¿Amas lo que haces?
Una de las premisas en que se basa la idea de emprender es la de hacer algo que realmente te apasione. Me atrevería a decir, que muchos consejos que se dan para ser algo más “felices” parten de la misma idea, la de disfrutar de tu actividad cotidiana, la de hacer algo que te guste tanto que no te parezca trabajo. En ese cambio están muchas personas, algunas por necesidad y otras porqué sentían que era el momento. Incluso diría que algunas lo están porqué asistieron a un curso o formación que les hizo pensar que ellos también podían elegir su vida y disfrutar del día a día. Porque a pesar de que a veces creemos que no podemos elegir, el margen que tenemos es más amplio del que a primera vista pudiera parecer.
Por eso os voy a explicar una historia real. Durante estos últimos días he estado fuera haciendo un curso de Psicoterapia asistida por caballos que impartían miembros de la Asociación Eagala. Como el lugar dónde se impartía estaba fuera de Barcelona, me alojé en una casa de Turismo rural llamada Mas Alba. La casa está regentada por varios miembros de una familia, que llevan de una parte lo que sería el hospedaje y de otra el cuidado de las cabras con las que elaboran quesos artesanos. El trato en la casa es excelente por parte de todos, pero os quería hablar de uno de ellos, de Martí (el que sale en las fotos ordeñando) que es el encargado de las cabras y el apasionado del mundo del queso artesano.
El sábado por la noche tuvimos la suerte de coincidir con un grupo que había ido a una degustación de los quesos que se elaboran en la finca. Fueron sacando diferentes tipos de quesos de los que ellos hacen y Martí nos explicaba cómo se hacían, que productos utilizaba para cuajar la leche, el proceso, el tiempo de maduración, etc…En cada una de sus palabras, se vibraba la pasión de su oficio, las ganas de aprender más, de experimentar y conseguir nuevas variedades, el modo de maridar los quesos con vinos, mermeladas, miel, etc.. para conseguir la mejor degustación posible. Todo ello explicado en un lenguaje sencillo, sin esnobismos de experto. Con un cierto storytelling, de la historia de esos quesos, de dónde venía ese proceso de elaboración (sin negar en ningún momento que tal vez eso era leyenda…).
Me acordaba yo viéndolo de los esfuerzos que hacen muchos por tener una “marca personal” sin preocuparse demasiado del “producto”. Este era un caso en que el producto es de por si tan bueno, que deja huella. La marca es una añadido, una manera de identificarlo. No es necesario vender “la marca” porque el producto se vende solo por su calidad. Y esa es para mi la clave y lo que intento transmitir con esta historia. El primer paso para hacer algo excepcional es que te guste de verdad lo que haces. Sólo así puedes transmitir la pasión necesaria para hacer de eso algo relevante. Eso no te asegura poder vivir de ello, pero si te garantiza estar haciendo algo en lo que disfrutas y aportas algún valor.
El segundo paso es saber quién quieres ser. Al día siguiente fuimos a ver ordeñar las cabras. Había unas trescientas. Martí nos comentó que el número máximo que tendría sería de 400. Viéndole ordeñarlas, observamos también que no les sacaba toda la leche, como un modo de preservar la calidad del producto. Controla también todo lo que comen. Ellos no quieren ser unos megaproductores de queso. Son y quieren ser artesanos. Es un back to basics. Una vuelta a los orígenes, a lo esencial. Y eso no quiere decir que todos tengamos que irnos a vivir al campo, ni a dejar de usar electricidad, ni volver a vivir en cuevas. Es tan sólo un poco de slow down.
Y esa vuelta a lo esencial creo que es un camino en los tiempos revueltos que vivimos. Una gran parte de lo que estamos viviendo es el resultado de la acción de personas que no amaban su trabajo, sino el dinero que iban a obtener de él. Veían el trabajo como un medio para alcanzar un fin, el dinero, y con ese dinero poder llenarse de cosas materiales. Veían a los demás como a “cabras” de las que poder extraer rendimiento, pero al contrario del caso que vimos, exprimiéndoles hasta la última gota de leche, aunque eso acabará deteriorando el producto e incluso anulando a la “cabra”.
Cada uno elige dónde quiere situarse. Yo prefiero estar del lado de los que aman lo que hacen y además lo respetan. De los que miran la calidad y no sólo los números. Y creo que de ahí nacen las marcas más auténticas. No todos podemos ser artesanos, pero es posible que todos podamos ser auténticos. Y en esa autenticidad y mimo, ya hay un tipo de artesanía, de personalización. Es posible que eso implique otro estilo de vida, menos consumista y más concienciado. Cada uno tendrá que encontrar ahí cuál es su lugar y cuál es su nivel de necesidades. Pero a veces, es mejor sentarse y reflexionar, que seguir en una loca carrera hacia ninguna parte….
¿Amas lo que haces? ¿Sientes necesaria una vuelta a lo esencial?
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Comments
Hola Mertxe!
Mágnifico post, cómo siempre, claro y conciso. Realmente no se puede competir con alguien que hace lo que ama, que no hace las cosas sólo por el sueldo que va a sacar de ello, sino porque verdaderamente tiene sentido todo lo que hace.
Yo ahora mismo estoy en ese camino, y de verdad que los beneficios no tienen precio, es genial hacer lo que a uno le gusta y sientir pasión por ello. Cuándo es así no hay límites.
Muchas Gracias Mertxe!
Muy interesante Mertxe. Hace poco estaba leyendo el tercer libro de Seth Godin en pocos meses. Es un marketinero muy famoso y el, desde un punto de vista más “americano” viene a decir lo mismo. Curiosamente utiliza el término japonés “otaku”. Si no eres otaku (algo actualmente rayano en el frikismo pero que viene a indicar pasión (que no obsesión) por lo que haces) no es posible crear vacas púrpuras (la metáfora que el utiliza en uno de sus libros más famosos).
Y las vacas púrpuras están en todos los lados pero para encontrarlas hay que buscarlas, claro.
Es verdad, hay otras formas de ver y vivir la vida. Yo creo que es algo relacionado con saber que uno es un ser humano – lo que eso implica, significa – y al mismo tiempo, saber que los demás también lo son. Saber que si algo es bueno para alguien y malo para los demás, es malo e inaceptable para todos.
No se, es algo donde se es menos primitivo, básico, instintivo, por un lado y para unos pocos, y también, menos gregario para los demás. Si uno deja de ser cabra se vuelve humano, y hace que el cazador interior y exterior desaparezcan, y nada mejor que haciendo cada quien sus propios quesos de la mejor manera que le sea posible (arte-sano)… contando cada quien su propia historia que los demás consumen con agrado porque es buena y deliciosa.
Muy bonito post. De una sensibilidad salvaje…
El que quiera seriamente disponerse a la búsqueda de la verdad, deberá preparar, en primer lugar, su mente a amarla.
LOCKE, John
Aunque tengamos un trabajo para sobrevivir debemos siempre plantearnos qué queremos hacer con nuestra vida, a que nos dedicaríamos si tuvieramos todos los recursos de tiempo y dinero posibles.
Buen post aunque difícil de poner en práctica para la mayoría.
Así es Albert, no se puede competir con alguien que hace lo que realmente le apasiona.
Hola Ruben, soy muy fan de Godin. Y completamente de acuerdo con la idea de los otakus…
Pues si Voluntary, hay muchas maneras de ver la vida y es posible que mejores que las que más nos han vendido.
Gracias Paula, me gusta eso de sensibilidad salvaje…
Gracias por tus frases Nick, siempre tan acertadas
Pues si Ivan, es difícil hacerlo, pero tal vez es peor no intentarlo…