Nueva edición en wellcomm, Perspectivas de la comunicación 2011
Hoy abro un paréntesis en los post habituales y os dejo con mi participación en un documento recopilatorio derivado de la colaboración de 35 profesionales del mundo de la comunicación como periodistas, profesores, coaches, psicólogos, publicitarios, diseñadores, empresarios, emprendedores, etc… En él, cada uno desde su campo, da su visión de cómo será la comunicación en el 2011 y en los años venideros. Aprovecho para dar también las gracias a Silvia Albert por invitarme a participar. Mi intervención se titula Psicología 2.0 y emociones:
Es bastante evidente que el año 2010 ha sido el de la consolidación a gran escala de las redes sociales. Hay casos notorios como el de Facebook que ya sobrepasa los 500 millones de usuarios, los cuales además participan de manera activa en la red, un gran porcentaje de ellos conectándose e interactuando cada día. Y también Twitter que supone para muchos un medio de relación incluso más intenso que la que tienen con familiares y allegados, ya que éste permite una conexión constante con tu grupo.
En pocos años hemos pasado del imperio de la racionalidad a la irrupción de la emoción en todos los ámbitos. La publicidad se dirige a nuestras emociones, así como el marketing. Para muchas empresas, ya no somos consumidores, sino clientes que formamos “tribus” alrededor de aquellas marcas que nos emocionan. Otras lo intentan con mayor o menor éxito, pero empiezan a ser conscientes de que ese es el reto a conseguir.
Ese mundo emocional que nos invade hace que la psicología 2.0 esté presente todo el tiempo. Así como el hecho de que gran parte de la web 2.0 se basa en la relación entre personas. Aún estamos en un punto en que se buscan perfiles técnicos para gestionar esas nuevas relaciones y comunidades, pero no creo que tarden en empezar a buscarse “perfiles emocionales”, ya que lo técnico puede aprenderse pero lo emocional debe además sentirse.
Nos queda mucho recorrido que hacer en el 2011, bastante camino para aprender modos de ajustar esos nuevos usos que la tecnología nos posibilita, pero estoy segura que todos ellos serán caminos con corazón y emoción. Pues cuando nos hagamos la misma pregunta que se hizo Castaneda, tendremos la misma respuesta: ¿Tiene corazón ese camino? Si tiene, el camino es bueno; si no, de nada sirve.
Os pongo también el documento para que podías ver el resto de interesantes intervenciones:
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