¿Quién maneja tus hilos?
La palabras de Mauricio Torres en La Contra de hoy me han hecho pensar en la conocida frase: no es más pobre el que menos tiene sino el que menos desea.
Los indígenas beiradeiros viven siguiendo los ritmos de la naturaleza, con lo que ella les ofrece e intentando no destrozarla. Todo lo contrario de lo que hacemos en nuestra sociedad. Nosotros vivimos de espaldas a la naturaleza, en moles de cemento, con ruidos, prisas y estrés. Con unos ritmos impuestos, que en muchas ocasiones ni tan siquiera tenemos opción de escoger. Pero cuando miramos a esos pueblos primitivos, la tendencia general es pensar que ellos son los infelices.
Yo no puedo ni debo juzgar quién es más feliz. Pero si que invito a la reflexión de cuál es tu nivel de felicidad, de cuantas veces al día te paras a respirar, recuperar tu centro y sentir si estás haciendo lo que de verdad quieres. De cuantas veces sientes que tú vida la controlas tú, de que eres tú quien manejas los hilos y no los otros. Cuántas veces sientes que las decisiones que tomas, las compras que haces, lo lugares en donde vas de vacaciones, los libros que lees, responden a un criterio y a un gusto propio y no se han visto influidos por “otros criterios” ajenos a ti, sin que te des ni cuenta de ello.
Ahora que nos vemos inmersos en una crisis de dimensión planetaria, quizás es el momento de pensar quién maneja los hilos y que margen de maniobra tiene cada uno de nosotros (que lo tiene) para tomar sus propias decisiones y vivir de acuerdo a lo que de verdad siente en su interior.
¿Quién maneja tus hilos? ¿Decides por ti mismo o te dejas arrastrar? ¿O tal vez crees que a ti nadie te influye?
Mertxe Pasamontes
Comments
Dejando a un lado las creencias religiosas de cada uno -el que las tenga- creo que tu post de hoy también nos puede servir a todos para hacernos una pequeña idea de la que se nos viene encima ya mismo: Doña Navidad. Un monstruo comercial “devoralotodo” que sabe más que nadie de urdir tramas y controlar hilos “personales” en forma de consumismo e hipocresía. En éste caso, “dejarse llevar” es trágico, pues supone hacer oposiciones al Teatro Nacional de la Marioneta… 😉
Saludos cordiales, Mertxe!.
La decisión mayoritaria no resuelve la cuestión de las cosas justas.
No podemos elegir cómo vamos a morir o cuándo vamos a hacerlo. Sólo podemos decidir cómo vamos a vivir.
BAEZ, Joan
Vivimos de espalda a la naturaleza tal vez porque ella nos impone un ritmo que no aceptamos. Tal vez porque cara a la naturaleza todos somos iguales.
Si nos creamos nuestro propio mundo podemos, o creemos poder, manejarlo a nuestro antojo.
De hecho pienso que damos la espalda a la naturaleza y cada cual se crea su mundo, a gusto propio, y en muchos casos en oposición al de los demás, solo para ser más que los demas. O ser distinguido. De ahí los conflictos.
Si viviesemos cara a la naturaleza solo el dolor de la muerte nos haría infelices.
Hoy en dia la naturaleza se está muriendo, invadida por miles de mundos propios y enfrentados. No nos queda más remedio que alinearnos con alguno de estos mundos o crearnos el nuestro propio. Y esperar a que la naturaleza nos elimine, si es que nosotros no la eliminamos antes.
Coñe, podemos crear mundos contra la naturaleza, pero el día que nuestros mundos destruyan la naturaleza nuestros mundos dejarán de existir!!!!
Somos como el ébola, matamos nuestro mundo y luego morimos con él.
¿Y si en vez de ser manejo, fuese adaptación?
¿Podemos elegir?
Yo he tomado la decisión de ser dueño de mi tiempo y aunque sé que pierdo una “seguridad” que te da un contrato indefinido y una buena pensión de jubilación, ya no me importa. Lo único de lo que estoy seguro es de que quiero tomar las riendas de mi vida, tanto en el aspecto emocional como laboral.
