¿Vives o sobrevives?

La pregunta con la que titulo el post, ¿vives o sobrevives? es un clásico de nuestra época. Numerosos libros, artículos, publicaciones diversas, lanzan esa pregunta alegremente. Y nosotros la recogemos con la desmedida alegría y ligereza que da la inconsciencia, incluso torciendo la boca en un amago de sonrisa. Y es un amago y no una sonrisa franca pues cuando contestamos un !vivimos, por supuesto¡ no solemos estar muy seguros de ello y cuando respondemos un sobrevivimos como podemos, no podemos evitar tener la sospecha de que aunque tengamos que agradecer el estar vivos, estaría bien aspirar a disfrutar un poco más de la vida.
Y no estoy hablando de un vivir que se centre en lo externo, en aquello que tenemos, en nuestras posesiones, en aquello que hacemos en el mundo, en nuestro trabajo…. Todo eso es importante y tiene obviamente una repercusión en nosotros, sería iluso decir lo contrario. Aunque a veces seamos nosotros mismos los que nos atamos y no las circunstancias externas. En el día de hoy estoy más bien hablando de un vivir interno, que tiene que ver en la manera en que nos conectamos al mundo, en como sentimos las cosas, en cuanto nos emocionamos en el día a día…
Y probablemente ya habréis adivinado que estoy hablando del mundo emocional, de esa conexión con las emociones, pero no de un modo superficial sino de verdad, con todas sus consecuencias. Y eso no es nada fácil. Muchas veces cuando se habla de la Inteligencia emocional, pensamos que con eso ya entendemos y podemos dominar o controlar el mundo emocional. Y la gracia del asunto es que el mundo emocional no se entiende, eso es poner en la mente racional aquello que corresponde a la mente emocional (sistema límbico). Tampoco se controla ni se domina, se vive. Las emociones se sienten, los pensamientos se piensan. ¿Parece obvio, no? Pues en muchas ocasiones tratamos de sentir los pensamientos y pensar las emociones. Son procesos que discurren en paralelo, que se retroalimentan a una velocidad increíble y es fácil confundirse.
Y esto no quiere decir que tengamos que sentir las emociones y dejar que estas se desparramen de cualquier manera y nos lleven a realizar acciones de cualquier tipo. Tan solo quiere decir que la única vía para vivir es poder sentir, pues es a través de la emoción como nos conectamos a lo más profundo de nosotros mismos y desde ahí al resto del mundo. Es a través de la emoción que una música que escuchamos hace vibrar un sonido en nuestro interior, es la emoción la que hace que un abrazo a un ser querido se transforme en un acto de verdadero amor, es la que nos permite que fluyamos con una tarea como unidos a ella por una hilo invisible, una energía que nos mantiene conectados en lo que hacemos y que permite al pensamiento ser acompañante de ese proceso, guiándolo sin interferir.
Habrá ocasiones en que sentiremos algo y será el momento de expresarlo o manifestarlo. Porqué es el momento adecuado, el lugar adecuado, la persona adecuada. Es algo que si estamos en contacto con nosotros mismos sabemos de manera casi natural. Ese sería el control emocional, no el hecho de no sentir, sino de escoger el modo y momento de expresarlo. Saber que el enfado que me produce mi jefe o un compañero de trabajo, se resuelve ahí, en su contexto, con proporcionalidad a aquello que lo causa y no en nuestra casa, descargándolo contra nuestra pareja (que no tiene nada que ver en la causa del enfado) o gritando al del coche de delante por ir lento.
Porque nos guste o no, para vivir hay que sentir. Una vida desde la cabeza, desde lo racional, es una vida pensada no experimentada. Y no estoy diciendo que la labor intelectual o científica no sea vida. Puedes ser un gran intelectual y vivir intensamente. Pero en cualquier caso, sólo adentrándote en el mundo emocional te sentirás vivo, sentirás el momento. Lo demás son sucedáneos. Y está claro que a veces no te gustarán las emociones que sientes, pues serán dolorosas, o tristes, o de rabia….Te sentirás vulnerable. Pero para poder experimentar la alegría, el gozo, el amor, has de aceptar también las otras. Y si consigues no juzgarlas, simplemente dejarlas ahí, verás que también cumplen su función. Nuestro cerebro es más sabio de lo que creemos y más en los niveles subcorticales (sistema límbico, cerebro primitivo) que en el córtex (pensamiento).
Por todo ello sólo puede decirte, como otras veces, escoge el camino de tu corazón. Porque es ese camino el que te permite dejar de sobrevivir y empezar a vivir. Ese camino es el que te hace verdaderamente humano.
¿Cómo te llevas con tu mundo emocional?
Si quieres escuchar el post en formato podcast aquí lo tienes:
Mertxe Pasamontes
Comments
A mi mundo emocional a veces lo llevo bien y a veces lo llevo mal. Siento que lo llevo mal cuando emociones negativas como el miedo, me embargan. Y me resulta muy difícil en ese momento, reconocerla y dejarla simplemente pasar. Quiero decir que cuando algún fantasma se me aparece (algún miedo real o imaginario) mi pensamiento racional se ve afectado y me convierto en una niñita pequeña y vulnerable y esa sensación no me gusta nada de nada.
