La envidia la tienen los otros

Manuel Vicent en su columna semanal en la contraportada del País, habla de la envidia. Lo que me ha hecho pensar que era un tema que no había tocado nunca hasta ahora.
La envidia es ese sentimiento enfermizo, de desear lo que otro tiene, pero que casi nadie reconoce tener. Es un sentimiento feo, que no gusta reconocer en uno mismo.
Lamentablemente mucha gente la tiene. La envidia no es sólo codiciar lo que es ajeno, es además sentirse molesto porque otros tienen lo que creemos que por derecho nos pertenece. No es que nosotros querríamos tener algo similar, sino que creemos que el otro tiene lo «nuestro».
Cuando otra persona triunfa en un campo parecido al nuestro, el envidioso se siente molesto por ese triunfo, como si el éxito del otro impidiera el propio. El envidioso piensa que si las cosas no le van bien, no es por algún motivo relacionado con el mismo, sino por culpa de los demás, que tienen «su parte del pastel».
El problema es no enterarse que el pastel no existe. Que cada uno se labra su camino y que el triunfo de otro, no tiene nada que ver con el nuestro, la mayoría de las veces no nos influye de ninguna manera. No hay una cuota determinada de triunfo, o de amor, o de lo que sea que se agota cuando alguien la consigue. Si no conseguimos nuestra cuota de lo que deseamos, es sólo responsabilidad nuestra.
La gente que piensa que los demás le quitan lo suyo igual es que no confía lo suficiente en si mismo, en su propia capacidad para conseguir sus metas.
Como dice Vicent, liberarse de la envidia, del regocijo ante la desgracia ajena, nos engradece. Nos hace más humanos, eleva nuestro espíritu.
¿Sientes envidia por alguien? ¿Te regocijas en la desgracia ajena? ¿O te alegras de que los demás logren sus sueños?
Mertxe Pasamontes
Comments
Hoy en día, hay dos formas de «envidia» que creo permanecen en mi, una es la que se produce cuando observo a una pareja de ancianos cogiditos de la mano y dandose muestras de afecto, la otra es ser testigo de la espontaneidad y la sinceridad de los niños. Tenemos tanto que aprender de ambos…
No envidio a los que tienen o saben más que yo, lo primero ya no me interesa y lo segundo (que si me interesa), sé que depende de mi conseguirlo y no encuentro ninguna excusa (aunque a veces las busco) para no hacerlo.
Tengo envidia de mi mismo, de lo que sería capaz de hacer si me liberara de todo lo que no es mío…
Un abrazo,
TODOS EN ALGÚN MOMENTO DE NUESTRAS VIDAS QUIZÁS SIN SABERLO UNO MISMO, SIENTE ENVIDIA,,
YO SUELO DECIR QUE TENGO ENVIDIA SANA,CUANDO ALGO BUENO LA PASA ALGUNA PERSONA CONOCIDA Y ME ALEGRO DE ELLO,,,,,,,LIBRE DEL TODO SEGURO QUE NO EN ALGÚN RECUERDO NO PODRÍA DECIR A CIEN POR CIEN QUE NO HAY SENTIDO ESA PUNZADA DE ENVIDIA,
MERCHE
Nadie que confia en sí, envidia la virtud del otro.
CICERÓN, Marco Tulio
Tengo tres perros peligrosos: la ingratitud, la soberbia y la envidia. cuando muerden dejan una herida profunda.
KING, Martin Luther
La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestran cuánto se aburren.Nadie es realmente digno de envidia.
SCHOPENHAUER, Arthur
Una demostración de envidia es un insulto a uno mismo.
YEVTUSHENKO, Yevgeny
La envidia en dosis minimas nos ayuda a superarnos a nosotros mismos.
Sin la leve envidia no alcalzariamos sueños del exterior.
De pequeños,no alzariamos las manos para coger el picaporte de la puerta y abrirla,
antes lo vimos en nuestros padres o hermanos,
y esa envidia de poder alcanzar también el picaporte,
nos hace avanzar.
Pero claro a lo mejor lo que digo no es envidia,si no espiritu de superación.