Como el estrés está dañando tu cerebro
Recientes investigaciones han puesto de manifiesto como el estrés y la ansiedad dañan el cerebro cuando se padecen de forma prolongada. Y la conclusión, en palabras de una de las autoras, la Dr. Linda Mah es tan preocupante como, y cito textualmente : la ansiedad patológica y el estrés crónico están asociados con una degeneración estructural y un mal funcionamiento del hipocampo y del córtex prefrontal lo cuál puede llevar a un riesgo incrementado de desarrollar desórdenes neuropsiquiátricos , como la depresión o la demencia. Es decir, la ansiedad y el estrés crónico no sólo están impactándote en el momento en que los padeces, sino que además están dañando áreas de tu cerebro.
El estudio llevado a cabo por el Rotman Research Institute at Baycrest Health Sciences ha estudiado qué sucede en el cerebro cuando se padece estrés, ansiedad o miedo de manera crónica. Si estos estados se dan de manera puntual nuestro organismo tiene la capacidad de reponerse y no dejar daños a medio o largo plazo. La ansiedad causada por un examen o una entrevista de trabajo o el estrés en una etapa de trabajo intenso pero acotado en el tiempo, no dejan una huella permanente. No es algo que nos deba preocupar. Pero cuando estos estados se dan de manera prolongada, el hipocampo, responsable de la memoria a largo plazo y de la orientación espacial, empieza a fallar.
La zonas del cerebro encargadas de lidiar con los miedos y los estados de ansiedad y estrés son principalmente la amígdala y el hipocampo, que es donde se desecandena la señal de alarma. Y el córtex prefrontal, que es el encargado de realizar una regulación emocional más consciente. En estados de estrés crónico estas zonas están de un lado sobreactivadas (amígdala e hipocampo) y del otro subactivadas (córtex perfrontal), lo que lleva a tener una sobreactivación emocional que el córtex prefrontal no puede manejar. Dicho en palabras llanas, tienes un estado de nerviosismo que no puedes controlar porque tu cerebro ha agotado el modo de hacerlo.
No creo que estés muy sorprendido por estos hallazgos científicos ya que es algo que de algún modo ya sentías que era así. Puede que no supieras cómo exactamente el estrés te estaba dañando, pero eras consciente de que lo estaba haciendo y no sólo físicamente. Si llevas un coche continuamente pasado de revoluciones, sabes que te durará menos. Y que en cada trayecto, estarás incrementado el riesgo de que un pequeño error te lleve a perder el control. Lo mismo sucede con tu cerebro. Si lo llevas al límite, estás forzando la máquina y aumentando el riesgo de cometer errores o de tener momentos en que pierdas los nervios. Y todos sabemos lo que pasa cuando se pierden los nervios, los problemas no dejan de crecer.
Pero hay una buena noticia y es que esos estados no son totalmente irreversibles. Se ha visto que los antidepresivos y el ejercicio físico incrementan la neurogénesis en el hipocampo, es decir, lo reparan. Y hay también evidencias de que la terapia y el entrenamiento en mindfulness reducen el estrés y el riesgo de degeneración cerebral. Y de esto te hablaré más ampliamente en el próximo post.
Y aún y así, la mejor noticia es que se puede aprender a vivir sin estrés ni ansiedad. Yo puedo enseñarte el camino. Y es maravilloso. Es abrirte a un nuevo mundo, a una nueva manera de saborear las experiencias de tu vida. Es vivir con una tranquilidad en el día a día que te lleva a concentrarte mejor y rendir más y por tanto a tener más tiempo libre para disfrutar como de verdad desees hacerlo. Y no es tan difícil como te pueda parecer si sabes cómo hacerlo y cuentas con una buena guía. No te conformes con vivir a medias. Porque vivir con angustia y estrés es no hacerlo plenamente. Date la oportunidad de ser libre y feliz.
¿Vives con estrés o ansiedad? ¿Hasta cuando estás dispuesto a hacerlo?
Mertxe Pasamonets