Los aires difíciles de Almudena Grandes

Almudena Grandes es una escritora que cuenta en su haber numerosas novelas, artículos periodísticos, algunos premios literarios y cuyos libros han sido llevados al cine en diversas ocasiones. Podríamos decir que es una narradora de vidas, pues sus novelas se adentran en el alma de los personajes hasta dejarlos totalmente al desnudo. Ningún resquicio de su pensamiento, de sus comportamientos, de sus deseos más íntimos queda sin descubrir. La acción adquiere relevancia en la medida en que ayuda a explicar los acontecimientos vitales de los protagonistas.
Los aires difíciles, del 2002, es una novela de esas en que llegas a sentir a sus protagonistas como viejos conocidos y que te dejan al acabar aquel regusto amargo que sientes cuando un amigo se aleja. Los dos principales personajes sobre los que gira toda la trama son Juan Olmedo y Sara Gómez. Ambos, naturales de Madrid, que se han mudado a vivir a una urbanización de la costa gaditana y que son vecinos por aquellos misteriosos avatares del destino. Con ese arranque la autora va desgranando qué ha llevado a cada uno de ellos a vivir en ese lugar, cómo han sido sus vidas hasta ese momento mientras el presente se va entrelazando con el pasado. Un punto muy a favor del relato es que no pierde fuerza al final, no acaba de manera apresurada, sino en el momento preciso. Y como he comentado al inicio, es de destacar cómo llegas a sentir a cada uno de los protagonistas, les conoces, les comprendes y perdonas sus errores por graves que sean. Hay que resaltar también el uso del lenguaje metafórico de Grandes, pues tiene un toque realmente personal, que da un colorido especial al relato. Y todo ello mecido por el viento, un viento incesante, cambiante, que es casi un personaje más.
Algunos fragmentos del libro:
[…] No se puede dimitir del infierno..
[…] la estrategia de los cangrejos le hacía compañía, y por eso procuraba recordar con metódica frecuencia que no andaban hacia atrás, sino de lado, rodeando los obstáculos en lugar de renunciar a superarlos.
[…] Aquella mañana, Juan Olmedo conoció el deseo y conoció la pérdida, y entre esas dos luces se convirtió en un hombre adulto.
[…] Supongo que tengo miedo, y miedo por adelantado, que es el miedo más tonto que se puede tener.
[…] … aquella tarde Charo le había dado esperanzas, para que él aprendiera que nunca había sabido lo que era tener esperanzas.
Una buena elección si ya te gusta la autora o para iniciarte en su lectura si no la conoces.
Mertxe Pasamontes