La intimidad en la web social

A raíz de un tuit de @elqudsi que decía ¿Por que mandamos «abrazos» por email a desconocidos y no somos capaces de llamar por teléfono a nuestra madre para decirle que la queremos? y de mi respuesta posterior de por la necesidad de diferenciar intimidad «verdadera» de intimidad «social» me vino la idea de hacer este post sobre un tema que obviamente está cambiando a raíz de la web social, que es el concepto de lo que consideramos intimidad y lo que no.
Este nuevo concepto de la intimidad, asumido como normal por los nativos digitales, cambia aquellas cosas que hasta hace unos años situábamos en el ámbito privado y en el público. Por ejemplo, hasta hace un tiempo las fotos de una fiesta o de nuestras vacaciones las veían sólo nuestros amigos y familiares y ahora compartimos muchas de ellas a través de Facebook o Flickr.
Pero creo que a pesar de esa evidencia es necesario diferenciar la intimidad «verdadera» de la intimidad «social» (conceptos que obviamente me invento para poderlo explicar). La intimidad verdadera surge en un entorno de gran confianza en la otra persona, en la que sentimos que podemos mostrarnos de manera auténtica, sin tapujos de ningún tipo. Sentimos que podemos exponernos, lo que se conoce como popularmente «desnudarse ante el otro» (no en sentido literal!). Es algo delicado y que exige tener no sólo la confianza en el otro sino en nosotros mismos, tener una autoestima suficiente para sentirse digno de esa «exposición» (os puedo garantizar que hay muchas personas que evitan este tipo de intimidad).
Otra cosa es la intimidad social. En este caso, sólo estás mostrando lo que quieres enseñar, por ejemplo puedo no enseñar una determinada foto o no hacer un comentario. Es una «intimidad» más convencional (es más fácil que adaptes tus comportamiento al grupo con el que te identificas o mueves, eso ya lo comenté en el comportamiento en la web 2.0) y hay además una percepción subjetiva de poco riesgo, de poca exposición (quién no lo siente así, ya no se hace cuenta en Facebook o no publica en ella). En cierto sentido es una intimidad más fácil, paradójicamente menos expuesta que hace que mandes «abrazos» a un desconocido o que le le desees feliz cumpleaños. Al fin y al cabo, son solo palabras, un puñado de bits viajando por la Red. No hay una exposición personal tan fuerte y radical como en la intimidad verdadera.
Sería muy fácil si las cosas terminaran aquí. Pero no lo hacen. Primero porque hay momentos que esos «amigos virtuales» se «encarnan» y cuando eso sucede, nuestras neuronas espejo se activan y ya no es sólo un avatar en la red, es una persona con la que tienes ocasión de pasar o no (es posible que no sea lo que esperabas) a otro grado de intimidad. Un abrazo ya no es sólo un puñado de bits, es un sentimiento que le transmites a alguien que conoces «en persona».
Y segundo, pero no menos importante, aún cuando creas que no lo estás mostrando todo, enseñamos más de lo que queremos. Nuestras palabras nos delatan a cada paso. Nos delatan nuestras acciones y nuestras omisiones. Y es ahí donde surge nuestra «reputación digital», como dice Joan Jiménez, la sombra, que está ahí aún cuando no seas consciente de ello. Y es ahí donde volvemos al mismo lugar en donde empezamos, la autenticidad. Puedes evitar una intimidad verdadera en la web social pero no puedes evitar mostrar quién eres. De ti depende ser tú mismo o un «personaje» inventado que algún día, más pronto que tarde, será desenmascarado.
¿Estás cómoda en relaciones que requieren intimidad verdadera? ¿Y con la nuevas formas de intimidad social?
Mertxe Pasamontes
Comments
Carai, fiel reflejo de nuestro día a día en la red y creo que explicado aunque con términios inventados, de una manera en la que todos nos vemos reflejados.
De nuevo me miro al espejo en este post y me veo.
Un saludo Mertxe
Luis
Gracias a tu «post», Mertxe, acabo de darme un abrazo: me siento satisfecha de mí misma.
Durante todos estos años que me he movido en red (con regularidad,empecé en el campus virtual de la UOC y en un fòrum a nivel local en mi municipio)siempre he cuidado mucho mis fórmulas de despedida.
Debo ser un «bicho raro», pero sólo mando un abrazo a quien realmente se lo daría si en ese momento lo tuviera delante: Un abrazo, Un fuerte abrazo i mi preferido: Big hug.
Por eso mis fórmulas más utilizadas has sido siempre: Salutacions! !Un saludo¡ All the best! o Best wishes!
Respecto a los besos, sólo para los seres queridos, sí que he tenido problemas… Soy tan vergonzosa («despegada» me llaman en confianza) en la red como en persona.
A mis hijos y a mi pareja les mando besos sin problema (petons, petonets, muac!) pero a mis hermanos, padres,… por ejemplo, me da una vergüencilla tremenda escribir la palabra: besos (un día hablaré com mi inconsciente y le pediré cuentas). A los de mi generación (primos, hermanos, amigos…) les mando kisses pero en abreviatura (ksss) i me quedo mucho mejor.
