6+2 ideas para gestionar mejor el tiempo

Una de las quejas más frecuentes que solemos escuchar es la de «no tener tiempo». Es una queja que obedece en muchos casos a una mala planificación de la agenda o bien a una imposibilidad de colocar las obligaciones dentro del horario de cada día. Vamos a ver una lista de problemas y posibles soluciones para que podamos gestionar el tiempo para vivir de un modo más relajado.
– NO tener tiempo de hacer las cosas importantes. En este caso es obvio que hay un problema de priorización. Lo importante ha de ocupar un lugar prioritario en tu agenda de modo que se ejecute o resuelva lo más pronto posible. Y aunque no siempre es fácil decidir que es lo más importante cuando hay bastantes temas por resolver si no haces el esfuerzo de ordenarlo de algún modo es posible que acabes no haciendo nada.
– NO llegar a tiempo a los sitios. De nuevo estamos ante un problema de mala planificación. Es imposible estar en dos lugares al mismo tiempo por mucho que te empeñes, así que has de planificar dejando tiempo para pequeños imprevistos y para los desplazamientos correspondientes. Y sobre todo, tener interés en llegar a tiempo. Llegar tarde es una desconsideración hacia los demás por mucho que en España no sea uno de los lugares en que esté peor visto. Ten claro que la mayoría de veces que llegas tarde es porque no has hecho nada por evitarlo. Y los demás también lo saben, por mucho que te esfuerces en justificarte.
– Olvidarse de las citas. Esto es ya rizar el rizo. Hoy en día si te olvidas de una cita es porque quieres, porque no has hecho el mínimo esfuerzo por evitarlo. Tenemos teléfonos conectados a Internet, calendarios y agendas gratuitas que se sincronizan solas entre diferentes dispositivos, podemos establecer alarmas y avisos varios, así que olvidarse no es una opción. Si lo haces pregúntate a ti mismo si realmente no te interesaba ir o tenías algún tipo de resistencia oculta para hacerlo.
– Ir corriendo todo el tiempo. Si ves que todo el día vas corriendo, examina los dos primeros puntos. Si aún habiendo planificado y priorizando sigues corriendo, tendrás que preguntarte varias cosas. Una es si no estás pretendiendo hacer demasiadas cosas, y si es así qué sentido tiene. Suele ser mejor focalizarse que andar disperso en mil temas. También tendrías que observar si no corres por un mal hábito, de hacerlo todo con prisas. Trata de tomarte tu tiempo, respirar y disfrutar de lo que haces.
– No acabar lo que se empieza. Uno de los efectos perniciosos de las prisas es no acabar las cosas o dejarlas a medias. Con el ansia de pasar al siguiente tema, asunto, se dejan las cosas a medio hacer, con el gasto de tiempo y efectividad que eso supone. Si has decidido hacer algo tiene que haber un motivo de peso para ello, por lo que tendrías que terminarlo. Porque si lo dejas a medias, eso te saltará en otro momento y es posible que tengas que correr para acabarlo. Y te metes en un círculo vicioso. Así que acaba lo que empieces con un mínimo criterio de calidad.
– Dejar las cosas para el último momento. A veces ir con prisas viene derivado simplemente del hábito de procrastinar. Tienes que hacer algo que no te apetece mucho y te entretienes haciendo otras cosas y lo dejas para el último momento, con lo que tienes que acabar haciéndolo a toda máquina. Puedes justificarte diciendo que así te estimulas y rindes más, pero ya te digo que en la mayoría de casos es una excusa. Cuantos trenes y aviones se han perdido de este modo…
Me gustaría añadir dos ideas que te pueden ser de utilidad a la hora de gestionar y planificar:
– El error del perfeccionismo. Cualquier proyecto que realizamos mejora cuando ponemos más esfuerzo en él hasta un punto de inflexión en que un 10 por ciento de tiempo, no supone un 10 por ciento de mejora. Se ha llegado al punto de “lo mejor es enemigo de lo bueno”. Intentar mejorar ese proyecto va a obligarte a dedicar unas cantidades ingentes de tiempo y esfuerzo que tal vez ya no te compensen.
– El momento de decidir. Volvemos a encontrarnos aquí con otro “punto crucial”. En una decisión importa el valor, pero de otro lado importa la utilidad. Hay un momento determinado en que una decisión tiene su máxima utilidad y luego ésta va decreciendo. Está bien esperar a decidir hasta tener la información necesaria y dar el máximo valor a nuestra decisión, pero si esperamos mucho a lo mejor “estamos perdiendo el tren”.
Espero que estas ideas te sean de utilidad pero recuerda que para que te sirvan no basta con leerlas, hay que aplicarlas.
¿Tienes algún problema en la gestión del tiempo?
Mertxe Pasamontes
Comments
El tiempo de vivir es para todos breve e irreparable.
VIRGILIO
Sólo falta el tiempo a quien no sabe aprovecharlo.
JOVELLANOS, Gaspar Melchor de
Si hay un valor en la vida que tengo muy claro es: tener tiempo libre para perderlo.
SISA, Jaume