Pedro, comparto contigo tu reflexión sobre la Navidad. Muchas personas estamos despertando, el círculo vicioso de mejor casa, mejor coche, consumir y consumir porque sí, se está rompiendo. Hay centenares de miles de pisos por vender; los bancos ya no conceden créditos ni hipotecas.
Pero esto cambiará de aquí un tiempo y nos volverán a poner anuncios por televisión y propaganda en los buzones para que volvamos a endeudarnos.
No nos dejemos embaucar… no se puede vivir a crédito, por encima de nuestras posibilidades. La auténtica felicidad no está ahí, porque no buscarla adentro de cada uno? es gratis¡
Mertxe, estoy seguro que los indígenas “beiradeiros” son más felices que yo. Pero voy a ir tras ellos, procurando tomar lo que me sirve de esta sociedad para conseguirlo.
Un abrazo de mi alma sonriente.
La vida en la Tierra tiene millones de años, el tiempo de nuestra permanencia en Ella, pongamos ochenta años, representaría un segundo para Ella.
La Madre Tierra acabará antes con nosotros que nosotros con ella, no tengo ninguna duda de ello. De toda manera creo que la mejor herencia que les podemos dejar a nuestros hijos es un mundo mejor que el que encontramos, no más dinero ni mas cosas.
Gracias por vuestros comentarios, veo que estamos en la misma onda. Me alegro que cada día haya más personas dispuestas a “romper sus hilos” y caminar por sí misma.
Toda crisis tiene su aspecto positivo, por lo menos muchísima gente se está dando cuenta de las idioteces que se compran y la cantidad de productos que no sirven para nada, solo para destrozar el medio ambiente y vaciar los bolsillos.
Me ha parecido un titulo muy sugerente, pues realmente quien maneja los hilos de esta sociedad, me pregunto yo,
El gobierno, los bancos, América quizás, China ahora es curioso no saber quien los mueve,
Tan fácil como seria saber quien mueve en mi casa los hilos,
También da que pensar ,manejo yo mi emociones como debería yo si son mis neuronas las que mueven los hilos y yo bailo a su son, creo que esto es acertado, para mi.
Difícil dilema nos ha colocado hoy nuestra Mertxe Pasamontes,,,
La reflexión que apuntas es muy a tener en cuenta, pero creo que simplificas. Hay que ser muy iluso para creer que las decisiones las tomas sólo tú, que es posible esquivar los “otros criterios”. Me explico. Todos tenemos una religión, una familia, una lengua materna, un país de procedencia, a veces uno distinto de residencia, una fecha concreta de nacimiento, un estatus, una herencia genética… Demasiados factores influyendo ahí para creer que uno hace las cosas que le da la gana, sin más. En el texto de La Vanguardia que citas, por ejemplo, dice que esas mujeres indígenas se dedican a cazar, que la caza es cosa de ellas. ¿Os habéis preguntado qué pasa si uno nace mujer allí y no le gusta la caza? A lo mejor resulta que no son tan libres. Os recomiendo la lectura de “La distinción” de Pierre Bourdieau(http://es.wikipedia.org/wiki/Bourdieu), un magnífico tratado sobre las bases sociales del gusto que explica, en parte, lo que os decía. Saludos
¿Es posible creer que uno se puede desligar de todos sus determinantes? ¿Qué es un individuo sin todos los elementos que han ayudado a conformarlo? ¿Por qué se parte de la base de que dejarse influir siempre es malo? ¿De verdad existe un “yo” desnudo de todo eso? ¿Y para qué sirve empezar y acabar en uno mismo?
Hola Ana. Gracias por tu comentario.
Claro que simplifico! No trato de decir en ningún momento que tenga ninguna verdad absoluta, sólo comentar que tal vez, las cosas, no es necesario complicarlas tanto. Sólo eso.
