¿Sirve realmente el coaching?

Antes de responder a la pregunta de si el coaching sirve o no, creo que sería útil definir qué es. Desde los años 90 hemos presenciado la aparición de un nueva metodología de intervención, tanto en el ámbito personal como profesional que recibe el nombre de Coaching. ¿Pero, qué es el coaching? El proceso en sí, recibe el nombre de coaching y el profesional que lo realiza es el coach. La palabra coach es de origen francés y significa carruaje. El idioma inglés también adoptó la palabra coach para nombrar diferentes tipos de transporte, hasta que en el siglo XVIII se empezó a utilizar el término coaching para un tipo de deporte que se practicaba en carruajes tirados por varios caballos y guiado por un conductor. Y es bueno recordar la etimología del término porque un coach es en sentido estricto un guía, un acompañante. El coach es además un facilitador en el camino hacia la definición y consecución de los propios objetivos. Y un buen coach no se queda sólo en eso sino que es la persona que ayuda a otra a descubrir todas sus potencialidades y sus talentos ocultos. Que la ayuda a ser la mejor versión de sí misma.
¿Sirve pues el coaching? Sí, sirve para lo que sirve. Y ahora voy a tratar de explicar esta perogrullada. Los orígenes del coaching son anglosajones y en el ámbito de lo deportivo. De ahí saltó a la empresa. Y con el tiempo, al ámbito personal. Me atrevería a decir que gran parte del éxito que ha tenido en España es debido a lo mucho que le cuesta al español promedio aceptar ir al psicólogo, ya que para muchas personas pedir ayuda psicológica es como tener alguna tara o defecto. Y el coaching ha encontrado ahí terreno abonado, pues ir al coach es en cierto modo glamouroso. Y de ahí que se utilice en áreas en que no está indicado, o como mínimo, es poco potente.
¿Cómo distinguir dónde usarlo? Yo establecería en primer lugar una frontera clara que sería el hecho de que exista un trastorno «mental». Un trastorno mental no es estar loco, que quede claro. Puede ser tener ansiedad, o sentirse con el ánimo deprimido, o comer compulsivamente, o problemas con la pareja,…etc. En este tipo de casos yo recomendaría siempre terapia, ya que conviene profundizar en las causas, en la personalidad y hacer cambios sustanciales. La siguiente línea divisoria la pondría en el tipo de cambio que se desee hacer. A mayor profundidad del cambio, más necesario que sea un buen proceso terapéutico. Qué es un cambio profundo y qué no, lo dejaré a criterio de cada persona y cada profesional, ya que no es mi intención dogmatizar.
Y para que sea más claro lo que he estado explicando te voy a mostrar algunos casos prácticos de uso del coaching, : en empresas, para deportistas en competición, para alguien que tenga un objetivo y no sepa cómo llevarlo a cabo, o que no sepa cómo definir lo que realmente quiere de la vida, o que haya intentado varias veces conseguir algo sin éxito, o que tenga dificultades en seguir un plan de acción, o incluso que sienta que abandona sus objetivos por hacer otras cosas que le interesan menos. O tal vez alguien que quiera iniciar un nuevo proyecto profesional y quiera sentirse acompañado en ese cambio.
Por tanto, la respuesta a la pregunta es muy clara: el coaching es útil. Y añadiría, y la psicoterapia también y no es ninguna vergüenza acudir a un terapeuta. Y como en cualquier tema delicado, lo más importante es que acudas a un buen profesional. Y por si quieres saber cómo elegir un buen terapeuta o coach, te dejo este enlace.
¿Has acudido alguna vez a un coach o terapeuta? ¿Cómo fue la experiencia?
Mertxe Pasamontes
Comments
Muy bien explicado, Mertxe.