Ser feliz no es tan difícil
Puedes que el título del post te haya sorprendido, pero la realidad es que ser feliz no es tan difícil. Lo que pasa es que los seres humanos tenemos una increíble facilidad para complicar las cosas. Y también para crearnos expectativas irracionales y desmedidas. Trataré de irlo explicando por partes.
Concepto de felicidad
Lo primero que conviene revisar es el concepto de felicidad. Una definición de la felicidad es: Estado de ánimo de la persona que se siente plenamente satisfecha por gozar de lo que desea o por disfrutar de algo bueno. Esta definición ya nos da algunas pistas de qué significa ser feliz. De un lado, momentos en que gozas porque has conseguido algo que deseabas. Como cuando consigues un nuevo trabajo que anhelabas, o la persona que te gusta te pide una cita, o te compras o te regalan algo que te hacía mucha ilusión. O cuando realizas un viaje que te apetecía o vives una experiencia que tenías muchas ganas de realizar. Son momentos de intensa satisfacción por la consecución de una meta.
En algunos casos puedes ser más intensos y duraderos, como tener un hijo o casarse, pero muchos de los momentos de felicidad son más sencillos y cotidianos. Ese es uno de los aspectos a tener en cuenta, que ser feliz está muy ligado a la actitud con la que te tomas la vida. Y a cómo disfrutas del día a día. Porque uno de los errores que solemos cometer y que nos llevan a no sentir esa sensación de gozo es ligar la felicidad sólo a los grandes momentos, a cuando se consigue una meta importante. Y olvidarnos de todos esos momentos de satisfacción cotidiana, quizás podríamos llamarlos de microfelicidad o de estar contento.
Momentos de felicidad
Momentos de esos hay multitud en el día a día lo que pasa es que la mayoría de veces no reparamos en ellos. Una manera de darte más cuenta de esos instantes que se te escapan es revisar por la noche todo lo que has hecho en un día y ser consciente de en cuantos momentos te sentiste bien. Podría ser un repaso tipo esto: cuando besé a mi pareja y le deseé buenos días, en el momento que abracé a mis gatos por la mañana, cuando saboreé el desayuno, cuando hice mi práctica de yoga y meditación, al sentir el agua en la piel durante la ducha, con ese cliente que descubrió algo interesante en la sesión, cuando miré el azul del cielo, comiendo el postre de la comida, en el rato que pude descansar después de comer, al acabar la jornada y ver que había cumplido con mis objetivos, cuando me entretuve un rato viendo una serie, con el libro que leí en la cama, antes de cerrar los ojos y ver que había pasado otro día viva. Podrías incluso reforzar alguno de esos momentos anotando tres cosas de las que estar de verdad agradecido. Anotar eso te hace estar más en contacto con una sensación de abundancia y menos con una de escasez.
Vivir el momento
Al realizar un repaso aprendes a identificar esos momentos y facilitas el hecho de darte cuenta de ellos cuando los estás viviendo. Es aprender poco a poco a estar en un estado mindful, de atención plena. Porque es muy difícil ser feliz si no vives el presente, si tu mente está continuamente vagando del pasado al futuro. Y desarrollar esa habilidad requiere ganas y tiempo de práctica. Requiere un entrenamiento porque no nos han enseñado a vivir así. Y porque en muchas ocasiones nos vamos del presente por miedo a sufrir. Tememos enfrentarnos a los malos momentos y entonces nos dedicamos a montarnos estrategias para no sentir lo que está pasando en cada momento. El problema de eso es que nos estamos perdiendo todos esos momentos de microfelicidad.
Alinearte con tus valores
¿Y qué pasa cuando lo que estás viviendo no es lo que querrías vivir? En ocasiones, lo que sucede es que nos toca vivir algo que no querríamos como un despido o una enfermedad. Eso pasa por un trabajo distinto, que es el de la aceptación y que excede el contenido de este post.
Pero muy a menudo es que no estás viviendo en consonancia con tus valores, tal vez porque no siquiera tienes muy claro cuáles son o cómo están priorizados. Es algo que trabajo frecuentemente en los procesos de coaching y que ayuda a tomar mejores decisiones y a ser más feliz con ello.
No te estoy diciendo con este post que si no eres feliz es porque no quieres. Sólo pretendo que te hagas consciente de que a veces descuidas los momentos de felicidad cotidianos, que te olvidas de vivir en el presente y que quizás no disfrutas porque no estás en consonancia contigo mismo. Y que todos esos aspectos se pueden trabajar y mejorar. Solo si te ves capaz, o con ayuda de herramientas como la psicoterapia y el coaching. Porque ser feliz no es una obligación, pero debería serlo. Aunque solo sea por todas esas personas que querrían pero realmente no tienen opciones o no pueden. Si tenemos la ocasión, es un regalo demasiado grande para desperdiciarlo por no saber cómo hacerlo o por tener la cabeza puesta en el lugar equivocado. Date la oportunidad de ser feliz.
¿Te consideras una persona feliz? ¿Qué cosas haces para serlo?
Libros recomendados:
Alegría: la felicidad que surge del interior Osho
El poder del ahora de Eckahrt Tolle (espiritualidad)
El dios de las pequeñas cosas de Arundhati Roi (literatura)
Mertxe Pasamontes
Comments
Uno de los momentos más felices, sin lugar a dudas, es cuando regresando del trabajo saco a pasear a mi perro. Verlo tan feliz al verme y al salir 30 minutos conmigo, me hace recordar esos pequeños momentos que a veces no valoro lo suficiente. ¡Gracias Mertxe!
Los animales son de lo mejor que nos puede pasar. Puro instinto sin dobleces. Gracias por compartirlo Juan Carlos.
uno de mis momentos mas feliz es cuando veo a mis bebes jugando, también me hace feliz ver mi gato jugando con una pelota, gracias por tu articulo.
Muy buena esta página me gusta por su buen contenido
Muy buena esta página se la recomiendo por su buen contenido gracias