Fomentar lo artístico para ser creativos

En nuestro modelo de educación tradicional las artes han jugado siempre un papel secundario. Las asignaturas de música o dibujo han sido vistas más bien como un relleno, un complemento sin demasiada importancia. Y qué decir de otras disciplinas como la danza o el teatro. Se han considerado parte de una educación más completa pero sin otorgarles una función más allá de ese hecho.

Pero recientes investigaciones de la Michigan State University afirman que existe un nexo entre la participación en la niñez en actividades artísticas y manuales y la capacidad de generar patentes y negocios en la edad adulta. Observando a los graduados de la MSU entre los años 90 y  95 vieron que aquellos que tenían negocios propios o patentes había tenido unas ocho veces más exposición a las artes en la niñez que la población en general. Y eso se daba con mayor evidencia si había sido una actividad sostenida, que había empezado en la niñez y continuado hasta la edad adulta.

El entrenamiento musical en la niñez estaba presente en el 93% de los graduados en disciplinas como matemáticas, ingeniería, ciencia y tecnología. Si la exposición durante la niñez había sido al trabajo con electrónica o metal, era un 42% más probable, que en población general, el desarrollo de una patente. Y si había un bagaje en fotografía, la posibilidad de desarrollar una patente aumentaba en un nada despreciable 30 por ciento.

No es mi intención abrumar con datos pero creo que ayuda a darse cuenta de que realmente existe una relación clara entre actividades artísticas en la infancia y creatividad, sea para montar un negocio o para registrar una patente, en la edad adulta. Como dicen los investigadores, esos niños han estado en actividades que les permitían pensar fuera del marco, lo que facilita que lo puedan seguir haciendo en la edad adulta.

El cerebro no funciona en compartimentos estancos y los conocimientos de un área puede extrapolarse a otras. Y más cuando esos conocimientos tienen una parte práctica, no son meros conocimientos aprendidos de memoria, sino que hay experiencia. Porque la experiencia se graba de una manera especial en nuestra cabeza. Por citar una experiencia personal, yo hice ballet durante muchos años. Lo aprendido en el ballet me ha servido para otras actividades físicas que no tienen nada que ver. Pero aunque sean dispares, el cerebro ya sabe cómo integrar el aprendizaje corporal pues ha tenido una vivencia prolongada de ello. E imagino, a la vista de los estudios citados, que también me ha servido para otros campos de mi actividad profesional.

Y volviendo a la idea de que las actividades artísticas permiten pensar fuera del marco, creo que es algo que debemos no olvidar. Porque uno de los grandes problemas de la educación es la uniformización; todos los niños deben adquirir los mismos conocimientos y expresarlos de un modo concreto en unos exámenes. Eso asegura de un lado que haya unos conocimientos básicos adquiridos, pero de otro hace difícil pensar fuera del marco. Y los que montan negocios, descubren cosas y crean patentes, son los que en algún momento se atrevieron a pensar más allá de los límites establecidos.

Así que demos la bienvenida a todo aquello que nos amplia los horizontes. No pongamos obstáculos a la creatividad. Permitamos a los niños y a los adultos, pensar más allá de lo corriente, de lo establecido, de lo que consideramos normal. Y pensemos además que las actividades artísticas no sólo amplían nuestra mentes sino que también tocan nuestra alma.

Y si quieres saber cómo activar más fácilmente el modo creativo, entra aquí. 

¿Realizas o has realizado alguna actividad artística?

Mertxe Pasamontes