1984 de George Orwell
Hablar de George Orwell es hacerlo no sólo de un gran novelista y ensayista sino es también hacerlo de una de las voces destacadas contra el totalitarismo y los medios de vigilancia y control excesivos de los estados. Una de las obras claves en ese sentido es sin duda 1984. Copio literalmente como la describe la wikipedia ya que creo que está muy bien explicado:
<<1984 es una novela política de ficción distópica, escrita por George Orwell entre 1947 y 1948 y publicada el 8 de junio de 1949. La novela introdujo los conceptos del omnipresente y vigilante Gran Hermano o Hermano Mayor, de la notoria habitación 101, de la ubicua policía del pensamiento y de la neolengua, adaptación del inglés en la que se reduce y se transforma el léxico con fines represivos, basándose en el siguiente principio: Lo que no está en la lengua, no puede ser pensado.>>
El protagonista es Winston Smith que trabaja para el Ministerio de la Verdad reescribiendo la historia para que explique lo que el Partido único quiere que sea explicado. Poco a poco irá tomando conciencia de que todo lo que le explican está manipulado y que no hay el más mínimo espacio para la verdad. Buscando respuestas conocerá a una rebelde, Julia, de la que se enamorará. Pero en un mundo dónde la gente es controlada en todos sus movimientos, donde hay cámaras incluso dentro del propio hogar, el amor es un sentimiento prohibido por lo peligroso que resulta. Eso hará que los dos protagonistas sean perseguidos para conseguir que abandonen sus ideales románticos y amen lo único que está permitido amar: el partido Único que les limita y controla.
Es una novela muy angustiosa y opresiva en bastantes momentos, como los pasajes en los que se narra la Habitación 101 (lugar de tortura en dónde te enfrentas a tus peores temores) .Pero esa opresión que sientes al leerla no es más que el mundo imaginado por Orwell en que todo está controlado, en que cualquier atisbo de libertad o de pensamiento propio ha sido anulado. Es también una advertencia contra el peligro que conlleva darle demasiado poder a los estados sin el necesario control por parte de los ciudadanos, que puede llevar a vivir en un “estado policial”. Impresionan también los diferentes métodos de lavado de cerebro, pues lamentablemente algunos pueden ser encontrados, aunque sea en diferentes grados, incluso en nuestra sociedad actual.
Algunos fragmentos:
– Estamos moldeando el lenguaje a su forma final. La forma que tendrá cuando nadie hable nada más. Cuando hayamos acabado la gente como tú tendréis que volver a aprenderlo.[…]La destrucción de las palabras es una cosa bonita. […] ¿No te das cuenta de que todo el objetivo de la neolengua es constreñir el nivel del pensamiento? Al final, haremos que el librepensar sea literalmente imposible porque no habrá palabras para poderlo expresar. […]
– Era terriblemente peligroso dejar que los pensamientos se te fueran, azarosos, cuando te encontrabas en un lugar público o dentro del radio de la telepantalla. El más pequeño pensamiento te podía llevar a la ruina. […]
-Si te cogían con una prostituta significaba cinco años de trabajos forzados….
– El acto sexual, realizado con éxito, era toda una rebelión.. El deseo era delito de librepensar. […]
– Constató que en los momentos de crisis no se lucha nunca contra un enemigo exterior sino contra uno mismo. […] Y pasa lo mismo, percibió, en todas las situaciones aparentemente heroicas o trágicas. En el campo de batalla, en la cámara de tortura, en el barco que se hunde, las ideas básicas por la cuales estás luchando siempre se dejan de lado, porque el corazón se te embota hasta llenar todo el universo.
Un libro por tanto que recomiendo leer ya que a pesar de los años transcurridos mantiene su vigencia. Y os dejo para finalizar con una frase de Orwell: “En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario”.
Pongo un link interesante que alude a este tema: La era del Té de Jordi Soler
Mertxe Pasamontes
Comments
Lamentablemente un libro que día a día deja de ser de ciencia-ficción para pasar a ser la obra de un visionario.