Yo no he afirmado (y si se entiende así es que no he sabido explicarlo) que los indígenas sean más felices que nosotros. Lo que he dicho era una afirmación que funcionaba en el otro sentido, es decir, que nosotros nos creemos (en muchos casos) más felices que ellos.
Y lo que trataba de explicar es que muchas veces no necesitamos tanto como pensamos para ser felices. Y estos indígenas de los que hablamos son una prueba de ello (como generalización, seguro que habrá personas dentro del grupo que no se sienten así).
Un saludo
Mertxe
Ea, pues seamos “razonables”. Ni simplifiquemos ni compliquemos. Vayamos al grano.
Soy informático y fotógrafo.
No se nada de filosofía ni psicología social. Escribo mal.
Mis hilos los maneja mi mujer, mis hijos, la hipoteca y el trabajo (el orden casi sería este también).
Y según escribo me doy cuenta que posiblemente esto sea así casi para todos. Y digo todos. Eso sí adaptando ciertos vocablos y en otros casos añadiendo además religión, política y sociedad.
Aplaudo tu valor de reconocer eso “hilos” Rafael!
ES el primer paso, tomar conciencia. Todos tenemos ataduras, es difícil no tenerlas, somos seres sociales.
El verdadero problema para mí, lo constituyes las ataduras “que no vemos”, esas que no hemos escogido pero que están ahí, guiando muchas de nuestras decisiones sin que apenas nos demos cuenta de ello.
¿Te refieres a esas que, cuando identificamos, nos hacen ser aún más infelices? A lo mejor es mejor ni tan siquiera pensar en ellas, jijiji.
De acuerdo en que no necesitamos ni la mitad de lo que compramos (capítulo aparte merece la Navidad)y en que gente con mucho menos no es necesariamente más infeliz. De acuerdo también en que hay algunos hilos “malos”, a evitar, como por ejemplo todo lo que uno hace únicamente para conseguir la aceptación o el amor de los demás (cosas que en el fondo tú no harías de no ser por ellos). Pero luego pienso en Mozart o en Jeff Buckley o en Michael Jackson en sus buenos tiempos, hombres con un padre distante o directamente tirano que no les dejó otra opción que una personalidad hipotecada. ¿Habríamos disfrutado de su música de no ser por esos hilos? ¿Hubieran sido mejores en sus vidas sin hacerles caso? Sólo trato de explicar, Mertxe, que es tremendamente difícil saber dónde está el límite entre las influencias negativas y las positivas, y que a veces me parece que se abusa de la importancia dada al ser individual. De hecho sabrás que, en las ramas más pioneras de cualquier ciencia de la salud, ya no se habla de individuos enfermos sino de sistemas enfermos. En el caso de una familia con un miembro esquizofrénico, ¿significa que el resto de la familia está perfectamente? Gracias a ti por tu blog y tu feedback. Saludos y feliz tarde.
Ah, y yo también creo que Rafael es muy valiente 🙂 Mi consejo (de estar por casa y con el permiso de la autora del blog que es quien corta el bacalao) es que ya que tienes la capacidad, identifiques todas las ataduras. Quizá puedas cambiar las que menos te gusten, aceptar las que ni puedes cambiar ni te molestan demasiado y dar gracias por las que te hacen feliz cada día de tu vida.
También con el permiso de la autora.
Muchas gracias Ana por el consejo.
De hecho es algo que hago minuto a minuto.
Creo que algunos lo llaman sobrevivir.
Je, je. No me hagais mucho caso, me encanta “liarla”.
Gracias de nuevo Ana.
Gracias a los dos por tan interesante debate. Yo también creo como tú Ana, que a veces se da demasiada importancia al yo individual. Todo requiere un equilibrio. En este caso puse el énfasis en la parte social “opresora”. Aunque también la hay liberadora.
