¿Te preocupa el estatus?
Es difícil pensar que como seres humanos que somos, seamos inmunes a la importancia del estatus social. Somos seres sociales y vivimos la mayoría de nosotros (a no ser que seas un anacoreta) inmersos en una sociedad, por lo que nuestra posición dentro de ella tiene una cierta relevancia. Podemos vivir más o menos al margen del sistema, o incluso relativizarlo, pero difícilmente podremos ignorar nuestra posición en él totalmente.
De hecho hay numerosos estudios que revelan que el estatus nos importa y mucho. Los tres ámbitos profesionales que generan mayor estatus en la sociedad occidental son: la moda y el cine, los negocios y el deporte. Podéis estar pensando que la ciencia y el pensamiento académico deberían estar ahí, pero parece ser que no lo están. Al adquirir una cierta posición social pensamos que ese hecho demuestra lo que valemos, de lo que somos capaces e incluso que a veces repara menosprecios previos. De alguna manera tener una buena posición nos garantiza recibir más atención de los demás y obtener de ellos un buen trato. En la conocida película Pretty woman, una de las escenas que mejor muestra ese tema es en el momento que el hombre de negocios (Richard Gere) lleva a la prostituta (Julia Roberts) de compras a Rodeo Drive (una de las calles más exclusivas de Los Ángeles). En escenas anteriores se había visto que a ella se la trataba de manera despectiva por no considerarla a la altura de esas tiendas de lujo. Pero todo cambia al entrar con el hombre adinerado y demostrar éste que piensa gastarse mucho dinero. Gere llega a pedirle al dependiente que le hagan más la pelota a ella, como símbolo de estatus y aceptación. Si queréis ver la escena os dejo el link pero está en inglés.
Hemos de pensar que nuestras sociedades están basadas en gran parte en la idea de la meritocracia, en la que se supone que los méritos debidos al esfuerzo individual son los que te posibilitan subir en la escala social hasta el máximo que tus capacidades te permitan. EEUU es el máximo exponente de esta idea con el ideal del sueño americano: cualquiera puede llegar a dónde su esfuerzo y su capacidad le permita. Lo malo de esta propuesta, entre otras cosas, es que es una falacia de base, ya que para que eso fuera posible todas las personas tendrían que partir en igualdad de oportunidades y eso no es cierto. Hay situaciones más favorables, hay relaciones familiares y sociales que pueden ayudar y el nivel económico de partida puede tener un impacto en el resultado.
Pero esa “zanahoria”, esa creencia fomentada desde muchos lugares y de muchos modos (incluyo aquí a mi pesar, a muchos libros de autoayuda) de que todos podemos hacerlo todo, hace que el engranaje siga girando. Hace que las personas sigan luchando por tener el estatus que creen que les corresponde, ese que les permite reconocerse como valiosos a ojos de los demás. En las redes sociales este fenómeno se ve de un modo que a veces provoca vergüenza ajena. Trataré de explicarme. La ansiedad por el estatus puede llevar a querer aparentar lo que no se es, o fingir tener conocimientos que no se dominan, incluso a fingir desempañar trabajos que no se tienen. Como comenté en Qué precio pagas por ser auténtico, todos hablan de autenticidad, pero no tantos la practican.
La cuestión para mí, es buscar el estatus con el que uno se sienta cómodo, no el que la sociedad te pone delante como el bueno. Conectar contigo mismo y descubrir qué es lo que realmente a tí te interesa, no qué se supone que te tiene que interesar. Puede que tu seas feliz viviendo en una pequeña población en el campo, o en un modesto piso y teniendo más tiempo libre. O puede que quieras crear una gran empresa e irte a Silicon Valley. Todas las opciones son correctas mientras se basen en una elección libre y consciente y no en un “enganche en la necesidad de estatus”. Y si quieres ver lo que significa engancharse al éxito y al estatus te recomiendo ver la película Sin límite, que aunque sea floja en algunos momentos, creo que ejemplifica muy bien esa actitud.
Sobre todo no hay que olvidar que una cosa es alcanzar determinado estatus en la vida haciendo algo que te gusta y con lo que disfrutas y otra cosa es la ansiedad por el estatus. Aunque los caminos pueden asemejarse externamente, a poco que observes, verás las enormes diferencias entre las personas del primer grupo y las del segundo. La diferencia es tan grande como el hecho de confundir el resultado con el objetivo.
¿Buscas tener un determinado estatus? Si has contestado que no: ¿estás seguro de ello?
Si quieres escuchar el post en formato podcast aquí lo tienes:
Mertxe Pasamontes
Comments
El status de la gran mayoría de personas que no estan relacionadas con las artes o el mundo económico, la gente de la calle con más o menor nivel económico, acostumbran a ser lo que llamo: Jinetes. Aparentan, pero me encanta descabalgarlos, cosa para mi facilísima pues con los años he aprendido a ser lo más natural posible y excluir de mi camino a esos “farfollas” que solo me hacen perder tiempo y, lo para mi importante: MALGASTAR SALIBA.
Posees una voz impactante e interesante, junto a un cerebro perfectamente amueblado.
Hoy te he oído por primera vez pero, pudiendo hacerlo, continuaré.
