La caída de When Prophecy Fails: entre el escándalo y la lección

1. El derrumbe de un mito fundacional
El reciente debate en torno a When Prophecy Fails disonancia cognitiva no solo reabre la historia de un clásico de la psicología social, sino también el modo en que construimos conocimiento científico.
No solo por el engaño ético, sino porque fue símbolo del intento de la psicología social por entender cómo resistimos la evidencia.
Perder ese referente duele, pero también invita a pensar cómo se construye el conocimiento en ciencia.
2. Que mintieran no borra el fenómeno —lo confirma
Que los autores fabricaran datos no elimina la disonancia cognitiva; si acaso, la confirma.
Quizá, al ver que no podían demostrar lo que intuían, crearon un modo de hacerlo para sostener su propia creencia.
En cierto modo, falsearon movidos por la misma necesidad de coherencia que estudiaban.
Una ironía trágica y perfecta.
3. Los experimentos en psicología social son terrenos movedizos
Los fenómenos humanos son sistemas abiertos, imposibles de aislar completamente.
Por eso los experimentos en psicología social son difícilmente replicables y vulnerables a las llamadas “variables extrañas”.
Eso no significa que sean falsos, sino que demuestran menos de lo que afirman y más de lo que creen: abren pistas, no certezas.
La interpretación debe hacerse siempre con humildad y sin pretensión de laboratorio puro.
4. La disonancia cognitiva —o el malabar mental— existe
Llámese disonancia cognitiva o malabar mental: ese impulso por reacomodar la realidad cuando contradice una creencia profunda es real.
La mente se defiende de lo insoportable modificando el relato, reinterpretando los hechos o simplemente no viéndolos.
Bajo ese nombre conviven procesos sutiles, emocionales y cognitivos que operan en lo profundo, aunque la etiqueta los simplifique.
Y quizás ahí reside su fuerza: en darle forma reconocible a algo que todos hacemos sin darnos cuenta.
5. Un contexto que explica (sin justificar)
El estudio nació en los años 50, cuando la psicología y la sociología necesitaban probar que eran ciencias “de verdad”.
Era casi obligatorio demostrarlo todo empíricamente, incluso lo que no se puede reducir a variables medibles.
Esa obsesión por la cientificidad llevó a excesos, errores y a veces, como en este caso, a la manipulación de los hechos.
Recuerdo que cuando estudiaba, ya en los noventa, la formación seguía marcada por esa obsesión: había que convencernos —y convencer al mundo— de que la psicología era una ciencia exacta.
Y sin embargo, la mente humana no cabe del todo en un laboratorio.
Necesitamos marcos conceptuales flexibles, abiertos a la incertidumbre, capaces de abrazar la complejidad sin pretender dominarla.
6. La verdadera lección
El escándalo de When Prophecy Fails no destruye la teoría de la disonancia cognitiva: la recoloca.
Nos recuerda que el conocimiento humano está hecho también de sesgos, límites y cegueras.
Y que precisamente por eso, la verdadera ciencia es la que se atreve a dudar de sí misma.
No hay mayor honestidad intelectual que esa.