.-= Ahora mismo, en el blog de Paula: Turismo activo en Patagonia: Calafate, El Chaltén y Ushuaia =-.
Totalmente de acuerdo…
Me ha gustado mucho, es verdad que las situaciones tienen su momento adecuado(manifestar ese enfado, descontento, no estar de acuerdo..) pero también es verdad que no lo haces por no empeorar situaciones por no estar discutiendo en cualquier momento…cual sería la respuesta a alguien que realmente te tensiona y te transmite energia negativa??
Muchas gracias!!
Vale más vivir y morir de una vez, que no languidecer cada día en nuestra habitación bajo el pretexto de preservarnos.
STEVENSON, Robert Louis Balfour
Vivir es lo más raro de este mundo, pues la mayor parte de los hombres no hacemos otra cosa que existir.
WILDE, Oscar Fingal O`Flahertie Wills
Un artículo magnífico, Mertxe. Hace unos años, cuando oía el tópico «carpe diem», no sabía interpretarlo en clave personal. «¿Cómo se hará esto de vivir el momento?», «¿qué querrá decir disfrutar cada instante si llega un punto en el que se termina?», pensaba. Está claro que, para comprender ese misterio, antes tenía que asimilar todos estos conceptos que expones en esta entrada. Y es que, efectivamente, no atinaba en que me estaba resistiendo a no controlar las emociones y que no me permitía el lujo de algo tan simple como vivir. Disfrutaba, sí, pero estaba más pendiente de que aquello terminaría, de que era efímero, que de soltarme emocionalmente. Es, al fin y al cabo, lo que se desprende de los aforismos citados por Nick, muy adecuados, por cierto, al artículo. De hecho, hay algo en el primero que me llama poderosamente la atención: «languidecer cada día en nuestra habitación bajo el pretexto de PRESERVARNOS». En efecto, esa sensación de estar esperando algo mayor, más trascendente, exclusivo, es uno de los peores enemigos del individuo… como si algo nos impidiera vivir cada instante. Y es que considero que el peor enemigo de no permitirse el gusto de vivir es precisamente el miedo a hacerlo. Como siempre, el miedo.
Gracias por la atención. Saludos.
.-= Ahora mismo, en el blog de Joan López Casanoves: Colaboración en el blog “Educar hoy” =-.
Realmente, el artículo es fantástico.
Leyendo el resto de comentarios suscribo todo lo que se dice en relación al miedo. Realmente es una emoción paralizante. La necesidad de aprender a entenderlo y dominarlo, dentro del marco de la inteligencia emocional, es una gran tarea personal a realizar.
Quizás también una tarea colectiva a través de la educación y el aprendizaje de los más jóvenes, a los que los adultos, sin maldad, les inculcamos nuestros miedos, adquiridos sobre todo a partir de la adolescencia.
.-= Ahora mismo, en el blog de Inma: Motivar con frases y TIC a alumnos y padres =-.
Hay una película de Pixar que se llama Wall-E
En ella, la humanidad lleva 800 años viviendo en el espacio, puesto que en el 2200 y pico la vida en la tierra se convirtió en inviable.
Sus cuerpos se han hecho fofos y gordos. Han perdido su masa osea.
La gente vive en su nave, la Axion, por el espacio, tripulados por el Comandante y su Piloto Automático.
Cuando el simpático robot wall-e llega a la nave, trae consigo una planta, prueba irrefutable de que la vida en la tierra vuelve a ser viable. Es entonces cuando Piloto Automático detecta la amenaza de volver, y se amotina para evitar que la Axiom vuelva a la tierra por un mero «tecnicismo».
En plena pelea entre Piloto Automático y el Comandante, la maquina le dice:
– «no vuelva a la tierra. En la nave va a sobrevivir». Y el comandante, harto de la represión e ilusionado por volver a la tierra y abandonar el status quo sedentario de la vida en la Axiom, le grita:
– «yo no quiero sobrevivir. Quiero vivir!!!!»
Te la recomiendo. Yo tengo la ventaja de tener que ver 40 veces la misma peli de dibujos animados. Y estan llenas de mensaje y moral. Mientras, mi hijo mira su robot preferido 🙂
Salut!
Jordi
.-= Ahora mismo, en el blog de Jordi: Carta al amigo pobre =-.
A menudo, tratamos de ponernos la coraza de la racionalidad y así olvidarnos de lo que está detrás de todo, nosotros.
Nos centramos en lo visible: nuestro trabajo, las actividades del día a día, familia, etc., y dejamos de lado el análisis de cómo nos afecta todo ésto porque nos da miedo nuestra inseguridad y vulnerabilidad, en no llegar a ser como queremos o hemos soñado.
Enhorabuena por el artículo!
.-= Ahora mismo, en el blog de Vanesa: ¿Por qué abandonamos nuestros proyectos a largo plazo? =-.
Si tengo emociones pero cuando intento dejarme llevar asusta ver lo sucede me gustaría poder compartirlas con otra persona y no quedarme con ellas dentro, pero he sido yo misma la cerro su puerta y ahora es difícil volver abrirla.
Gracias a todos por vuestros comentarios, no era un post fácil de digerir. Habéis hecho comentarios realmente interesantes. Y no es sencillo estar ahí con emociones que nuestra mente juzga como negativas. pero el resto está ahí, en seguir sintiendo…