Un beso,
Tony
Es interesante analizar el tema de los grupos de poder ( sectas, lobbys, órdenes religiosas, clubs, grupos étnicos, …. ) porque la pertenencia o no a ellos, y su nivel de influencia condicionan el estatus y seguramente el éxito.
¿podrías explicarnos tu opinión sobre ello?
GRACIAS MERTXE
Interesante, pero te ha faltado definir claramente a qué te refieres con estatus.
Es muy fácil hablar y oir a hablar a gente del estatus social, del estatus economíco, pero en realidad, ¿Qué es el estatus? ¿Cómo se comparan?
Poniéndolo en dos ejemplos claros. De estas dos personas que pongo a continuación, ¿quién tiene un estatus social más alto?
– Un político perteneciente al partido que ha ganado las elecciones municipales de una ciudad de tamaño medio (pongamos Salamanca) y que ocupa el puesto de concejal de turismo.
– Un camarero contratado en un bar popular de esa misma ciudad con un nivel cultural alto, que con su carisma se ha ganado el respeto de su familia, amigos y clientes del bar.
Instintivamente se tiende a pensar que el político, pero posiblemente la influencia social del camarero sea mucho mayor que la del político, entonces ¿por qué su estatus va a ser inferior?
Otro ejemplo, para intentar determinar quién tiene un estatus económico mayor:
– Una persona con un sueldo de 1.300 € al mes que vive de alquiler en una casa pagando 450 € mensuales, lo que le permite ahorrar para poder irse de vacaciones siempre que le apetezca.
– Una persona con un sueldo de 2.500 € que paga 1.500 € de hipoteca de una casa grande, y además una letra de 350 € por un coche que le consume 200 € de gasolina al mes. Con todos los gastos acumulados, apenas llega a ahorrar algo para poder irse una semana a la playa en verano.
¿Cuál de las dos personas tiene un estatus económico mayor?
Espero que sirva como reflexión.
Saludos!
Es que me temo que el estatus es algo subjetivo. Hay unos parámetros sociales en los que podemos estar más o menos de acuerdo, pero todo dependerá de la escala de valores de cada uno. No obstante, en el post yo me refería más bien al término estatus más convencional y generalizado, el socioeconómico.
Entendiendo el estatus como un buen nivel socieconómico creo que es algo a lo que aspira la mayor parte de la población de todo el mundo. Tener una posición desahogada permite satisfacer las necesidades más básicas (a mi juicio los 2 niveles de abajo de la pirámide de Maslow para más precisión).
Ahora bien, creo que llegados a ese nivel, la felicidad, la autorealización no depende en absoluto de seguir acumulando prestigio social o poder económico (es decir más estatus). Incluso creo que cuando ese es el objetivo la persona se transforma en un infeliz, un esclavo de las apariencias, de la necesidad de complacer a otros sólo por estar más arriba que él y a su vez queriendo que lo miren y admiren sus inferiores en estatus, lo que da lugar a relaciones superficiales que no suelen conducir a una vida vivida como plena. Me gusta pensar que cuando esté a punto de morir podré pensar que mi vida valió la pena, que viví intensamente, que me emocioné que conecté, que creé algo… No creo que piense: he tenido estatus, que bien. He acumulado mucho dienro que ahora no me servirá para nada. Que bien.
En síntesis: me preocupa el estatus, lo básico. Como para poder tener la tranquilidad y libertad de dirigirme hacia donde mi mente y mi corazón me lleven.
Besos Mertxe.
Hola Merxte,
Soy Yolanda colaboradora también del blog de Zyncro, me encanta lo que dices, de corazón, creo que el post de Status es magnífico, tienes toda la razón y me voy a permitir la licencia de recomentadarte en mi blog, es un blog que estoy haciendo para el master que estudio, prepaparando el lanzamiento de Spirits of Hanoi, tienes un modo de enfocar la vida, vitalista, positivista, humanista que me encanta, Zyncro me sirvió para conocerte:-))
Me ha gustado mucho, Mertxe. Muchas gracias. No sólo con el estatus, si no en general con el éxito estamos muy obsesionados a veces. Y cuánto nos diría esa palabra si nos detuviéramos un poco a atender a su etimología. Exitus (latín) , “salir de un lugar para acceder a otro”. El éxito entendido como salir de una situación que no nos gusta para entrar en otra en la que somos felices, y no como el lugar común de algunos privilegiados. El éxito puede estar en cualquier parte, si uno atiende a sus propias razones.
Me llama también la atención que menciones el post “Qué precio pagas por ser auténtico”. En esa búsqueda de estatus o éxito social creo que hay también una búsqueda de originalidad, entendiendo por algo original algo que no tiene parecido con lo que ya existía. En inglés algo Original es algo auténtico. Creo que ese es el tipo de originalidad que hay que reivindicar.
Un abrazo
Dado que el “status” es algo que preocupa mucho a las personas de nuestra sociedad, han aparecido muchos gurús que prometen el oro y el moro, sobre todo en internet. Por esa vía, las personas terminan más frustradas que nunca.
Me alegra haber encontrado este artículo y a ti Mertxe!