Cuatro maneras de lograr una Productividad Zen
La vuelta de vacaciones nos empuja en cierta manera a replantearnos cómo enfocar el nuevo “curso escolar”, el nuevo periodo que se abre ante nosotros después del descanso vacacional. De ahí el motivo de escribir este post y explicar qué es la productividad Zen, concepto que obviamente me he inventado, y que ya apareció en una interesante charla con los colegas de Hoynegocios.
No obstante, el titulo de este post puede parecer una contradicción en sí misma y en cierta manera lo es. La productividad la asociamos al hecho de hacer muchas cosas, conseguir metas y objetivos, llegar a un fin predeterminado. En cambio, el Zen, como ya expliqué en varios post, tiene más que ver con el aquí y ahora, el estar en el momento presente y disfrutarlo, en hacer las cosas más por el placer de hacerlas que por el resultado que obtengamos de ello.
Pero precisamente es por esa contradicción aparente que el reto para mi es juntar ambos términos y conseguir una Productividad Zen. ¿Cómo podemos pues conseguir una productividad Zen? Vamos a ver unos primeros pasos para empezar a contactar con el concepto, pues como podéis suponer, la cosa es un poco más complicada que dar un recetario.
– Lo ideal sería hacer algo que de verdad te interese, conectar con tu elemento. En ese caso, la propia actividad, el mero hecho de estar haciendo algo que te gusta ya te hace disfrutar y estar en el presente. Es lo que yo trato de conseguir, por citar un ejemplo, cuando escribo un post, disfrutar del hecho de estar escribiéndolo.
– En el caso de que la actividad no te guste, puedes probar la estrategia que propone Babauta, en Una vida con intención. La idea resumidamente sería poner a esas cosas que de entrada no te resultan muy atractivas de realizar, la intención positiva que con ellas persigues. Por poner un ejemplo, si te toca hacer la comida, puedes pensar que en lugar de ser un tostón, es un modo de alimentar a tu familia y hacerlos felices. Pruébalo y verás como cambia totalmente la sensación que tienes al realizarlo.
– Relativizar las metas. En realidad el fin no justifica los medios. Los medios, el día a día, es el lugar en donde realmente vives. No vives en el futuro, en la meta lograda sino en el ahora. No guardes toda tu dicha y felicidad para el momento de conseguir la meta pues tal vez nunca lo logres. Piensa, por poner un ejemplo reciente en esos atletas que llevan media vida preparándose para ir a las Olimpiadas y se lesionan justo antes de la cita olímpica. Ten tantos objetivos como desees pero no te olvides de disfrutar el camino.
– Crear unos hábitos que te permitan aprovechar los momentos de flujo para ser productivo. Este punto requeriría mayor explicación pero de momento quédate con la idea de que un buen método de productividad requiere que te conozcas y sepas cuales son tus momentos ideales para cada tarea. Algo hecho en el momento adecuado puede ser rápido y eficaz y en el momento inadecuado un tormento.
Con estas pautas puedes empezar a planificar un otoño de Productividad Zen teniendo en cuenta sobre todo que se trata de disfrutar hoy, de gozar el presente y conseguir que las cosas sucedan de una manera orgánica y natural y no de manera forzada. Y que cuando llegue la meta sea un paso más en el camino, como un ligero remanso de paz en el lecho de un río en donde te puedes parar a disfrutar un poco de lo logrado, para luego seguir caminando.
¿Te animas a probar la Productividad Zen?
Si no sabes cómo hacerlo anímate a hacer unas sesiones de coaching o psicoterapia conmigo.
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Mertxe Pasamontes
Comments
Hola! Te quería decir que sigo tu blog en mi Google reader y me encanta todo lo que publicas. Precisamente hoy estaba leyendo algo similar, sobre bushido y el código de conducta del samurai… resulta curioso que esta gente fuese tan poderosa pues ellos educaban la forma de sentir y todo eso. Creo que la educación actual ese componente falta y se aprecia la ayuda de personas como usted que aporta estos bellos artículos para crecer desde adentro. Muchos besos!!! desde argentina.
Gracias Diego por tu amable comentario, me alegro enormemente que te guste lo que publico y te pueda servir de ayuda.
Mertxe, es curioso que cites a Leo Babauta y su blog “Zen habits” porque el mismo ha desarrollado el término “Productividad Zen” y ha creado un método denominado “Zen To Done” inspirado en el GTD (Getting Things Done) de David Allen.
http://zenhabits.net/zen-to-done-the-simple-productivity-e-book/
No sé porqué te parece curioso, si lo cito es porque lo leo y me parece una gran fuente de inspiración. Yo no he leído el libro de Allen aunque si algunos Blogs que hablan de él y el método de Babuta me parece muy radicalmente Zen, por eso lo cité como distinto. Yo no soy ni muchísimo menos tan Zen como él.
Me gusta lo de Productividad Zen, estado leyendo con atención y ya tengo varias cosas en mi mente para poner en práctica es bueno recibir ideas tuyas pues en muchas ocasiones no surgen solas y leyéndote para que fluyen rápidamente gracias.
Me alegro Mercedes que te ayuden los post a tener ideas interesantes para aplicar.
Me parece genial. Ser eficiente, productivo, diligente pero eso sí, con la calma. Con actitud zen. Muy bueno.
Así es Nick, siempre con la calma… 🙂
Me encanta el nuevo look del blog. Se ve que el verano tántrico te sentó bien.
Esto de la productividad zen me parece un concepto muy interesante y bastante revolucionario. Pareciera que estamos corriendo todo el día, para hacer cada vez más cosas, para llegar no sabemos bien a dónde… y en el camino vamos dejando como postes amigos, momentos de estar con la familia, hobbies etc
Esto que propones, entiendo que sería una productividad anclada en anhelos más profundos, que te haga crecer y al mismo tiempo te permita disfrutar hoy, no mañana o cuando nos jubilemos (si algún día lo hacemos…). Besosssssssssssssssss
Así es paula, correr mucho para no llegar a ninguna parte….
Siempre acertada, Mertxe. Cuanto más Zen me pongo más cosas interesantes hago. Penosamente, pululan a mi alrededor unos cuantos estresados que destrozan el planteamiento de vez en cuando. Otro gran objetivo, aprender a evitar que las interrupciones y los planteamientos absurdos nos amarguen el día. Gracias por compartir tanto…
Hummm…pensaré un poco en cómo lidiar con los estresados. Gracias por comentar Javier.