¿Agresivo o sumiso? Mejor asertivo

Hace unos días hablaba en un post de la posibilidad de ser demasiado empático, no tanto porque conectar con los demás suponga un problema, sino por el hecho de que hacerlo puede suscitar respuestas no deseadas. Entre estas respuestas no queridas estaría la de ser excesivamente sumiso o complaciente y acabar haciendo algo que en realidad preferiríamos no hacer. Uno de los problemas que eso conlleva, es que hay personas que van «tragando» con cosas que no les gustan y al final acaban estallando en el peor momento y de la manera menos adecuada. Como dijo Aristóteles: Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.
También se da el caso opuesto, el de personas que se ponen enseguida agresivas y parecen estar siempre defendiéndose de todo y de todos. Estas personas proclives a la agresividad hacen también bastante difícil la convivencia en su entorno, sea en en el ámbito personal o en el laboral. Os transcribo un cuento del libro Antología de cuentos de la India y el Tibet, recopilados por Ramiro Calle que creo que puede ser muy ilustrativo de lo que estoy hablando:
En la espesura, al borde del camino, una serpiente aprovechaba para morder a todo aquel que transitaba por el lugar. Ya había provocado diferentes muertes. Estaba en su naturaleza ser violenta, atacar y dejar su terrible veneno en la persona agredida. Pero un día, un eremita acertó a pasar por el lugar. De súbito, se dio cuenta de que una serpiente aparecía entre la espesura con intención de morderle. El hombre santo desplegó todo su amor y paz hacia el violento animal y éste se refrenó. Entonces el eremita, con gran afecto, le explicó a la serpiente los beneficios de la no violencia y le hizo prometer que nunca volvería a morder a nadie. Impresionada por la compasión del santo, así lo prometió el animal. Luego eremita y serpiente se despidieron.
Cuando los vecinos de la localidad comprobaron que la serpiente se había tornado inofensiva, comenzaron a maltratarla siempre que había ocasión para ello. El pobre animal estaba muy compungido y se dejaba maltratar, puesto que no quería romper la firme promesa que hubiera realizado al santo.
Pasaron los meses. Un día el eremita pasó de nuevo por la ruta. Se acordó de su buena amiga y acudió a visitarla. La encontró triste y muy afligida.
– Pero ¿qué te ocurre mi querida amiga?- preguntó el hombre
– Como han comprobado que no muerdo, han dejado de temerme y me maltratan.
Entonces el sabio dijo:
– Pero, querida mía, yo te pedí que no mordieras, pero nunca te pedí que no silbaras y asustaras así a los que no te respetan.
Me parece una historia fantástica para explicar la diferencia entre pasividad y agresividad y cuál sería su punto medio, la asertividad. Ser asertivo, es la habilidad de expresar nuestros deseos de una manera amable, franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que queremos sin atentar contra los demás. Requiere en muchos casos negociar con ellos su cumplimiento. Ya expliqué en otro post la manera de ser asertivo, con unas pautas para entrenarse en el caso de que no sepas cómo hacerlo. Pero creo que no está de más recordar que lo interesante es moverse en ese punto medio, controlar el enfado pero no aceptarlo todo como válido. Hemos de tener claro que no todo vale. No siempre es fácil mantenerse en ese punto de equidad, de conseguir que se respeten nuestros derechos pero a la vez respetar los de los demás. De saber cuando toca sonreír y aceptar la opinión o propuesta del otro y cuando hay que poner un límite firme. Y además saber hacerlo de un modo adecuado.
Por todo ello, podemos afirmar que conseguir ese punto medio, practicar esa asertividad, puede evitarnos muchos problemas, tanto por no incurrir en excesos de los que luego solemos arrepentirnos como por no quedarnos cortos y acabar comulgando con ruedas de molino.
¿Sueles practicar la asertividad? ¿Hay alguna situación en que por exceso o por defecto no seas capaz?
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Mertxe Pasamontes
Comments
Hola, felicidades una vez más por tu claridad par comunicar.
Yo me pregunto si hay una manera para llegar más facilmente a la asertividad.
Mi respuesta, como en la mayoría de casos, pasaría por conseguir un nivel de templanza y frialdad de caracter que a su vez no es tan facil de conseguir.