Vi la película, no leí el libro. Me impresionó mucho cuando torturan al protagonista hasta lograr que vea, no lo que la realidad le muestra (4 dedos de una mano) sino lo que el torturador le dice que tiene que ver (3 dedos).
Me hizo pensar en cómo te pueden inducir a considerar que lo que ves es la realidad, cuando en realidad, no lo es.
Por ejemplo hoy (y eso que no nos torturan, ni la situación política es un totalitarismo) se escucha decir y aparece como una verdad incontrastable, repetida por políticos, analistas económicos, periodistas etc., que “las medidas económicas que se han tomado, si bien duras, eran la única alternativa posible a la crisis”.
Besos
Hola Mertxe. Gracias por tu nota, y por el enlace al artículo de Jordi SOLER, ambos muy interesantes. Me han traído a la memoria “El hombre unidimensional”, ese fantástico libro escrito por Herbert MARCUSE en 1964 en el que se refería, precisamente, al hombre actual como unidimensional, en cuanto la dimensión que le quedaba era la de su conformidad con el reino de los hechos tal como estaban dados, habiendo perdido su dimensión crítica al respecto.
Incidentalmente, algo que me ha parecido curioso en la nota de SOLER, es la referencia a las reglas, y ello en función del contexto. SOLER escribe desde un contexto previsible, y entonces las regulaciones pueden terminar siendo vistas como asfixiantes. Yo, que leo desde Argentina, y donde el contexto es el opuesto, verifico que la ausencia total de regulaciones, y “porque sí” (esto es, no fruto de la desobediencia meditada en cuanto a qué ventajas nos reportará ello), tampoco conduce a una realidad mejor de por sí. Creo que, como en casi todo, la clave está en el equilibrio entre una y otra cosa, unos mínimos que aseguren la coexistencia, y de ahí en más el libre desarrollo de cada quien. Obviamente, y como bien señala SOLER, para ello el camino no pasa por la represión del castigo asociado al incumplimiento de las normas, sino en el previo fomento de la conciencia personal. Gracias Mertxe!
Decir la verdad – así no más – carece de sentido, porque es muy fácil ridiculizarla, porque es muy fácil hacerla parecer torpe y sin sentido, porque es muy fácil hacerla ver estúpida, y porque es muy fácil desviarla en otra dirección. Por todo eso siempre pierde…
Y por eso también es buena idea decirla… de tal manera que no pueda ser ridiculizada… sin que se pueda hacer ver como torpe… sin que se pueda hacer ver sin sentido… y de tal manera que no se pueda hacer ver como si fuese estúpida, centrada además en un punto imposible de mover.
Por supuesto, eso requiere ciencia y técnica, arte y desde luego que también… magia…
Es obvio que no vivimos en un mundo como el descrito en 1984, sería horrible la verdad. Pero si pulimos los detalles más extremos, podemos encontrar resonancias de lo que Orwell explica en esta sociedad nuestra tan supuestamente democrática. La suerte es que nosotros si queremos utilizarlos, tenemos canales para informarnos y también para expresarnos. No lo olvidemos.
Es desde hace mucho tiempo para mí un libro imprescindible, vivimos en una sociedad democrática en los modos, que no de facto y en concreto nosotros estamos sufriendo los envites del neo ministerio de la igualdad que practica capítulos entero del libro en cuestión…
La aceptación del lenguaje políticamente correcto desde la visión del mencionado ministerio y de sus seguidoras viene siendo ridículo y muy preocupante, hasta en las asambleas de #acampadasol el moderador varón, en un guiño igualitario, se refiere al conjunto de la asamblea como: ¡Nosotras decimos! Esto en boca de un varón me suenan las alarmas, he de decir que apoyo dicho movimiento (la #spanishrevolution)
me atengo a los puntos de mínimos, pero soy consciente de que acabaré en controversia con el movimiento radical feminista practicante de la neolengua de 1984.
Seguiremos en ello, pues dá para bastante el tema.
Un saludo de Avalon