¿Condenados por la genética?

Si hace cinco días hablábamos de Dan Winter que afirma que podemos influir con nuestras emociones en lo genético (aunque no quede claro que estudios ha realizado este señor para afirmar esto), hoy nos encontramos en La Contra con la versión dura de la genética. Atentos al título: «Un 18 por ciento somos proclives a ser drogadictos» y esto lo afirma Barry Everitt, neurocientífico conductista e investigador en la Universidad de Cambridge tras numerosos estudios (unos con modelos de comportamiento en ratas y otros con seres humanos) que apuntarían al hecho siguiente (cito literal):
Hemos demostrado así que tenemos características genéticas que nos convierten en más o menos proclives a la adicción.
¿Podríamos descubrirlas con un test?
No es tan sencillo como detectar el Huntington u otras enfermedades que dependen sólo de un gen. En la proclividad a las conductas adictivas estarían involucrados al menos un centenar de genes, de forma que no es nada fácil determinarlos ni saber cómo determinan la conducta del individuo.
Y luego concluye:
Hay terapias…
Podríamos intervenir, desde luego, con terapias para aprender a controlar esas tendencias innatas, pero es caro y complejo. Parece más acertado investigar en conseguir fármacos que reduzcan la impulsividad de los individuos más propensos.
En fin, aparte de acabar de enviar a un buen número de profesionales al paro (que se dedican a esa «cara» tarea de ayudar a los adictos a superar su dependencia) como científico sigue ahondando en la brecha genética o medio ambiente. Y esa fractura provoca no pocos problemas a las personas que trabajan en campos relacionados con la ayuda a los demás. Y a los propios interesados, que en lugar de poder ser tratados de una manera holística o multidisciplinar (por fortuna, no siempre es así), se ven obligados muchas veces a escoger entre «la pastilla» o «el tratamiento» o entre «lo convencional» y «las terapias alternativas».
Y no culpo de eso sólo a los científicos, también lo hago a los que estando en la otra perspectiva no hacen nada por demostrar la validez de su método. Se que hay estudios que nunca obtendrán la financiación que se obtiene al investigar por ejemplo un medicamento, pero se puede hacer otro tipo de estudios (de caso único, de seguimiento, etc) que son válidos científicamente y que ayudarían a distinguir las cosas que sirven de las poco o nada efectivas.
Porqué le guste a algunos o no, siguen dándose curaciones y mejoras importantes que salen de los «parámetros» de lo científicamente comprobable». Y existe un margen, apoyado por la ciencia, de posibilidad de manifestar un gen o no. Es decir, yo puedo tener el gen de «la adicción» pero según como sea mi ambiente, mi educación y mis experiencias puedo manifestarlo y convertirme en adicta o que esto no suceda nunca.
Por tanto, la genética da una base, pero soy yo quién finalmente de uno u otro modo, contribuyo a que eso sea determinante o no.Y mientras eso sea así y no se demuestre lo contrario, muchas terapias «alternativas» seguirán siendo válidas.
¿Crees que la genética lo determina todo «y que nada puede hacerse»? ¿O prefieres asumir la responsabilidad de construir tu propia vida?
Mertxe Pasamontes
Comments
Quien es auténtico, asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de ser lo que ser.
SARTRE, Jean-Paul
Por supuesto debemos asumir la responsabilidad de nuestras vidas, y dejar de interpretar el papel de victima en muchas ocasiones.