¿Te animas a experimentar un verano "tántrico"?

Ya hace un par de años que cuando llegan estas fechas veraniegas, cambio un poco la temática hacia algo más acorde con el período estival y vacacional. Hace dos años os hablé de las reflexiones veraniegas y el año pasado os animé a pasar un Verano Zen . Este año voy a ir un paso más allá y animaros a experimentar, aunque sean los primeros pasos, de una vida más tántrica. Y digo los primeros pasos, pues eso son lo que yo conozco y sabéis que no me gusta hacer propuestas que no haya antes experimentado.
Antes de que nadie se asuste, un verano tántrico no tiene porqué ser un verano sexual. Puede haber un componente sexual en el tantra obviamente, pero lo que os iré explicando en las próximas semanas tiene que ver más con la parte sensorial y energética que con la sexual. Y a partir de ahí cada cuál llega dónde quiere llegar… Así que el que entró buscando un kamasutra veraniego se equivocó de post ;). Hay que pensar que la vía de la sensorialidad, es una forma estupenda de estar de verdad en el aquí y ahora, de conectar con el mundo y disfrutarlo.
Os describo esta vía de autoconocimiento, conocida como la tercera vía, tal como lo hace Daniel Odier en el libro Deseo, pasión y espiritualidad :
Esta tercera vía se llama tantra shivaísta cachemir. […] Es una vía en la que el ser evoluciona a través de la sensorialidad y la conciencia, y que se opone a la busqueda sexual hedonista ya que abarca la totalidad del ser.
Tal como el mismo Odier explica, es una tradición que tiene entre cinco y seis mil años de antigüedad y que llegó a su apogeo entre los siglos VII y XII de nuestra era. Muchos maestros del budismo, bebieron de la experiencia del tantrismo, que a diferencia de otras corrientes tenía a la mujer, yoginis, como maestras. Era una corriente que abolía las diferencias entre lo seres y que buscaba la elevación espiritual a través de la fusión con el mundo en su totalidad, sin renegar de la parte sensorial. De alguna manera, gran parte de nuestra búsqueda durante la vida parte de esa nostalgia que sentimos de la unidad, de sentirnos seres completos. De un anhelo interior, a veces en forma de inquietud, ansiedad o desasosiego, por integrar la totalidad de la experiencia humana.
Y no estoy pretendiendo en este post y en la seria que inicia, que siendo occidentales como somos, nos convirtamos al tantrismo o conectemos con inquietudes espirituales. El Tantra es otra vía, tal vez menos conocida que la del Zen, de conectar con el aquí y ahora y gozar del presente. El componente sexual del tantra ha hecho que muchas veces sea mal explicado o se creen tabúes alrededor del término. Pero si alguien no se asusta cuando se habla de zen o de budismo o de meditación, no tendría porqué asustarse al hablar del tantra.
Y para empezar, os propondré el mismo ejercicio que Odier propone: la respiración consciente. El objetivo de la respiración consciente no es más que traernos de vuelta al presente, al aquí y ahora. Se trata de poner atención a cómo estás respirando entre 5 y 30 segundos. No más y no menos. No hace falta que cambies nada de la respiración sólo que tomes conciencia de ella. La técnica no persigue ningún fin ulterior, sólo que vuelvas al presente. Lo que sí que es importante, es que lo practiques muchas veces al día. Puedes tratar al principio de hacerlo unas 5-10 veces (no te tomará mucho tiempo, ya que cada vez es un máximo de 30 segundos) y luego ir aumentándolo hasta hacerlo las veces que quieras. No hay límite. Lo único importante es que estés en la respiración cuando la estás haciendo. Con el tiempo esa respiración se irá haciendo más profunda de manera natural, por la misma conciencia que estás poniendo en ella.
En la práctica, puedes darte cuenta, como yo misma que muchas veces estás respirando de manera superficial o incluso que estás como reteniendo el aire. Eso suele arrrancarme un suspiro o unas enormes ganas de respirar profundamente. Y puedes darte cuenta también de lo difícil que es recordar hacerlo.
Para acordarte de hacerlo, para empezar, puedes marcarte algunos momentos como al despertar, antes de las comidas, antes de ir a dormir, cuando vayas a empezar alguna actividad o al acabarla, etc… Es posible que te sorprendas de lo que descubres de tus propios estados internos cuando pones atención en ellos.
Ahora que ya sabes de que va, ¿te animas a pasar un verano tántrico?
Si quieres escucharlo en formato podcast:
Mertxe Pasamontes
Comments
Feel better,It’s up to you.
Si te inicias tal como nos pide Mertxe en la respiraciòn puedes llegar a disfrutar de muchas màs cosas que en estos momentos no conozcas
Hay infinidad de maneras de conocerse a uno mismo y la vía tántrica tal como nos la propone Mertxe me parece muy buena idea. Ánimos y a probar.
Yo me apunto al experimento… No es cuestión de poner reparos a abrir el mapa mental, no? 🙂
Esa es la actitud:open mind
Concentra tu atención en un solo sentido: el gusto, el tacto, la vista, el oído, el olfato. Si otro sentido interfiere, no intentes combatirlo, pero tampoco le prestes atención; simplemente dejalo estar. Concentra toda tu atención en el primer sentido que hayas elegido.
Tú eres el objetivo.
Elige la clase de belleza con que te vas a comunicar hoy.
Borra todo pensamiento de tu mente.
No des nombres, no describas, no clasifiques.
No hagas referencia a otras formas de belleza del pasado o del futuro.
Recibe la belleza simplemente como es.
Puedes elegir el sabor y utilizar una fruta que te guste. Disfruta de su sabor sin pensar en ninguna otra fruta que hayas probado antes. Disfruta del sabor a… (manzana, mango, naranja… lo que hayas elegido) de esa fruta concreta. Puedes utilizar cualquiera de tus otros sentidos y utilizar lo que te apetezca. El aroma de una flor, la vista de un paisaje, una obra de arte, los movimientos de un animal. Escucha el sonido de la lluvia, de una canción, de una voz, del mar, del viento. O toca lo que más te atraiga, un terciopelo, una seda, la arena, un cuerpo.
Ponte cómodo.
Muévete lo menos posible. Quédate quieto.
Si realizas la práctica bien, aunque sean unos pocos segundos, experimentarás una gran liberación de tu yo familiar y cotidiano.
Y estarás realizando un ejercicio con miles de años de antiguedad. Se lo enseño Shiva a Parvati, diciendole: «Diosa radiante, contempla como si fuera la primera vez, una persona hermosa o un objeto cualquiera».
Como si fuera la primera vez, eso es lo esencial. Si te lo propones, funciona.