En fin me siento contenta: no he derrochado ni un abrazo ni un beso en la red. Acabas de ayudarme a ser consciente de que para mí no ha existido hasta ahora intimidad social. Sólo intimidad verdadera.
Mertxe: Big hug!! 😉
.-= Ahora mismo, en el blog de Ana Maria: 3.333 VISITORS! =-.
Está muy bien Ana M., es un modo de ser y es congruente en los dos ámbitos, dentro y fuera de la red. Para mi la congruencia es de lo más importante….
Yo no veo nada excesivamente malo en hacer gala de esa intimidad social. Si nos comportaramos en la red con criterios de intimidad verdadera creo que ya no sería la red. En realidad aquí aplicaría lo mismo que en la vida real ¿Cuantos amigos de verdad de verdad tienes? Si te hacen esa pregunta la mayoría de la gente suele decir que «los puede contar con los dedos de una mano». Pero no por eso deja de mostrar ciertas formas con el resto, con aquellos que no son «tan amigos» o ocupan el nivel 2 de amigos. Así que, tal vez, en la red misma y en ésta en relación al mundo real ocurra lo mismo. No tengo nivel técnico suficiente para tratar esos conceptos en su auténtica dimensión. En eso tu sabes muchísimo más que yo y seguro que tienes la solución o el razonamiento perfecto (más allá de dejar en tu post que se genere debate). Pero trato de aplicar sentido común o lógica. No le veo connotaciones negativas.
Yo debo admitir que mando abrazos y besos a personas a las que ni siquiera he oído la voz, pero con las que sí me une algo. No sé explicarlo pero se crea un lazo que puede ser tan robusto como el que crearías con alguien «real». Quizás será que el hecho de ser adictos al mundo on-line ya nos hace ser «distintos» y nos une de algún modo, no sé. Pero me sale así y si mando un abrazo o hago un comentario profundo lo siento de verdad. Y yo no soy precisamente ni un romántico ni un sentimental, más bien todo lo contrario.
Y finalmente seguro que hay gente, segurísimo porque las he conocido, que son mucho más abiertas en la red que en persona. Será por timidez o por lo que sea, pero es así. Supongo que son esas que ven los tuits o los comentarios en un blog o en una red como un puñado de letras. Pero tampoco es malo. Hace unos meses participe en una conferencia con una colega tuya y en un momento dado (sí, como Joahn) dijo algo así como que Internet nos estaba volviendo más individualistas y yo le respondí que se equivocaba, que justamente eramos más sociales que nunca. Mi caso es un clarísimo ejemplo. Solo hay que saber combinar tu faceta on-line con la off-line y el efecto multiplicador es bestial.
En fin, paro aquí porque me va a salir un post. Perdona el rollo. La próxima vez que comente me sentaré en el sofá como si fuera un diván 😉
Buen post… ah! y un fuerte abrazo!!! (de verdad, eh?).
Hola David
Para mi tampoco hay nada negativo en la intimidad social, sólo que creo que es diferente y que a veces produce situaciones paradójicas como la que comentaba @elqudsi. Tal vez el problema es que usamos los mismo términos para todo y eso hace que se cree confusión, pero en fin, no tenemos otros. El punto en el que yo quería hacer énfasis y que tu también apuntas cuando pones el ejemplo de una persona que es más abierta en la red que en el mundo offline, es que la intimida verdadera es algo más difícil y más arriesgado. De ahí tal vez una de las razones del éxito de la web social, que nos permite relacionarnos quitando la enorme vulnerabilidad de face to face, del momento del encuentro auténtico con el otro. Si además somos capaces de conjugar los dos niveles, entonces es genial!
Buenos Días Mertxe,
¡Excelente post desde la forma y el fondo! ¡Felicidades!
Has plasmado una de las realidades a las que nos afrontamos con el mundo 2.0 desde una perspectiva instructiva y realista. Lo utilizaré en el futuro.
.-= Ahora mismo, en el blog de Enrique Gonzalo: Coaching y Cine #1: La Misión =-.
Si tengo que decirte la verdad, sólo con mi pareja soy capaz de mostrar una verdadera intimidad. Lo cual me parece coherente por lo que ello representa. Eso no quiere decir que no me sienta cómoda mostrando una parte de mi a través de esa intimidad social que comentas. Para mí, en el momento que pasas del avatar al encuentro personal, se convierte en un tipo de relación diferente. Personalmente me gusta dar ese paso y conocer a la gente que me gusta en la red. Si tras el encuentro siguen pareciéndome personas con las que me gusta mantener una relación, llegará un momento en que sea capaz de mostrar cierta intimidad, pero sólo mi pareja tiene el derecho de ver toda mi intimidad.
Gracias por la reflexión.
Esther
.-= Ahora mismo, en el blog de Esther Gómez: Perder el empleo, ¿una oportunidad para emprender? =-.
¡Hola Mertxe!
