Creo que no asombro a nadie si digo que una de las características personales más terribles, de lo que podríamos denominar el carácter español, es la envidia. Es obvio que, como cualquier estereotipo, no puede aplicarse a todas las personas ni
Manuel Vicent en su columna semanal en la contraportada del País, habla de la envidia. Lo que me ha hecho pensar que era un tema que no había tocado nunca hasta ahora.
La envidia es ese sentimiento enfermizo, de