5 estrategias probadas para relajarte + un bonus
La ansiedad y el estrés son dos de los problemas mentales más frecuentes en las personas de la sociedad occidental a día de hoy. Y se espera que esta tendencia aumente en un futuro próximo. Eso sucede por tres factores:
1. Estás cada día bombardeado por miles de estímulos que mantienen tu cerebro a tope de actividad.
2. Y tienes además las exigencias de la vida diaria que no son pocas.
3. Y a eso le sumamos las autoexigencias que te impones que pueden ser mucho peores que las presiones externas.
Por eso considero imprescindible aprender cómo relajarte. Y vamos a hacerlo con técnicas de probada eficacia que te garantizan el éxito porque han sido estudiadas, evaluadas y aplicadas con resultados excelentes.
Hemos de pensar que no sólo es importante cómo respondes al estrés sino cómo te recuperas después de haber pasado un momento o período de ansiedad. La respuesta inicial a una amenaza está modulada de manera instintiva y consiste en luchar, huir o paralizarse. Eso es lo que tu cerebro hace en primera instancia para protegerte. Pasada la amenza viene el período de recuperación. Y ahí debería terminar el problema. Pero como tu cerebro es capaz de recrear ese peligro, real o imaginado, una y otra vez, la respuesta ansiosa puede persistir aún en ausencia de peligro real y llegar a cronificarse.
Para evitar esa cronificación y los efectos perniciosos que ya vimos que el estrés le hace a tu cerebro, hay que atacar por dos vías: la cognitiva y la física. Por la vía cognitiva vas a tener que aprender a no recrear esos escenarios amenazantes en tu cabeza. Una de las mejores maneras de realizar ese aprendizaje es a través de la terapia, por lo que sería la estrategia 1. En la terapia aprenderás técnicas para no dejarte arrastrar por los pensamientos y si la haces conmigo también te introducirás en la práctica del mindfulness. Porque es importante que aprendas a mirar esos pensamientos con ecuanimidad, sin apego ni aversión. El Mindfulness es una buena vía para que estés en contacto con tus pensamientos y emociones pero sin dejarte arrastrar por ellos y sin sobrereaccionar. Al desarrollar el observador interno aprendes a mirar hacia los pensamientos y no desde los pensamientos.
Por la vía física existen varias opciones:
- Estrategia 2: La relajación muscular progresiva. Es una técnica de probada eficacia para los estados de ansiedad. Te posibilita aprender a relajar la musculatura y distinguir cuando está tensa y cuando está relajada. Esa relajación muscular manda un mensaje al cerebro para que también se relaje. Cuerpo y mente están interrelacionados y lo que afecta a uno le afecta al otro. Si pinchas en el link encontrarás una sesión grabada.
- Estrategia 3: La respiración profunda. La respiración es una de la vías más rápidas para estar en contacto con el cuerpo y para relajarse. No debería ser difícil respirar profundamente pero estamos tan desacostumbrados a ello que frecuentemente necesitamos que nos enseñen cómo hacerlo. Ahora mismo os puedo ofrecer un interesante curso sobre el tema. Te enseña todo lo que debes de saber sobre la respiración. Impartido por Ximena Escobar, profesora de yoga con más de 15 años de experiencia. No es necesario que lo hagas de un tirón. Puedes ir aprendiendo y practicando tranquilamente. Aprender a respiras cuesta un esfuerzo inicial, pero luego es un beneficio que dura toda la vida.
- Estrategia 4: El yoga también ha mostrado su eficacia como técnica de relajación. Como todo, se requiere de práctica, disciplina y constancia. Y aumenta su efectividad si se complementa con alguna técnica terapéutica que te ayude a dirigir los pensamientos como te comentaba antes. Porque si te relajas en la clase de yoga pero al salir vuelves a recrear escenarios amenazantes en tu cabeza, la ansiedad retorna. Es por eso que algunas personas dicen que el yoga no les funciona, porque realizan sólo la mitad del trabajo.
- Estrategia 5: El contacto social. Estar en contacto con personas con las que te sientas bien, querido y nutrido te ayudará también a conectar con sensaciones de relajación. En ese contacto puedes incluir el contacto con una mascota, que ayuda también a liberar endorfinas.
El bonus es cualquier actividad que te guste y te relaje. Bailar, ir a correr, cualquier deporte, ir al cine o al teatro, leer, etc. Lo único que tienes que tener en cuenta es que no sean sólo una distracción, una vía de escape. No hay nada de malo en sí mismo en que sean una distracción, el problema es que si no sabes qué hacer con tus pensamientos amenazantes cuando ceses la actividad volverás a estar enzarzado en tu bucle mental de preocupación. Por eso lo mejor es una combinación de enfoques: uno físico y uno mental que te permite ser más eficaz, cubre todas las áreas y te da herramientas para aprender a vivir sin ansiedad. Porque se puede vivir sin ansiedad y es algo tremendamente gratificante.
¿Qué estrategia usas tú para librarte de la ansiedad? ¿Incluyes algún modo de trabajo con los pensamientos?
Mertxe Pasamontes