares y laborales que existen se deben al estado emocional, es decir la segunda flecha, ocasionado por el dolor crónico, o a las limitaciones físicas que este conlleva. Si ya existe un límite, no te pongas tú otro.
- Con la hipnosis y otras técnicas, permites a tu cerebro ir cambiando los circuitos activados que ya no son válidos.
Estos tratamientos que te ofrezco de Vivir bien con el dolor, y de resultados extraordinarios, se pueden realizar de manera individual o en formato de grupo. Ambas son maneras eficaces de realizar este aprendizaje y tener una mejor y mayor calidad de vida. Si eres constante y comprometido también puedes hacerlo individual vía online, de manera igualmente eficiente. La idea es que no te conformes con menos de lo que eres capaz, no aceptes más limitaciones de las estrictamente inevitables. Puedo ayudarte a mejorar mucho y no hacerlo es perderte una gran oportunidad de experimentar un mayor bienestar y felicidad en tu día a día. ¿Padeces algún dolor crónico? ¿Te gustaría experimentar una mejora en tu calidad de vida?