En mi opinión la manera de llegar a este paso intermedio sería teniendo autocontrol, antes de nada.
Pero para tener autocontrol también es necesario algún tipo de formación del carácter o de reactividad que es difícil conseguir cada uno por si mismo.
¿Existen caminos para llegar a estos estadios o hay que acudir a los famosos «libros de autoayuda»?
Gracias por iluminarnos, Mertxe, me estoy enganchando a este blog.
Hola Fernando
No creo que haya una manera fácil, pues ese autocontrol del que hablas se puede mantener en ocasiones, o por un tiempo, peo no siempre. Por eso el entrenamiento nos facilita adquirir un hábito y al ver que da buenos resultados cada vez es a su vez más sencillo seguir haciéndolo. Aparte de eso sí que existen muchos ejercicios para no perder los nervios. Empieza si te apetece leyendo el post de Cómo puedo controla mi enfado.
He sufrido en varias ocasiones el contacto con personas que suplen su falta de conocimientos u otros recursos con una forma de actuar agresiva, casi explosiva. A falta de razón, se pone fuerza y se devora al de enfrente en caso necesario. Tener que enfrentarse a ese tipo de gente es amargo. Creo que voy a dedicar mucho tiempo a leer tus notas sobre asertividad y control, identifico en esto una oportunidad para mejorar. Ojalá que pudiera existir un control de energúmenos y agresivos, del mismo modo que se limita la conducción de automóviles en la vía pública. Y el que pierda los puntos que no pueda abrir la boca por un tiempo. Gracias por la información, magnífica como siempre.
Que bueno Javier, perder puntos por energúmeno! jijijiji La verdad es que son el tipo perfecto de personas con quien entrenar la asertividad, ya que es un buen modo de mantenernos en nuestro sitio sin ponernos a su altura (o mejor dicho, «bajura»). Requiere esfuerzo, eso sí.
Hola Mertxe,
De nuevo, un post muy útil. Supongo que por las respuestas que se van poniendo en tus post relacionados con la asertividad, puedes deducir la carencia y la necesidad que tenemos los que te seguimos en relación a este asunto. Te agradezco todo el tiempo que dedicas a este tema y cualquier ampliación, recursos, herramientas, propuestas y ayudas creo que serán muy bien recibidas.
A mi entender, conseguir ser asertivo es el objetivo de cualquier persona que por temas laborales se encuentra al cargo de un grupo de empleados, siendo igualmente util a nivel personal.
Un saludo
El problema que veo a ser demasiado empático, es que puedes absorber toda la mala energía con la que puede venir la otra persona haciendo más difícil abstraerse y ser asertivo.
Supongo que el primer paso será ser consciente del problema y cuando una situación empiece a empaparnos de la negatividad, intentar controlarla antes de que lleguemos a un límite en el que podamos perder ese control.
En todo caso, lo veo complicado
Muy buena esta serie de artículos sobre la asertividad, me está encantando!
Interesante Merche, hace años que trabajo intentando transmitir la práctica de la asertividad en contextos profesionales y reconozco que aunque es relativamente fácil de explicar, es bastante dura de entrenar. Por otro lado, veo más fácil practicarla en estas situaciones de trabajo, ya que existen exigencias sociales y de entorno que pueden reforar las respuesta asertiva.
En contextos, personales, pareja, familia, me parece más complejo ya que la autovigiliancia de la conducta se relaja, al final sobre este entorno se vuelcan las frustaciones laborales y los demás pagan el pato.
¿Sabes si hay estudios sobre DONDE usamos mejor la asertividad? u otra hipótesis es que puede que la desviación de la conducta asertiva en el trabajo sea hacia las respuestas sumisas y en la familia hacia respuestas agresivas ¿podria ser? ¿Hay datos?
Hola Juan, tienes mucha razón en las hipótesis que planteas aunque no recuerdo estudios concretos que las refrenden. El problema en ambos casos es estar en las conductas extremas. Ni tengo por qué someterme en el trabajo, ni tengo por qué hacer pagar esa sumisión a mis allegados. Para eso está ese punto medio, en el que respetando a los demás y sus derechos, pido a su vez que se respeten los míos. Es en ese equilibrio dónde podemos realmente relacionarnos desde el respeto a nosotros mismos y a los demás.
