Cuéntame un cuento
En los tres últimos días, leo varias cosas que se relacionan: contenido, storytelling y emoción. En la Contra de hoy Michael Eisner, actualmente entrevistador y que presidió Walt Disney entre 1984 y 2005 y Paramount Pictures nos dice que «Una buena historia siempre venderá: en cualquier soporte».
Me gustaría resaltar algunos de sus comentarios:
No se trata de dinero, sólo los mediocres están obsesionados con el dinero. Se trata de ideas, talento y buenas historias, y cuando alguien le diga que los periódicos desaparecen, ríase de él. Siempre habrá información – en el soporte que sea-y gente que pague para que se la jerarquicen e interpreten.
The New York Times pierde pasta.
Ahora yo lo leo por internet. Usted preocúpese de tener buenas historias que contar y no le faltará trabajo. Fíjese en que, desde la imprenta, han ido apareciendo medios, pero ninguno ha logrado sustituir al anterior.
Antonio Núñez, consultor y experto en storytelling, autor del libro Será mejor que lo cuentes, también nos dice: La gente ya no quiere datos, busca emociones y sensaciones.
Y todo ello me remite a su vez al libro Cuentos que curan de Bernardo Ortín (Edit. Océano), en el que nos explica el poder curativo del cuento, usado como metáfora. Porqué como dijo Aristóteles: Nada llega al intelecto que no haya pasado antes por los sentidos.
Os dejo con una pequeña historia que relata Ortín que le pasó a Abraham Maslow:
Maslow atendió a una persona que se consideraba a sí misma un cadáver. A pesar de los argumentos lógicos del médico, aquel hombre persistía en su creencia. En un momento de inspiración, el psiquiatra preguntó al paciente: ¿Cree que los cadáveres sangran? . El paciente replicó: Eso es ridículo. Por supuesto que los cadáveres no sangran. Después de pedirle permiso, el médico pinchó al paciente en un dedo y la sangre roja brilló. El paciente asombrado exclamó: ¡Maldita sea, los cadáveres sangran!
¿Te llegan más las cosas con «el corazón» o con «la mente»?
Mertxe Pasamontes
Comments
Depués de pensar un buen rato en tu pregunta, Mertxe, he descubierto por qué no encontraba respuesta: creo que «corazón» y «mente» son «vasos comunicantes». Luego… ¿qué más da por dónde hayan llegado «las cosas»?
Lo interesante es descubrir qué pasa con «ellas» una vez están «dentro», cómo se distribuyen, la función que desarrollan en cada uno de los «recipientes», la relación que establecen con lo que ya estaba allí….
Se me ocurre… ¿y si imaginamos corazón y mente como periféricos de un mismo hardware? El disco duro podría ser el cerebro, por ejemplo… El corazón ¿la web-cam y el micrófono? La mente ¿el teclado y el altavoz? ¿para cuál de ellos trabajarían el ratón o la pantalla? …
Reconvirtiendo tu pregunta… ¿qué periférico utiliza prioritariamente tu corazón y cuál de ellos tu mente?
Mediante esta metáfora podríamos relacionar muchos aspectos sobre el tema que planteas: drivers, software, actualización, conexión Internet, virus, antivirus, posibilidad de «reset», resolución de pantalla, caractarísticas de «lo que nos llega» (mails, blogs, youtubes, pop-ups publicitarios, ppt, tv y radio a la carta, webs interactivas…?
Qué vértigo! 😉
Un abrazo
Leyéndote a ti y a Marta después me quedo mas tranquila,al principio tenia mis dudas de deseabas hablar,
Historia hay muchas cada día llenan periódicos y revistas
la mayoría no valen nada,pero se siguen vendiendo,
luego hay de buenas que quizás jamás salgan a la luz,por que nadie las publique,pero es tan lindo escribirlas que da igual sean con el corazón o con mente realmente poco importa ya que uno sin el otro no funciona,
y los muertos recientes sangran ,si llevan horas no sangran ya,,,,,,,,
La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón.
HENDRICKS, Howard G.
Esto es lo que necesitaba. Gracias
Elena