¿Crees que te conoces bien?

La entrevista a Javier Sádaba, catedrático de Ética, no tiene desperdicio. Resalto no obstante el fragmento que más me ha gustado:
La vida buena, la felicidad, hay que currársela, no viene dada como un don del cielo. Y al final lo que uno hace es respirar bien: algo que está en potencia y uno lo pone en acto.
¿Con qué herramientas contamos?
Al final el objetivo es llegar a ser tú mismo, construirte, y para ello es necesario conocerse bien, saber lo que uno puede, cuáles son sus poderes, y desechar lo que no puede. Otra es saber estar bien con los demás.
Eso es muy difícil.
Habría que repetir una y mil veces aquella frase de Bergamín: «Sólo los solitarios son solidarios».
Hay que empezar por uno mismo.
Hay que saber de uno y, después, saber salir a los demás. Si uno es egoísta, aparte de que no hay nada más feo, se achica a sí mismo. Uno crece si crece con los otros. Desarrollar un altruismo inteligente es al final lo que merece la pena.
Los dos aspectos que comenta me parecen fundamentales y los he tratado en algunas ocasiones:
– Conocerte a ti mismo: sólo a través del autoconocimiento podrás saber quién eres y conectar con lo que quieres de verdad.
– Relacionarte con los demás: y sólo a través de la relación con los demás puedes adquirir nuevas dimensiones que van más allá de ti mismo.
El trabajo sobre estos aspectos son los que tendrían que llevar la mayor parte de nuestra energía, dedicación y esfuerzo. Forman parte del camino a la felicidad. Sin embargo, en general son otras cosas las que centran nuestro tiempo, no nos detenemos a conocernos bien, sino que nos tragamos lo que los demás dicen de nosotros como si fuera cierto. Tal vez incluso permitimos que sean otros los que nos digan qué tenemos que querer.
Y a la hora de relacionarnos, muchas veces se hace de un modo superficial, sin autenticidad, sin verdadera intimidad. Porqué para relacionarte desde tu esencia, tienes primero que saber quién eres. Y eso cuesta un esfuerzo que pocos están dispuestos a hacer.
Y el resultado de todo eso, lo vemos a diario, tanto en nosotros, como en los demás, como en el propio mundo. Tal vez haya llegado el momento de un nuevo posicionamiento en nuestra vida, un nuevo contacto con nosotros mismos, más profundo y auténtico.
¿Crees que te conoces bien? ¿Te relacionas con los demás de manera auténtica?
Mertxe Pasamontes
Comments
Hola Mertxe, «autenticidad» esa es la palabra, ser auténtico… si no eres auténtico contigo mismo difícilmente lo sera con los demás… Vivimos rodeados de espejos en los cuales nos miramos para parecernos a…, ir a la moda tal, o actuar como está establecido, pero ¿por quién? me pregunto yo… El otro día cuando veía en las noticias las imágenes de la presentación del jugador de futbol Cristiano Ronaldo, me daba cuenta der como nos utilizan los medios de comunicación, lo mismo que el montaje que tienen todas las cadenas con los «sanfermines». No quieren que despertemos, nos quieren aborregados…
Un abrazo,
PAZ Y AMOR para todos, sobre todo para ELLOS…
Tienes razón, lo que los demás piensan que somos impacta sobre nosotros, sobre cómo nos tratan. De ahí la idea de buscar el SER más auténtico, para transmitir aquello que realmente somos y aumentar las posibilidades de recibir refuerzo al verdadero yo.
Quien es auténtico, asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de ser lo que ser.
SARTRE, Jean-Paul
( Autenticidad )
Yo creía antes de leerte que soy autentica,conmigo misma
seguro,pero a veces no lo soy con los demás ,por culpa de intentar contentarlos, cosa imposible.
Pero me he dado cuenta algo tarde ya,la duda de saber si realmente soy como veo yo,es si lo demás me ven igual,
quizás tengamos una imagen de nosotros un poco distorsionada, es tan fácil engañarse a si mismo,
Tienes razón, la edad ayuda. Pero también es importante la actitud, hay gente para la que los años pasan pero no la tocan….
Hola Mertxe:
Leí la entrevista a Sádaba y como sabes, me interesa mucho el tema que presentas. En mi opinión, hemos de partir de una base cierta y es que, nos conozcamos más o menos (yo creo que, por lo menos, somos los que más sabemos de nosotros)lo que no tenemos integrado es cómo nos ven los demás que al final es lo que acabamos siendo, no nos engañemos.
Esto de cómo nos ven los demás actúa en dos planos: el pensamiento colectivo si es que somos personas públicas y ni siquiera en ese caso la opinión es unánime, o lo que opina cada uno sobre nosotros. En eso es a lo que hay que poner esfuerzo no tanto por comportarnos como los demás esperen de nosotros (gestión de sus emociones) sino por saber explicarnos (gestión de nuestras emociones) y ya sabemos que no podemos gestionar nada si antes no nos gestionamos a nosotros mismos.
Me ha gustado mucho el enfoque de tu entrada. Un saludo afectuoso.
Hola Mertxe
A mí también me gustó la entrevista con Sádaba y como la leí en una mañana vacacional me pude dedicar un buen rato a reflexionar tranquilamente sobre ello.
Uno de esos placeres al que he llegado, precisamente, con la edad y el «autoconocimiento». No ocurre necesariamente con el simple transcurso del tiempo, pero con los años, las experiencias positivas y las pérdidas de la vida, una se va conociendo mejor y se va desprendiendo de los «presupuestos» que iba cargando sin saber muy bien porqué. Cada vez resulta más fácil prescindir de las opiniones exteriores y tener en cuenta lo que realmente tú consideras importante, lo que te mueve, lo que de verdad te interesa, ¿no te parece?.
Interesante artículo, como lo suelen ser la gran mayoría de los que escribes. Sádaba es una debilidad; antes era un habitual de las tertulias, pero ahora se le encuentra poco. Lástima.
El autoconocimiento es importante, sobre todo por aquello de no llevarse uno a autoengaños -y qué difícil es no autoengañarnos, ¿no?-, pero hay un tema en cuanto a lo de relacionarnos y abrirnos a los demás: ¿qué ocurre cuando encontramos a gente que no se ha tomado ningún esfuerzo en autoconocerse? Ese choque de trenes es complicado de solventar -y teniendo en cuenta que uno se encuentra siempre en «potencia» de autoconocerse, es algo que no llega a cumplirse 100%, al menos que te metas a yogui-. Me gusta esa frase de : «el infierno son los demás».
¡Un saludo!
Suculenta entrada, Mertxe. Otra luciérnaga juguetona que ilumina la penetrante oscuridad que -ignorante, yo- no sabía que pudiera llegar a ser tan densa, en algunos momentos de la vida.
Me quedo con el fragmento de Sádaba: «Desarrollar un altruismo inteligente es al final lo que merece la pena.»
Acabo de darme cuenta de que practicar el altruismo y ser inteligente, por separado, puede ser (¡es!)autodemoledor. El secreto debe estar en construir i saber practicar el sintagma: ALTRUISMO INTELIGENTE.
En el fondo es como la anhelada «empatía», el hada buena que «cuida tu yo» y te aleja de la «sumisión» y la «agresividad».
La parte más difícil es pasar del discurso a la acción… «ahí le duele»…
Especialmente cuando descubres que estás viviendo la vida de una perfecta desconocida.
¡Un abrazo!