Cuanto mayor es el conocimiento de la realidad en la que vivimos, más grande nos parece y más pequeños los elementos que la componen. Se la da, por tanto, más importancia a ella y menos a ellos.
La asertividad natural, sin pautas a seguir, viene de tener un tamaño más o menos correcto de dónde nos movemos. Si realmente vemos el estado del asfalto, somos conscientes del peligro y del valor de nuestra vida, adecuaremos la velocidad a la que circulamos.
Hola Mertxe,
Este tema, como otros tantos que tratas, me toca de cerca. Mi temperamento es bastante calentón -me refiero a que rápidamente siento mi sangre entrar en ebullición ante estímulos agresivos-. No soporto la chulería y la prepotencia y son ésos las situaciones donde apelo a lo peor de mí. Lo curioso es que el chulo/a de turno en general opta por recular cuando entro a discutir acaloradamante. A mi me molesta porque no entiendo por qué es necesario ser borde para que te respeten en algunos entornos, sobre todo en los no demasiado cultivados. Incluso me cuesta saber que transmitirle a mis hijos en esas situaciones. Les hablo que hay que ser empático, ponerse en el lugar del otro, entender que pueden estar pasando un mal momento y luego a la primera de cambio me ven gritándole como una loca a un descerebrado que te tira el coche encima o lo que sea.
En síntesis: que ese medio aristotélico me cuesta un montón. Tendré que hacer yoga o algo así? Y como enseñarle a tus hijos a hacerse respetar sin agredir? Besosssssssss
Hola Paula. Justamente para eso es el entrenamiento asertivo, para no responder agresivamente, ser capaces de responder desde la firmeza pero sin agresividad. Y esa es la idea a transmitir a los niños. El problema de la agresividad es que puedes caer en una espiral agresiva e ir cada vez a más. Y, ojo, que asertivo no es flojo, es firme pero sin prepotencia, dejando muy claro el límite.
Pues tendre que hacer un curso contigo o por lo menos mis hijos. Así mejoramos la cadena evolutiva. 🙂
Cdo viva en Barcelona te pediré ayuda.
Mientras tanto te leo.
Besossssssssssssssss
Buenos días,
Paula, estoy totalmente de acuerdo contigo, se hace difícil ejercer la maestría de algo que no acabamos de controlar. La paternidad es algo que se debería enseñar en el colegio, al menos los principios básicos, porque en todo momento terminas aplicando el «Haz lo que yo diga pero no lo que yo haga», y eso está claro que no funciona, porque «vale más una imagen que 100 palabras». Si queremos formar bien a nuestros hijos debemos estar MUY bien formados los padres.
Vuelvo a lo mío, todo empieza con el autocontrol y con saber bien lo que transmites.
Necesitamos formación para enfrentarnos a prepotentes, egoistas y ahora además para ayudar a que nuestros hijos sean «personas» y no «gentes».
Creo que debí haber estudiado sociología. A ver si Mertxe me contrata, porque esto es muy interesante, y yo si soy de Barcelona jajaja
Lo dificil no es decir «no» a una actitud agresiva (es incluso muy facil, somos como toros que embestimos al trapo de la prepotencia).
Lo dificil es decir «no» a alguien que te intenta seducir con sonrisas y halagos y todo el arte de la manipulación conocida.
Referencia: Por qué es tan difícil decir NO
Salu2
Tremino de leerte y veo que soy una sumisa complaciente que no nunca se hacer valer mis ideas y me siento triste,estaba convencida que hacia lo debia pero no aceptando cosas que no son de agrado,podre cambiar o es tarde ya para mi.
Que bueno el copcepto en si de asertivodad.
creo que al comenzar a practicarla se comienza una esperial de cambios internos.
Uno se da cuenta de la importancia de la confianza, del temple y la firmeza.. de no vincular confianza con los resultados… etc.
Creo que el camino que empieza con la asertividad es un camino que tod@s deberian recorrer…
http://juanmanuel-rey.com
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