Me ha gustado mucho tu artículo, pues creo que a día de hoy confundimos la intimidad personal con la social. Yo creo, por ejemplo, que en la realidad virtual los abrazos y demás emoticonos son un símbolo de simpatía, una manera de transmitirle a la otra persona nuestro «buen rollo». Sin embargo, cuando estamos en la vida real, de carne y huesos, con nuestro tono y nuestros gestos desaparece (en cierta medida) la necesidad de reforzar nuestros mensajes. Ahora bien, también pienso que cuando hablamos de un entorno laboral, a mí no me gusta demasiado recibir en un primer mail de contacto un saludo como «besitos», por decir algo. Creo que tenemos que adaptarnos al contexto y ser conscientes que luego, cuando te encuentres con esa persona en la calle, muy posiblemente no quiera ser tu gran amigo. Para mí habría que distinguir entre la confianza virtual que puedes tener con alguien a través de twitter y cómo realmente te comportas con dicha persona (si tienes la oportunidad) en el offline.
Pienso que a día de hoy reina un exceso de confianza… aunque estemos todos mejor conectados, no dejamos de ser personas y si a día de ayer un desconocido no te merecía la confianza suficiente como para contarle tus problemas, criticar al vecino, etc., ¿debería dártela ahora alguien a quien sólo conoces – muy posiblemente – a través de una pantalla?
Respecto a tus preguntas: yo me siento cómoda en mis relaciones de intimidad verdadera, porque de hecho es allí donde sabes que no es necesario medir demasiado tus palabras y donde realmente encuentro un punto de apoyo en los malos momentos. Para mí la llamada web 2.0 es un espacio que nos permite ampliar el círculo de conocidos (que pueden y podrían convertirse en personas de confianza con el tiempo) y a su vez enriquecer nuestros conocimientos. El grado de intimidad social es variable también, al menos yo así lo creo, en función de la plataforma en la que estés. Yo no me dirijo por igual en twitter que en mi Facebook (personal totalmente). Vaya, que como en la vida misma, la intimidad y la confianza es gradual y no puede equipararse o generalizarse. Una cosa es qué y con quién y otra dónde (skype, twitter y demás redes sociales).
Para terminar, que ya veo que a mí esto de darle al teclado me encanta: yo no le contaré lo mismo a mi mejor amiga por teléfono en un tren que estando ambas sentadas en el sofá de su casa. ¿Verdad que esto también es medir tu intimidad?
¡Saludos! 🙂
Creo Sabrina que lo explicas muy bien. Me alegro que comentes que tienes momentos de intimidad verdadera, pues uno de los objetivos al escribir mis post es hacernos conscientes de cómo a veces el temor a la intimidad verdadera se camufla teniendo intimidad social y creyendo que así ya estamos conectando. También me llama la atención que las que habéis comentado que disfruta´si de esos momento de verdadera intimidad sois mujeres. ¿tendrían razón en el Rethinkher?
Es muy diferente la intimidad particular de lo que cada día hacemos en la red, casi si sin darnos cuanta. Vamos diciendo cada vez mas cosas propias de nuestros familiares y quizás deberíamos llevar mucho mas cuidado,hablas de fotos,las colgamos donde cualquiera puede hacer uso de ellas y cuando lo hacemos no lo pensamos. Deberíamos poner en todas un sello que no se pueda borrar y entonces si nos la quitan se puede reclamar,cosa que no hacemos.
Porque hemos pasado a tener esta dependencia de la redes ya que es tan fácil hablar y comentar noticias.
No se seria mejor cultivar mas a nuestra propia familia que si algo nos sucede será la que acudirá.
Mertxe, felicitarte por tu post, dá mucho que pensar.
«Besitos», «Abrazos», «Besos» y otras variedades, hay que ir con un cuidado bárbaro con según que personas en on-line(porque esa persona no me conoce lo suficiente ni yo la conozco del todo, como para que se tome la «libertad» de darme «Besitos», «Abrazos», «Besos», etc a diestro y siniestro… ).
En off-line, y quizás porque rompes el hielo, te puedes permitir la «licencia» de saludarte con un simple abrazo, un apretón de manos(qué no estrujar la mano hasta romperla!!!), etc. Pero esto siempre depende de lo que decidamos las mujeres, pues es nuestra barrera para poner en acción nuestros mecanismos de defensa(brazos cruzados a la altura del pecho). Si le damos la mano, esa persona tiene que responder de la misma manera.
Saludos!
Tienes razón Nuria,hay veces que no hay la confianza suficiente pero parece que le medio digital favorece que se des esas muestras de cariño, ya que a pesar de la apariencia el riesgo es menor.
En offline depende del grado de conocimiento del otro, aunque aquí en España están muy extendidos los dos besos, casi como cosa normal.
En eso del miedo digital te doy la razón. Incluso pienso, que esas muestras de cariño también sea por causa de querer animar a los demás en sus malos momentos.
En off-line los dos besos en España lo tengo más que asumido, pues es como una necesidad recibir esos dos besos.