¿Concilias o trabajas?
Uno de los temas que de vez en cuando deberíamos plantearnos es si realmente estamos conciliando nuestra vida personal con la laboral o estamos viviendo para trabajar. Es cierto que en muchas ocasiones el horario es algo que viene más impuesto por la empresa para la que trabajas que por tu propia decisión personal. No obstante, todo ese tiempo que haces de más (y por tanto de menos en tu vida personal), no te lo va a devolver nadie. Sirva como dato que la Wikipedia no tiene una entrada específica para el termino conciliación de la vida personal y la laboral. Da que pensar que nadie se haya intersado ni tan siquiera en definir el concepto.
Teóricamente existen en muchas grandes empresas (en las pequeñas hay de todo, pero el personal más escaso dificulta a veces hacerlo) políticas de conciliación de la vida personal y la laboral. De hecho incluso alguna de esas empresas, están en las listas de “mejores empresas para trabajar”. Pero todos sabemos también que muchas de esas políticas de conciliación no se cumplen. Están ahí esas normas no escritas y nadie explícitamente te va a decir que tengas que quedarte más horas de las pactadas, pero sabes por la cultura de empresa, por el ambiente que se respira, que tienes que hacerlo. Sientes que no tienes opción.
Afortunadamente en algunos lugares se empieza a combinar lo presencial con el teletrabajo, relajando así un poco la presión sobre el trabajador. Las herramientas como Zyncro, u otras similares son una de las maneras de poder trabajar desde la distancia y estar al día de todo. Pero hay muchos empleos en que esto no es posible ya que se requiere tu presencia, sobre todo en sectores como el de servicios.
El principal problema, es que más horas no significa más ni mejor rendimiento. Y poner a tu equipo objetivos inalcanzables, no significa motivarlos más. Las personas tienen un límite en su rendimiento y cuando lo sobrepasas lo único que consigues son resultados inferiores a los que podrías conseguir sin esa presión. De hecho España tiene fama de ser uno de los países menos productivos de la UE. El verdadero coste no está en la conciliación, sino en la falta de esta. Pero si consideras a tu “empleado” como un “recurso humano”, puedes pensar que da igual quemarlo, que siempre puede ser sustituido. Pero eso no es tan cierto como parece. Aclimatarse a una nueva empresa, entender el modo en que funciona y desarrollar tu potencial en ella al máximo requieren de un tiempo. Sustituir a alguien tiene un coste más allá del económico. Pero para que esta nueva mentalidad se de, todavía tienen que cambiar muchas organizaciones, que están más fosilizadas y ancladas en modelos del siglo XX (o del XIX) de lo que quieren reconocer. En esto, muchas empresas tipo start-up les llevan mucha ventaja ya que han nacido con esa nueva filosofía.
Y si en tu empresa no te permiten conciliar, siempre puedes buscar otra. O iniciar el camino de emprender o ser freelance, o por lo menos el de ser tu marca personal. Porque al final no es de trabajo que estamos hablando, sino de tu vida. Y como decía hace poco Andrés Pérez en un post, ser una marca personal no te impide trabajar para otros, pero teniendo claro que estás “prestando tus servicios”. Y puedes ser el mejor prestador de servicios sobre la faz de la Tierra, tener una gran implicación y dar lo mejor de ti mismo, pero sigues siendo una persona independiente. No es un camino fácil, pero el camino de ser uno más entre la masa, tampoco lo es. Yo también te recomiendo que veas Company’s men, pero con mirada crítica. Y si te apetece, tienes los comentarios para debatir qué te ha parecido.
¿Puedes conciliar en tu empresa?¿Qué opciones te planteas si sientes que no puedes hacerlo?
Comments
Como curiosidad, el concepto si que existe en Wikipedia en inglés y alemán, por ej. Pero no en español.
http://en.wikipedia.org/wiki/Work%E2%80%93life_balance
Hola Mertxe, algún día tendremos que organizar algo juntos. Un abrazo enorme y gracias por estar ahí aguantando y ayudando.
¡Y ni te digo si además de trabajar por cuenta ajena estás montando tu propio emprendimiento! Mi vida en este momento es como estar tocando la batería todo el día (y a la noche en mis sueños): distintos ritmos al mismo tiempo. Un quilombo! Pero supongo que será pasajero…
Vuelves a dar en uno de los clavos que mortifican a la sociedad española. Seguiremos “calentando la silla” y midiendo por horas transcurridas mientras que no se generalice la cultura de la calidad. Lo realmente relevante es obtener buenos resultados. Sin vida fuera del trabajo es imposible conseguirlos, al menos de una manera sostenida en el tiempo.
Un abrazo
Para mi, un mix presencial/teletrabajo es de lejos la solución más productiva y sana para el coco, ya que permite evitar el aislamiento en cas).
Concordo contigo sobre la teoría Mertxe, pero el contexto actual (crisis y cambios) y un contexto personal (Paula o yo estamos lanzado un proyecto) a menudo te empujan a echar muchas horas.
Bonito engaño el que vende montar un negocio propio sin trabajar como un animal. LA clave está en volver a un ritmo normal en algun momento. Este periodo no dura dias o semanas…sino meses…o años si lo haces en paralelo con un trabajo como empleado.
Un tema interesante el del post de hoy. Nunca habéis sido testigos de cómo la nueva generación de jóvenes (muchos de ellos) sienten que no quieren “trabajar como se hacía antes”, con tantas horas y tan mal remunerado? De alguna manera éso se ve hoy, mucha gente que de alguna manera tiene una filosofía de lo que sería un trabajo sensato, un trabajo justo y vital como lo debe de ser hoy día.
Pero de alguna manera miran a su alrededor (yo incluído) y ven cómo la gente se “quema” trabajando, y claro como esa gente de generaciones antiguas no tiene la conciencia de los nuevos derechos laborales (como los que se citan en el artículo) no suelen quejarse, sino más bien echan más y más horas al trabajo en cuestión, algo que desde fuera se ve atroz, en relación a cómo repercute en sus vidas, en su agotamiento en la vida privada, algo de verdad injusto. He mirado y he comprobado que hay muchísimos jóvenes que tenemos esa visión y no tenemos precisamente ganas de entrar a un mercado laboral tan a favor con la crítica de nuestro querido Marx.
No me extraña que aquel hombre se retirara del mercado laboral sintiéndose quemado, utilizado como una herramienta de producción, y no es por incordiar, pero creo que somos “algo más” que meras máquinas de producción…