Aceptando el dolor
Se habla frecuentemente del pensamiento positivo y realmente creo que es algo muy útil y a tener en cuenta en muchos momentos. Pero no debemos olvidar que en la vida también hay dolor, momentos de sufrimiento. Parece casi un tabú hablar en nuestra sociedad de eso, pero es una realidad que en algún momento nos tocará pasarlo mal.
Y cuando eso sucede, lo peor que podemos hacer es tratar de evitarlo, hacer como que no pasa, negarlo. Los grandes maestros dicen que “no evites el dolor, pues al pasar por él acabarás trascendiéndolo“. El dolor mental o emocional es en realidad el apego a conceptos falsos, es el empeño en creer que las cosas han de ser como nosotros queremos y no como son en realidad. En esa lucha contra la realidad, gastaremos mucha energía y es una batalla perdida de antemano. Cuando en cambio, lo aceptamos como parte de la vida, como una lección más que nos toca aprender, como un mensaje del Universo, o de nuestro cuerpo, o de nuestra mente, o de nuestras relaciones con los demás, está empezando la curación.
Como siempre repetimos, los hechos son los que son, lo único que podemos cambiar es el modo en que nos lo tomamos. Como dice la frase budista: el dolor es inevitable, el sufrimiento opcional. Y si hacemos eso podemos llegar a conseguir un estado de felicidad interna, un estado de felicidad más allá de las circunstancias, intrínseco al hecho de estar vivos y a la aceptación de lo que nos depara la vida como parte de nuestro camino de aprendizaje. Mientras seguimos aprendiendo, estamos vivos.
¿Te niegas a aceptar las situaciones dolorosas de tu vida? ¿Crees que son dolorosas en si mismas o lo son por el modo en que te las tomas?¿Qué puedes aprender de ellas?
Mertxe Pasamontes
Comments
A lo que te resistes ,persiste.
¡MIRÁ EL CIELO!
Buscó al anciano en todas partes y finalmente lo descubrió cerca del río. Éste estaba tumbado y como en éxtasis mirando al cielo.
“¿Qué haces?” – le preguntó preocupado el muchacho.
“Observo la naturaleza” – repicó el viejo. “Siento el sol, escucho el agua y veo las nubes”.
“¿Y por qué haces esto?” – quiso saber el muchacho.
“Porque es la mejor manera de eliminar el polvo interior” – fue la respuesta.
“Me temo que no lo entiendo” – dijo el muchacho.
El hombre se levantó, respiró profundamente y declaró:
“Cada ser humano lleva dentro de sí una gran sabiduría, pero nadie encuentra este viejo tesoro ya que está cubierto por montañas de sufrimiento. Pero cuando uno aprende a eliminar los escombros de la aflicción y del dolor, las nieblas se levantan y se puede ver cómo brilla el tesoro de la luz del sol eterno. Las heladas lágrimas de la vida desaparecen y la sabiduría y la bienaventuranza despertarán”.
Después de callar por unos instantes instó al muchacho:
“¡Mira al cielo! ¿Puedes ver el sol?”
“No,” – repuso el muchacho – “no veo más que nubes”.
“¿Y dónde está el sol?” – insistió el viejo.
“Está detrás del las nubes” – fue la respuesta.
Entonces el viejo explicó:
“Incluso cuando las nubes ocultan el sol, no son capaces de retener su luz y calor. Considera ahora a las nubes como los escombros y al sol como la sabiduría”.
CHAO-HSUI-CHEN, EN El MAESTRO
Estoy -en buena medida- de acuerdo con el post, pero también creo tener fundamento para pensar (y creer) que la aceptación puede ser un arma de doble filo. O tal vez se requiere mas destreza para gestionarla, acotarla y establecer su alcance (de la aceptación). Mi percepción es que si nos metemos a ello, a implementar la aceptación, es posible cometer el error de hacer una victoria de la aceptación de la derrota e instalarnos en esa aceptación como medio de evitar el dolor. O tal vez eso no es aceptación?
.-= Ahora mismo, en el blog de jaime: A partir de hoy, Red y Libertad =-.
Es difícil responder Jaime. La aceptación que hacemos es del dolor, pues es inevitable, pero no del sufrimiento. El sufrimiento es esa carga extra que le ponemos a una situación que de por si ya es dolorosa y esa es la parte que podemos evitar. No podemos evitar la situación, no podemos evitar que duela, pero hay que dejarla pasar y aceptarla. No se si me he explicado mejor o aún se entiende menos.
Para mi el dolor nos ayuda a crecer, a madurar, no creo que haya crecimiento sin dolor, ahora bien, como dices, si nos quedamos en el sufrimiento, entonces es todo lo contrario, en vez de crecer o madurar, te estancas y retrocedes