Un 2012 diferente
En ocasiones como esta en que un Año empieza me gustaría tener el don del lenguaje, para hacer brotar en vosotros a través de cada palabra, de cada expresión, de cada frase, una emoción profunda y verdadera por lo que está por venir, por aquello que viviremos, por todo lo que tendremos ocasión de disfrutar pero también por aquello que padeceremos. Una emoción que hiciera palpitar vuestros corazones y os empujara a levantaros cada día con ganas de exprimir la vida, de vivir el momento y disfrutar de cada instante. Que os permitiera aceptar las adversidades igual que aceptáis los momentos de dicha, pues es bien sabido que de todo viviremos y de nosotros depende el modo de hacerlo.
También, si tuviera ese don, trataría de que pusierais atención a lo cotidiano, a como decía Arundahti Roy al Dios de las pequeñas cosas, ese que habita en los rincones más insospechados y se manifiesta cuando menos te lo esperas, en un rayo de sol que se filtra de mañana a través de la cortina, en una brisa fresca en un día de calor, en el primer bocado de una jugosa fruta, en una caricia cuando menos la esperabas, en una palabra de aliento que llega en el momento preciso, en el aroma que queda en su almohada…en tantas y tantas pequeñas cosas que a veces no somos capaces de advertirlas hasta que ya no están.
Y procuraría, si tuviera ese don, que entendierais que el mundo exterior está ahí, los acontecimientos están ahí, a veces alegres, a veces tristes, pero que el único lugar en el mundo en donde puedo sentarme a reposar y sentir la verdadera paz es en mi interior. No hay otro lugar posible por mucho que busques, pues aquello que no está en ti no está en ningún otro lugar. Por eso querría dejaros con este cuento tradicional de la búsqueda de la serenidad del libro del mismo nombre de Ramiro Calle:
Dejó su hogar para dar comienzo a un prolongado viaje en busca de la serenidad. Así recorrió pueblos y ciudades; atravesó bosques y desiertos; visitó comunidades espirituales y monasterios; caminó junto a peregrinos y permaneció justo a ascetas en sus ermitas. Buscaba sin tregua, dejando atrás la familia, el trabajo, los amigos y su rutina cotidiana. Buscaba un maestro que pudiera impartirle una enseñanza para hallar la tan ansiada paz interior. Por fin tuvo noticia de un sabio mentor espiritual y se dirigió hacia donde moraba. Cuando se presentó ante el maestro, le dijo:
-Venerable mentor, he viajado incesantemente en busca de claves para hallar la serenidad interior. He dejado mi trabajo, mi familia, mis amigos… Llevo meses y meses viajando por muchos países.
-¿Para qué tanto esfuerzo inútil? -le preguntó el maestro. Y agregó-: ¡Qué gasto de tiempo y energía!
El buscador se quedó perplejo y desencantado. -Pero, señor… -acertó a balbucear. El maestro declaró:
-¿Tan ofuscada está tu mente que dejas un tesoro fabuloso y te dedicas a dar vueltas de aquí para allá? Nada puedo entregarte ni enseñarte que no puedas obtener en tu vida cotidiana. No tienes que dejar tu hogar, ni tus amigos, ni tu trabajo, ni tu vida habitual. Lo que tienes que dejar, y de una vez, es tu sentido de posesión, tu apego, tu visión incorrecta y tus engaños mentales. Eso puedes hacerlo estando en tu casa, sin necesidad de abandonado todo, cuando lo que debes abandonar son los oscurecimientos de la mente. Deja de dar vueltas atolondrado, regresa a tu casa y emprende allí el trabajo interior que te conducirá hacia la paz que anhelas.
Por todo ello, sólo puedo desearos un 2012 en el que podías recorrer algunos tramos de ese camino que lleva hacia vuestro interior que es el lugar en dónde encontraréis todo lo que realmente necesitáis. Y desde ahí, podréis también disfrutar de lo externo, pero de otro modo, sin tensión, sin apegos innecesarios. Pues es muy diferente disfrutar lo externo desde la necesidad que desde la serenidad. Y para eso en ocasiones hay que arriesgarse, probar nuevas cosas, abrir el mapa mental, tener experiencias distintas, sentir la fricción con el mundo…pues el camino a veces tiene giros insospechados. Que tengáis un 2012 lleno de descubrimientos y de paz interior.
Si quieres escuchar el post en formato podcast:
Comments
Suscribo cada frase de este post. Tan es así que el cuento que has citado me ha recordado mucho a uno que escribí en mi blog el mes pasado:
http://mirenenlasnubes.blogspot.com/2011/12/caminando-en-circulo.html
Muy inspirador Mertxe y muy de acuerdo por supuesto.
Ánimo, el 2012 se presenta retador y estimulante.
Felicidades por tu Blog/web.
Así sea, Mertxe.
Mertxe, yo también desearía transmitir a los que tengo a mi alrededor esa misma emoción que tú dices. Yo tengo muchas ganas de vivir, de aprender, de pensar, de crear. Quiero vivir eternamente.
Gracias por tu blog.
Un abrazo
Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo. Albert Einstein.
Como me gustaría saber aplicarme más a menudo estas recomendaciones.
Reconfortante tu post admirable Mertxe,es el mejor deseo y consejo que he recibido para este 2012, sin duda buscar la paz interior es aprender a vivir, acariciar el día a día.Agradezco a la vida, te agradezco por lo valioso de tu blog,me ayuda a ser mejor ser.Qué este 2012 sea de muchos logros también para tí en los diferentes planos de tu vida.Un abrazo desde Huamachuco-Perú