10 ideas para no tener síndrome postvacacional y empezar con buen pie
Se acaban las vacaciones para la mayoría y retomamos la vida laboral después de un período más o menos largo de descanso y desconexión. Y llega el síndrome postvacacional. Es natural que después de un periodo de relajación, sin obligaciones ni horarios, sintamos algo de presión a la vuelta. En función de nuestro carácter y la situación a la que regresemos, ese agobio será más o menos pronunciado. Ni hay que luchar contra eso ni sentirse más por tener un bajoncillo, pero podemos usar diferentes estrategias para mitigarlo y hacerlo más llevadero.
Una de las formas es cambiar la narración interna que nos hacemos de la vuelta. Septiembre siempre ha sido para mi como un comienzo de año dentro del año. Como si tuviéramos de nuevo la oportunidad de retomar esos objetivos que quizás dejamos pendientes en algún momento durante el año. Como una nueva oportunidad para llevar a cabo lo que nos propusimos en enero y no hemos hecho. No es obligatorio hacerlo así, pero por ayudar a tener un extra de motivación. Y sí, aunque sea un tema muy manido, vamos a darle una vuelta de tuerca al llamado síndrome postvacacional. Para que sea lo más breve y ligero posible.
10 ideas para no tener síndrome postvacional y empezar con buen pie
1.Conecta con lo que de verdad te gusta. Si aún no lo has hecho, de verdad, ya estás tardando. Vas a pasar muchas horas trabajando, así que cuanto más te guste lo que haces mejor lo vas a pasar. Es mucho más fácil regresar a un trabajo que nos gusta que a uno que aborrecemos. Y si es imposible que eso que te gusta sea tu profesión, ya que eso puede pasar, entonces aprende a amar lo que haces en la medida de lo posible y deja tu pasión como hobby. Si te suscribes a mi Blog, te podrás descargar de manera gratuita las 11 preguntas poderosas para descubrir tu pasión.
2. Lo he dicho muchas veces, pero no me cansaré de repetirlo, practica Mindfulness. El Mindfulness nos ayuda a conectar con el momento presente con ecuanimidad, sin juzgarlo, a practicar el estado de presencia. Desde ese estado no hay apego ni aversión. Se sienten las cosas obviamente, pero sin aferramiento, sin añadir sufrimiento al dolor . Y cuanto más practicas más calma interior consigues. Cuando te suscribas al blog también recibirás una grabación de mindfulness para crear un refugio interior de calma.
3.Practica yoga u otra actividad cuerpo-mente. ¿Por qué yoga? Porque el yoga te cuida física y mentalmente, e incluso de manera espiritual. Y cada vez hay más estudios que demuestran sus enormes beneficios. Vas a estar más relajado, con menos dolores musculares, más flexible. La ciencia está demostrando lo que los antiguos yoguis sabían hace miles de años. Pero siempre es bueno para nuestro cerebro occidental tener esas constataciones científicas, nos ayudan a confiar más en aquello que desconocemos.
4.Practica ejercicio físico. Puedes decirme ahora, ¿pero no me habías dicho que practicara yoga? Sí y lo mantengo. Pero el ejercicio físico un poco más intenso quema esa energía sobrante que a veces se acumula con la vida sedentaria. Un paseo de media hora a paso ligero puede bastar, pero puedes hacer algo más intenso si lo deseas y puedes. También contribuye a que te veas bien físicamente y eso ayuda a sentirse bien con uno mismo.
5. Equilibra los períodos de trabajo y descanso. Es muy complicado mantenerse en calma si trabajas 14 horas al día. Es obvio que muchas de esas situaciones no se escogen. Pero muchas veces si elegimos y trabajamos más de la cuenta por innumerables motivos. Así que si puedes elegir, tienes que hacerlo ya que tu salud mental y física está en juego. Para ayudar a mantener la calma es bueno que descanses lo suficiente y que tengas algún rato para ti, a poder ser a diario. Duerme también el suficiente número de horas.
6.No te olvides de tener contacto con la naturaleza si es posible una vez por semana. La naturaleza te conecta con la tierra, con tus instintos más profundos, con la parte más atávica de tu cerebro. Mirar las olas del mar, caminar por la orilla de la playa, pasear por un bosque (o un parque si no tienes otra opción) son calmantes naturales para nuestro cerebro. También hay cada vez más estudios al respecto que lo confirman. Pero si tienes dudas simplemente pruébalo.
7.No dejes que las contrariedades del día a día te amarguen. Estar en un atasco, o perder el metro, o que alguien te salude o no son en realidad banalidades. No permitas que esas pequeñas cosas cotidianas te alteren y te hagan perder los nervios. Reserva tu energía para lo que de verdad importa. Y eso sólo tú puedes saberlo. Recuerda la actitud que tomas en vacaciones ante una contrariedad, de “bueno, no dejemos que nos amargue el día”. Hazlo también en tu día a día.
8.Aunque hayas vuelto al trabajo, no te olvides de mantener momentos de diversión. Volver a la rutina no te obliga a aburrirte. Procura tener tiempo libre para dedicar a algún hobbie o simplemente para ver la vida pasar.
9.Dedica tiempo a tu vida social. El contacto social con amigos y personas de tu confianza y agrado es no sólo agradable sino también un protector para varias enfermedades físicas y psicológicas. Numerosos estudios han demostrado los efectos beneficiosos de una buena red social.
10. Y no dejes que el estrés se apodere de ti. Si entra el estrés por la puerta, la felicidad salta por la ventana. Si te suscribes también tendrás un pdf con 7 consejos para desestresarte en 1 minuto.
Empezar bien y olvidarte del síndrome postvacacional no depende de un único factor. Ninguna idea ni técnica por sí misma puede cubrir todos los aspectos y dimensiones de la vida. Así que no escatimes esfuerzos en sentirte bien, hacer cosas que te gusten y disfrutar de la vida al máximo posible. Recuerda el poema de Robert Herrick :
“Toma las rosas mientras puedas;
veloz el tiempo vuela,
la misma flor que hoy admiras
mañana estará muerta”.
Mertxe Pasamontes