El viaje como transformación personal
Cuando decidimos unir Psicología y Viajes no estábamos en realidad inventando nada nuevo, aunque sí uniendo de nuevo los hilos de una tradición algo perdida por el turismo de masas. La idea del viaje como transformación personal está de algún modo en nuestro inconsciente colectivo, tal como lo estudiaron autores como Carl Jung y Joseph Campbell. Podemos encontrar la idea del Viaje en los orígenes culturales de la Civilización Occidental, siendo ejemplo de ello los poemas homéricos de la Odisea y de la Ilíada. En la Odisea, Ulises debe viajar desde Troya hasta su casa familiar en Ítaca, viaje que le llevará más de diez años y todo tipo de dificultades, peligros y aventuras. De alguna manera el viaje adquiere un significado misterioso e iniciático y da pie a una tradición o mito que llega hasta nuestro días sobre el viaje iniciático, ese en que el protagonista va a descubrirse a sí mismo.
Es un tema que después se repetirá una y otra vez en la literatura europea, y en donde siempre se da ese doble componente, el del viaje exterior, en el espacio y el tiempo, que de alguna manera canaliza y ayuda a que se produzca el viaje interior, el autodescubrimiento. Podemos encontrarlo en múltiples casos como: El libro de Perceval de Chrétien de Troyes, el Quijote de Cervantes, los libros de aventuras de Julio Verne, Donde viven los monstruos de Sendak o Sin noticias de Gurb de Eduardo Mendoza. Y ya en tiempos recientes encontramos el mismo tema en muchos libros del género de autoayuda que usan el viaje para explicar la transformación del personaje. En el cine también aparece el género del Viaje, en las conocidas como Road Movies (películas de carretera) en que de nuevo los protagonistas cambian a lo largo del viaje, con mayor o menor fortuna.
Y sin ser viajes en el sentido físico del término, la idea de la transformación personal forma parte del mito universal que Campbell explicó como el Viaje del Héroe, en que es la propia transformación personal a través de una serie de etapas y pruebas, a las que el “héroe” se enfrenta, la que da la dimensión metafórica de Viaje a ese proceso de cambio. Esta estructura en la que el héroe siente la llamada y tiene que enfrentarse a duras pruebas, normalmente con la ayuda de un mentor, es una de las estructuras más usadas en novelas y películas, algunas tan conocidas como la saga de Star Wars o Matrix. Pero si analizáis un poco las etapas del Viaje del Héroe, podréis reconocerlo en multitud de obras de ficción.
Por tanto, la idea de viaje como transformación personal interior es algo que llevamos impregnado casi en nuestro ADN y no nos resulta ajena. Es algo que nos toca de una manera especial, que nos hace vibrar con la posibilidad de vernos transformados, de encontrar nuestro lugar en el mundo, nuestra misión. Por eso nuestra idea de hacer Viajes Interiores tiene para nosotras un significado muy especial, pues es entroncar con nuestra historia, tanto la personal, como la cultural, como la emocional y entrar de lleno en nuestro inconsciente permitiendo que se expandan todas las posibilidades. Y porque de alguna manera, nuestro propio proceso de transformación, también ha sido nuestro particular Viaje del héroe. Ojalá sea también el vuestro.
¿Ya has iniciado tu viaje?
Mertxe Pasamontes
Comments
Un post precioso, especialmente para los que nos dedicamos a “leer” la narrativa audiovisual en toda su plenitud.
Personalmente, he tenido la oportunidad de profundizar en los “viajes del héroe” de los protagonistas de films como “Infiltrados” o “Erin Brockovich”. Dos ejemplos para comprobar lo que cuentas: el viaje de la transformación del personaje.
Si me permites, Mertxe, opino que tu trabajo de documentación en este ámbito no es fácil de encontrar y has sabido transmitirlo de una forma divulgativa i práctica como pocos.
Eres una gran mentora. ¡Contigo da gusto viajar!
Tenía ganas de compartir esta cita, del libro que me regaló mi hijo para St Jordi:
“[…]Un viaje es un eslabón entre dos momentos de la vida de un ser humano. Sólo las personas superiores son conscientes de que cada instante supone un viaje entre tu Yo anterior y tu Yo futuro, y que ese peregrinaje ofrece infinitos destinos a lo largo de toda la vida. Como explicó Heráclito: no te bañarás dos veces en el mismo río, porque la segunda vez el río será otro. Y tú también.”
En “Confucio y la máquina de café”, de José Hermida
Big hug!
Gracias por el comentario Ana M., me gusta muchísimo la cita. Y gracias por los elogios, es bueno saber qué has conseguido explicarte bien. 🙂
Konstantínos Kaváfis.
ÍTACA.
Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Posidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Posidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.
Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.