Casa de muñecas de Henrik Ibsen
Leyendo el Blog de un amigo que se ha ido a vivir a Bergen, leí una entrada sobre el dramaturgo noruego Henrik Ibsen y me dí cuenta de que era uno de esos autores cuya lectura por una razón u otra había ido postergando. Tras la lectura de su post, me animé a leer la obra dramática Casa de muñecas de la que hoy hablaré. Ibsen poeta y dramaturgo noruego, es considerado padre del drama realista moderno y uno de los antecesores del teatro simbólico. Casa de muñecas corresponde a su segunda etapa, cuando algo ya alejado de la etapa sobre el folklore y las costumbres tradicionales noruegas se dedica más a un tipo de teatro de realismo social y de crítica ante los problemas sociales de su época.
El hilo argumental de Casa de muñecas versa sobre los problemas de la protagonista, Nora, a causa de una deuda contraída años atrás en circunstancias especiales. En el momento de la trama el acreedor reclama un cantidad de dinero a la que ella no puede hacer frente. No es más que una excusa para entretejer una serie de relaciones entre los personajes y los roles que se supone que le corresponden a cada uno por sexo, profesión y clase social. A destacar además del papel protagonista el del médico amigo de la familia, el Dr. Rank por motivos que no desvelaré. Fue en su momento una obra que generó gran polémica ya que cuestiona el matrimonio tradicional, especialmente el papel de la mujer en él, por lo que se considera una obra feminista. Nora, la protagonista, es el “pajarito”, la “ardillita” de su pareja, una mujer que parece no tener personalidad propia, que parece vivir por y para su marido, a la sombra de este, con la única ambición en la vida de ser lo que él quiere que sea. Pero poco a poco otros aspectos de su personalidad se van revelando, llegando a un final inesperado, para el que las páginas precedentes no te preparan. Pero en ese giro final está gran parte de la genialidad de la obra y no lo descubriré para aquellos que no la hayan leído y tengan curiosidad en hacerlo. Es una obra corta y de fácil lectura, por lo que hay pocas excusas para no hacerlo. 😉
Como siempre me gusta destacar algunos pasajes para incitar la curiosidad del posible lector:
Nada de deudas, nada de préstamos. En el hogar fundado sobre préstamos y deudas se respira una atmósfera de esclavitud, un no sé qué de inquietante y fatídico que no puede presagiar sino males. […]
No estoy al tanto de si por allá, entre ustedes, hay esa clase de hombres que se debaten afanosos por descubrir podredumbres morales, y en cuanto tropiezan con un individuo enfermo, le adjudican una buena plaza para tenerle en observación. Mientras, que se queden fuera los sanos. […]
He aprendido a proceder con sensatez. La vida y la amarga necesidad me lo han enseñado. […]
Pues a mí me ha enseñado la vida a no creer en frases. […]
NORA: Tengo otros deberes no menos sagrados. HELMER: No los tienes. ¿Qué deberes son ésos? NORA: Mis deberes conmigo misma. […]
Una obra para iniciarse durante este verano en un clásico como Ibsen. Creo que yo misma me animaré a leer alguna más de sus obras.
Mertxe Pasamontes
Comments
Me dieron ganas de leerlo. Una pregunta: hay algún área de las humanidades/sociales que se te escape? Espero que en matemáticas seas muy mala porque tanta completud no es buena 🙂
.-= Ahora mismo, en el blog de Paula: Buenos Aires con ojos de local: sus librerías =-.
Es una obra libre de derechos…..En matemáticas soy horrible…jijijiji