Cambiar cuesta esfuerzo aunque te hayan vendido lo contrario
Qué tiene qué ver la Neurociencia con el cambio
Que cambiar cuesta esfuerzo es un hecho por mucho que miles de cursos y libros de autoayuda traten de venderte lo contrario. Y que haya tantos libros en cierta manera lo confirma, si fuera fácil bastarían 3 ó 4 de ellos. Y ese hecho no tiene que ver con que tú tengas poca voluntad, o no tengas interés o seas un vago. Porqué aunque son cosas que pueden estar influyendo tiene que ver básicamente con la configuración de tu cerebro.
Durante el pasado fin de semana estuve en un seminario sobre Neurociencias y Humanidades organizado por Joan Campàs consultor de la UOC. En el seminario se hizo un repaso exhaustivo (y lo que no dio tiempo de explicar ahí está en un libro completísimo) sobre los últimos avances que la neurociencia ha hecho en el conocimiento del funcionamiento del cerebro. Es una ciencia joven, como lo es aún más su hermana la epigenética. Pero son las disciplinas que pueden darnos conocimientos más prometedores en esa última frontera que es el cerebro.
La primera conclusión del seminario es que huyas de todo aquello que lleva delante la palabra “neuro” sin una base científica, es decir, sin una Bibliografía amplia y seria, es decir con base científica, en donde se sustente ese conocimiento. No se puede coger un solo articulo científico y en base a eso hacer un curso de Neuroventas, o Neuroseducción o Neuropolítica. Porque no es más que un adorno para vender más. No se sostiene por ningún lado, es una extrapolación incorrecta de unos datos aislados.
Conceptos básicos sobre cómo funciona nuestro cerebro
Dicho esto, hay multitud de estudios muy serios y bien fundamentados que están empezando a permitir comprender cómo funcionan determinadas partes del cerebro. Y cómo esas partes influyen en nuestra conducta. Y ahí es dónde podemos empezar a trabajar con ello para entender y a partir de ahí generar cambios. Porqué cambiar cuesta esfuerzo pero puede hacerse. No te voy a hacer una lista exhaustiva de todo lo que ya se sabe porqué necesitaría dedicar todo el blog a ello, pero si que te han de quedar claro algunos conceptos básicos:
- Nuestro cerebro está diseñado para vivir en un ambiente que ya no existe. En ese ambiente de millones de años atrás era fundamental sobrevivir y pasar nuestro genes a la siguiente generación. La esperanza de vida era de unos 40 años, con suerte. Tenemos pues 40 años de vida redundante, como diría Punset.
- Se vivía en pleno contacto con la naturaleza y en comunidades relativamente pequeñas. Los estímulos externos eran tremendamente inferiores a los actuales y la complejidad de las relaciones sociales también.
- Las prioridades de nuestro cerebro son: tener el mínimo gasto de energía, la búsqueda de alimento, búsqueda de pareja fértil y estar en homeostasis interna. Los requerimientos de la sociedad actual son bastante más complejos que eso, a pesar que esas configuraciones básicas siguen existiendo en nuestro cerebro.
- Se calcula que hay unos 50 billones de conexiones neuronales, por lo que no hay dos cerebros iguales ergo no hay dos personas iguales.
- No hay dualidad cuerpo y mente, ambas forman parte de una unidad. No se puede entender una parte sin la otra.
- Somos seres básicamente emocionales, sin emoción no podemos decidir. Pero la racionalidad es un filtro a la emoción que nos ayuda, bien usado, a tomar buenas decisiones.
- La genética de cada cerebro es diferente y predispone a ciertas actitudes y comportamientos. Es importante pensar eso, que la genética predispone pero no dispone. Que un gen se manifieste o no tiene que ver con multitud de factores tanto internos del propio organismo como externos.
Cambiar cuesta esfuerzo
Todo esto explica porqué es difícil cambiar ya que tenemos estructuras grabadas a fuego en nuestro cerebro tanto por la genética como por las experiencias tempranas. Cambiar eso puede suponer un enorme esfuerzo. Pero afortunadamente existe la epigénetica que nos dice:
La epigenética reinterpreta conceptos conocidos y desvela nuevos mecanismos mediante los cuales la información contenida en el ADN de cada individuo es traducida. Concepto a concepto, se está descifrando un nuevo lenguaje del genoma e introduciendo la noción de que nuestras propias experiencias pueden marcar nuestro material genético de una forma hasta ahora desconocida, y que estas marcas pueden ser transmitidas a generaciones futuras.
Es una ciencia que está aún “en pañales” y en la que poco se puede afirmar rotundamente. Sólo que es posible el cambio. Para saber que cambios son posibles hay que apoyarse de momento en estudios experimentales de la psicología, estudios de caso y en la experiencia clínica. Porque como te he dicho los genes predisponen pero no determinan. Y un sólo gen no es suficiente para determinar un comportamiento.
Pero para hacer esos cambios te lo has de proponer en serio. Has de acudir a un profesional (yo te puedo ofrecer mis servicios) que te guíe de verdad. No te dejes engatusar con cantos de sirena que no llevan a ninguna parte. Y dale tiempo, porque esos cambios tardaron en crearse y tardarán un tiempo en generarse los nuevos circuitos que posibiliten nuevos comportamientos. Pero una vez los generes serás un poco más libre. Estarás más cerca de lo que de verdad quieres ser en esta vida. Y por tanto, más cerca de alcanzar ese bienestar que tanto ansías. Uno de esos caminos y que cada vez cuenta con más evidencia experimental es el Mindfulness. No te pierdas si estás en Barcelona el curso de Introducción al Mindfulness que empiezo los viernes a partir de octubre. Te encantará y te abrirá a una nueva dimensión de tu mente y de tus emociones.
¿Estás dispuesto a cambiar aquello que te hace infeliz?
Mertxe Pasamontes