Cómo afrontar la "envidia nacional"

Creo que no asombro a nadie si digo que una de las características personales más terribles, de lo que podríamos denominar el carácter español, es la envidia. Es obvio que, como cualquier estereotipo, no puede aplicarse a todas las personas ni a todas las situaciones. Pero no podemos negar que es una característica de la sociedad española más abundante de lo que sería deseable. Y se manifiesta de múltiples maneras.
La RAE define la envidia como:
Tristeza o pesar del bien ajeno.
Emulación, deseo de algo que no se posee.
Y estas dos acepciones nos van a ayudar a contextualizar de qué estamos hablando. Existen dos fases en la envidia. Una fase sería ese desear algo que no se posee. Y esta fase no es mala en sí misma, incluso puede tener aspectos positivos. Por ejemplo, puede ser que yo vea a alguien que ha conseguido algo que a mi me gustaría tener y eso me inspire a buscar recursos en mi o en mi entorno para conseguirlo. En este caso sería como una envidia admirativa e inspiradora. Pero en esta segunda fase, en cómo reaccionamos cuando sentimos envidia, es en donde pueden producirse los comportamientos más destructivos para uno mismo y para los demás. Comportamientos como sentir rabia por lo que tiene o ha conseguido el otro e incluso desear, no sólo tener lo mismo, sino además que el otro no lo tenga. O peor aún, sabiendo que por el motivo que sea no lo podemos tener, querer «destruir» al otro para que no lo disfrute.
Lo peor de este segundo tipo de envidia es lo que genera a su alrededor. El envidioso critica, pone en duda, juzga y busca cualquier resquicio para quitar el valor al otro o su derecho a lo que tiene. Frases como: Algo habrá hecho para tener lo que tiene, Con alguien se habrá acostado, Habrá tenido suerte, A quién habrá engañado, etc…siembran de duda el logro de la otra persona. Y si eso se esparce y otros siguen ese juego puede llegar a desacreditarse a alguien de manera casi irreversible. Porque ese tipo de envidia suele ir unido a la crítica. No es cosa banal que esto suceda porque provoca que muchas personas no quieran destacar demasiado para no ser objetivos de esas envidias furibundas y como consecuencia de eso se desperdice parte de su talento. O que se coarte la creatividad o la iniciativa porque no las personas no quieren correr el riesgo de que si les sale bien su proyecto, se las acabe señalando con el dedo. Se crea una especie de mejor no destacar y eso rige en muchos ámbitos.
¿Qué podemos hacer ante eso?
– Lo primero es darnos cuenta de si caemos alguna vez en esa envidia destructiva. Si ya sé que la envida la tienen los otros. No es fácil reconocerlo en nosotros mismos,pero es el primer paso. Si te sucede no trates de justificarlo, asume lo que es por mucho que arroje una imagen de ti mismo que te desagrada. Y si no sabes cómo parar de tener esas emociones, pide ayuda. Te aseguro que la envidia corrosiva no es algo que te haga ningún bien.
– Preocúpate más de lo tuyo y menos de los de los demás. Parece una obviedad, pero no lo es. Te faltan muchos datos de la vida de los demás para poder juzgarlos.
– Si es un comportamiento de alguien de tu entorno, córtalo. Con cariño pero con firmeza. No entres en ese juego. Dile que no te interesan esas críticas ni opiniones sin fundamento. Resalta alguna cualidad del criticado.
– No tengas miedo de hacer lo dicho en el punto anterior. A veces tememos ante una persona criticona que si le decimos algo, haga lo mismo con nosotros cuando no estemos. Lo que no pensamos es que lo va a hacer le digamos algo o no, porque ese es su manera de comportarse. Así que deja clara tu posición. Evitarás jugar a algo que no quieres.
– Si es un comportamiento que ves en Redes sociales, no le des alas. No hagas retuit o le des al me gustade Facebook. Son juegos perversos que no favorecen a nadie.
Puede parecerte que te estoy dando consejos algo naifs.Te recuerdo pues la famosa historia que se le atribuye a Sócrates que dice así:
En la antigua Grecia, Sócrates fue famoso por su sabiduría y por el gran respeto que profesaba a todos. Un día un conocido se encontró con el gran filósofo y le dijo:¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo? Espera un minuto -replicó Sócrates-. Antes de decirme nada quisiera que pasaras un pequeño examen. Yo lo llamo el examen del triple filtro.¿Triple filtro? Correcto -continuó Sócrates-. Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir, es por eso que lo llamo el examen del triple filtro. El primer filtro es la verdad ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto? No -dijo el hombre-, realmente solo escuché sobre eso y… Está bien -dijo Sócrates-. Entonces realmente no sabes si es cierto o no. El segundo filtro, el filtro de la bondad ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo? No, por el contrario… Entonces, deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto. El tercer filtro de la utilidad ¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo? No, la verdad es que no. Bien -concluyó Sócrates-, si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno, e incluso no es útil ¿para qué querría saberlo?
Recuerda el triple filtro de la verdad. Recuerda mis consejos naifs. Vive y deja vivir. ¿Conoces a alguien con envidia corrosiva? ¿Cómo actúas delante de eso?
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Mertxe Pasamontes
Comments
Nadie que confia en sí, envidia la virtud del otro.
CICERÓN, Marco Tulio
La envidia va tan flaca y amarilla porque muerde y no come.
QUEVEDO y VILLEGAS, Francisco de
La envidia y aun la apariencia de la envidia es una pasión que implica inferioridad dondequiera que ella se encuentre.
PLINIO el JOVEN
El tema de la envidia es muy español. los españoles siempre están pensando en la envidia. para decir que algo es bueno dicen: es envidiable.
BORGES, Jorge Luis
Estoy muy de acuerdo con tu tratamiento de la envidia que es un tema que yo también he tratado porque me parece «el gran apestado de los sentimientos». En tweeter creo que no había entendido bien tu mensaje, pero aquí veo que estamos mucho más de acuerdo de lo que creía. Un muy buen artículo y una interesantísima mención al triple filtro de Sócrates.
Hola, Mertxe. Creo que la envidia también se puede manifestar a través el silencio. Dicho de otro modo, el que envidia no acredita aquello que envidia de ti. Es el «no hacer aprecio».
Suele suceder, pero si la persona envidiada trabaja su autoestima no le dará tanta importancia. Por tanto, el efecto desvanecerá. Sin embargo, si la persona que envidia es un perverso buscará otras maneras de provocar la ira de su presa.
Es, en cierto modo, una forma sutil de maltratar psicológicamente y de desacreditar a la víctima haciendo lo contrario de la crítica expresada abiertamente.
El silencio habla. Y, según como lo entiendas, mata.
En esta sociedad de corte individualista y hedonista pareciera que la identidad, y el ‘ser alguien’, está vinculado sólo al éxito.
Entonces aquellos que lo logran son envidiados por tener algo que muchos otros no pueden alcanzar, sintiéndose éstos últimos, menoscabados por no ser parte de la supuesta ‘franja exitosa’.