¿Eres realmente honesto?
Las noticias que nos llegan en los últimos tiempos, desde los temas revelados por Wikileaks(no sale muy bien parada la honestidad de los embajadores y mucho menos la de los gobernantes) hasta los casos recientes de presunto dopajey tráfico de substancias en el deporte español, nos obligan a plantearnos o revisar lo que pensamos acerca de la honestidad en el mundo que nos rodea. Por no hablar de casos tan escandalosos como el de las hipotecas subprime que implican a gestores, directores de bancos, notarios, etc…
Muchos dicen de un modo resabiado que en el fondo son cosas que ya sabíamos. Eso es verdad sólo hasta un punto, pues aunque el que más o el que menos tenía sospechas de que muchas cosas discurren por caminos secretos y turbulentos, también es verdad que necesitamos sentir un cierto nivel de confianza en los demás y en las instituciones por muchos motivos: para poder funcionar, para hacer un negocio, para depositar nuestro dinero en un banco, para confiar en que si caemos enfermos alguien nos atenderá, para creer que nuestros hijos están en buenas manos en el colegio y un largo etcetera. No vale decir como el Dr.House que todo el mundo miente o que todos los políticos son corruptos, pues esos argumentos son generalizaciones de escasa utilidad que de algún modo nos invalidan para la vida social e incluso pueden llegar a paralizarnos, a dejarnos en ese “para qué hacer nada si nada va a cambiar”.
Volviendo al libro de Ariely de Predictiblemente irracionales, hay en él un capítulo dedicado al tema de si somos o no honestos. Porque la gracia del caso es que incluso la persona que dice que todos mienten, tiende a pensar de sí misma que es honesta. Así somos. Sin entrar en el modo en que realiza las investigaciones para no extenderme(que son impecables en investigación social experimental), Ariely llega a las siguientes conclusiones:
– La mayoría somos honestos si la probabilidad de ser descubiertos es muy elevada.
– A la mayoría de las personas les es fácil ser un poco deshonestas si piensan que no serán descubiertas. No hablamos de grandes mentiras o estafas, sino de pequeñas trampas, pagar algo menos a hacienda, llevarse dos o tres bolígrafos de un congreso en lugar de uno, exagerar el rendimiento en una prueba, etc…
– Cuando se empieza a ser deshonesto, es más sencillo serlo más, incrementar el grado de deshonestidad.
– Si antes de cometer una conducta deshonesta, te ves enfrentado a tus propios valores (en los experimentos se usaron los Diez mandamientos, códigos de honor o deontológicos) te cuesta más ser deshonesto. Es como si el recordatorio de tus valores morales te dificultara traicionarlos.
Estos resultados darían en una parte la razón a los que piensan que todo el mundo miente, pues hay una tendencia a hacerlo, pero dejan un atisbo de esperanza en ser personas honestas en dos sentidos: en apelar a los valores morales de cada uno y en facilitar el modo de ser descubierto cuando no se es honesto.
Esa posibilidad de ser descubierto en un renuncio es uno de los riesgos que tiene la marca personal en Internet, que como dice el buen amigo Andrés Pérez, requiere de mucha congruencia personal para llegar a buen puerto. Hay momentos que puede ser difícil ser congruente, que puede costar mantener los valores ante la tentación, que puede apetecer tomar el camino rápido, pero no mantener la congruencia puede llevar a pagar un precio mayor en el futuro. Fijaros si no el caso del dopaje que comentaba al principio. Si se demuestra cualquiera de los cargos imputados, esos deportistas habrán arruinado no sólo su carrera futura sino también empañado sus éxitos pasados. No tendrán ninguna credibilidad.
En ese sentido Wikileaks cumple una gran función, ya que si siguen su propósito de desvelar los secretos, puede propiciar que en el futuro haya personas que teman ser deshonestas por el miedo a ser descubiertas. Puede parecer simple, pero es como nuestro cerebro funciona. Puedo parecer inocente al creer esto, pero un contrapoder puede ayudar a controlar los excesos del poder.
Pues de momento, sólo el miedo a ser descubierto parece realmente efectivo en nuestra sociedad, ya que el hecho de apelar a nuestros valores no parece tener el suficiente impacto en muchos casos. No obstante, es un camino educativo a trabajar, pues la verdadera congruencia ha de ser con uno mismo y la honestidad que realmente cuenta es la que tenemos porque creemos en ella, porque valoramos y respetamos a las demás personas y no por el miedo a ser descubiertos.
Después de leer esto: ¿Crees que eres honesto? ¿Y congruente?
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Mertxe Pasamontes
Comments
Me considero honesta y ademas tengo muy claro que no es por que me puedan descubrir. es una cuestion de principios muy arraigados de respeto a los demas y por ello a mi misma.
.-= Ahora mismo, en el blog de ane: Que canten los niños =-.
Hola Ane, estoy segura de ello! Hay cosas que se sienten incluso a través de la escritura….
Hola Mertxe!
Me he permitido la licencia de dedicarte una entrada en mi blog personal (dirigido a personas con espíritu emprendedor).
http://todosemprendemos.blogspot.com/
Espero que te guste 😉
Saludos
.-= Ahora mismo, en el blog de Pablo O.: 62 El Blog de Mertxe Pasamontes =-.
Por supuesto que no hay ningún problema Pablo, me alegro que te guste y te parezca de utilidad.
Acaso los comentarios de los embajadores no son honestos?, muchos de los comunicados de wikileaks son un ejercicio puro de honestidad, si atendemos al concepto puro.
Otro asunto es que los valores que se aceptan y con respecto a los que articulamos nuestra honestidad sean los adecuados según otras personas.
¿No es más difícil ser honesto cuando te “enfrentas” a situaciones, entornos o personas, donde tus valores sabes que no serán fácilmente aceptados?
No es cuestión de mentir es simplemente que en ocasiones puedes considerar, (honéstamente ;p) que no es conveniente divulgar tu opinión o poner en evidencia tus intenciones precisamente por ser honesto contigo mismo.
Bueno, es un tema complicado, en realidad esa parte es sólo una frase en todo el post y me temo que no la más importante. Me faltan datos para conocer el trabajo real de los embajadores, pero lo que ha salido confirma algunas sospechas de injerencia que no parecen muy adecuadas, aunque ya te digo que me faltan datos. No obstante, aunque tal vez no lo expliqué muy bien, yo me refríe más bien al hecho de ser congruente en todos los niveles: que lo que crees, tus valores y tus comportamientos están de algún modo alineados. Pero bueno, habría que haberlo explicado un poco más…