Solitud (soledad) de Caterina Albert (Víctor Català)

Caterina Albert fue una escritora catalana (1869-1966) más conocida por el seudónimo con el que escribía, Victor Català. En aquella época, su obra era desafiante y el hecho de que fuera escrita por una mujer causaba escándalo. Por eso decidió publicar bajo un seudónimo masculino. La novela de la que os hablaré hoy, Solitud (soledad) es no sólo su obra más conocida sino además la que la hizo entrar por la puerta grande de los clásicos, esas obras que narran conflictos humanos universales y que permanecen en la memoria.
Solitud narra el viaje interior de Mila, a través de un “viaje” exterior, cuando se traslada con su marido Matías, a vivir a una ermita en la montaña, retirados del mundo aunque cerca de un pueblo de nombre ficticio, Murons. El marido es un ser abúlico y desapasionado, que prefiere el vino y el juego a la compañía de su esposa. En la ermita, Mila conocerá a un viejo pastor, que con su lenguaje llano, de hombre de montaña, pero con una experiencia de la vida que le otorga sabiduría, la llevará a descubrirse a sí misma como mujer. En ese viaje de autodescubrimiento, la montaña es un personaje más, un lugar en donde conectar y sentir las emociones que se le van despertando.
Es una novela dura, pero Mila es un personaje digno de figurar junto a los grandes personajes femeninos de la literatura como Madame Bovary o Anna Karenina. Y es posiblemente, una mujer mucho más moderna que ellas.
Si la podéis leer en catalán, descubriréis todos los giros lingüísticos y registros que la autora imprime a cada uno de los personajes. La traducción castellana no la conozco, aunque seguro que existen muy buenas y que transmiten bien ese espíritu.
Algunos fragmentos:
– Ara la Mila se’l guaitava d’ altra manera. També aquell home placèvol i rialler havia estat pessigat per l’escurçó del dolor, i amb tants anys com feia, encara la ferida li sagnava.
[Ahora Mila se lo miraba de otra manera. También aquel hombre plácido y risueño había sido pellizcado por el aguijón del dolor, y con tantos años como hacía, todavía la herida le sangraba.]
– <
>, pensà, mirant-se fixament; i de repent, acostant la bacina als llavis, es besà a si mateixa dins del clotet. [Que bonita soy, así!, pensó, mirándose fijamente; y de repente, acercando el bacín a los labios, se besó a sí misma en el hoyuelo.]
– A n’aquests canvis externs responien, en lo interior, una plenitud exaltada de sentiments i una impressionabilitat tan soma, que a n’ella mateixa la desconcertaven per lo insòlits, fent-li sentir com si son ésser es multipliqués i la fes una dona nova per a cada moment de la vida.
[A estos cambios externos correspondían, en el interior, una plenitud exaltada de sentimientos y una impresionabilidad tan superficial, que a ella misma le desconcertaban por lo insólitos, haciéndole sentir como si su ser se multiplicara y la hiciera una mujer nueva para cada momento de la vida.]
– Més en Matias no tenia mirada de cap mena: ara ella ho reparava bé per primer cop en la vida. No tenia mirada de cap mena perquè en ell regnava la pau; la pau de la bèstia, però bèstia anormal, més bèstia que les altres , puix era una bèstia sense zel…
[Pero Matías no tenía mirada de ningún tipo: ahora ella se daba cuenta por primera vez en la vida. No tenía mirada de ningún tipo porque en él reinaba la paz; la paz de la bestia, pero bestia anormal, más bestia que las otras , ya que era una bestia sin celo…]
Es pues una lectura muy recomendable y mi pequeño homenaje en el día de la mujer que se celebró el pasado 8 de marzo.
Mertxe Pasamontes
Comments
Benvolguda Mertxe,
Me ha gustado mucho que escribieras de este tema, de alguna manera, algo vivido por mí, pero que, afortunadamente, ya pasó.
Leeré el libro, en catalán por supuesto, no quisiera perderme ninguna de las expresiones tan maravillosas que utiliza y, que traducidas, tal vez perderían algo de su encanto.
Una abraçada,
Rosa
Mertxe,
Me alegró que escribieras sobre Caterina Albert y Solitud.
Yo también tengo una recomendación de lectura sobre la mujer: ”Adagio Confidencial” de Mercedes Salisach.
Saludos
Me anoto el libro…
Soledad: Un instante de plenitud.
MONTAIGNE, Michel de