Un abrazo a los dos
Recupero las palabras de Rafael: “Mis hilos los maneja mi mujer, mis hijos, la hipoteca y el trabajo (el orden casi sería este también). Y según escribo me doy cuenta que posiblemente esto sea así casi para todos. Y digo todos”
No, todos no, yo he navegado mucho en contra de la corriente, no he seguido consejos “razonables” de personas que me querian porque lo que me aconsejaban no era lo que en mi yo interior queria hacer. Evidentemente muchas veces han tenido razón y he tenido que asumir mis errores, otras veces mis decisiones me han llevado por buen camino o al menos me he sentido mas feliz haciendo las cosas a mi modo que del modo “correcto según la sociedad”, aunque siempre siempre he pagado un precio muy alto por esa “libertad”: primero, la soledad en que estas a veces y segundo, la no tenencia de posesiones materiales (ni casa propia, ni chalet en la playa, ni coche grande, ni TV panoramica), la falta de estabilidad laboral y a veces cierta precariedad economica. Pero también es cierto que esa libertad me ha permitido vivir sin hipoteca, terminar relaciones cuando estaban acabadas y cambiar de trabajo cuando estaba atrapada. Me ha permitido ser valiente y no tener miedo. Pero continuamente me cuestiono si es bueno o malo ser asi, si soy mas feliz o menos que la gente “atrapada”. Realmente no estoy tan segura. Por eso nunca recomiendo que nadie siga mis pasos.
Betelgueuse es una de mis estrellas favoritas! Super Gigante Roja de la costelación de Orión.
Leyendo tu comentario se me vienen a la cabeza dos ideas:
– el DO, creo recordar que significaba “el camino”, y creo recordar también que su filosofía estaba en ser capaz de adaptarse para vivir en “armonia”. Lo que tal vez no signifique vivir feliz, ni que te dejes llevar por los hilos de otros. Tal vez que aproveches los hilos, sea cual sea su procedencia, para buscar la felicidad.
– recuerdo una foto de los 60-70… dos parejas paseando, que se cruzan, los dos hombre miran de reojo y por detrás de sus respectivas mujeres, a la mujer del otro. Todos queremos lo que tienen los demás, sin saber tan siquiera si es mejor o peor que lo que nosotros tenemos. Tal vez sea bueno mirar en nuestro interior y, simplemente, preguntarnos si somos felices con lo que tenemos, con lo que hemos elegido, con lo que nos hemos encontrado o con lo que nos han impuesto.
La seguridad de ser bueno o malo… ¿para quién? Es para tí para quién importa. Solo importaría a los demás si fuese malo para ellos. ¿Pasar el tiempo pensandolo en lugar de pasarlo disfrutandolo?
Por último, recomendar es mover un hilo. Yo prefiero contar anecdotas. Sí, es parecido, pero solo muestro el hilo, no lo muevo, jeje.
Conste que esta última afirmación no soy capaz de cumplirla siempre.
Hola Rafael, me referia bueno o malo para mi,claro,y sobre todo para mis hijos, lo que yo haga les afecta directamente, por eso me entran dudas tantas veces, no se si les estoy enseñando el camino correcto o no. Lo unico es que intento que sean capaces de pensar por si mismos y no dejarse simplemente llevar por la corriente, las modas..Aun son pequeños, el tiempo dirá. A veces creo que pienso demasiado, si.
Me ha sorprendido gratamente que conozcas la estrella roja Betelgeuse, en Navidad la tendremos ahí en todo lo alto cada noche.
Hola betelgeuse.
Los hijos son parte de nosotros mismos. De ahí todo lo que nos hacen sufrir, por lo que ellos hacen o por lo que nosotros dejamos de hacer (supongo que me entenderás).
Yo veo betelgeuse todas estas mañanas desde la ventana de mi baño. Primero sirio y luego… mirada a orión. No lo entiendo, si estoy seguro de que va a estar ahí, jajaja
Mi alma tiene prisa
Conté mis años y descubrí que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante que el que viví hasta ahora. Me siento como aquel joven que ganó una caja de dátiles; los primeros los comió con displicencia pero, cuando percibió que quedaban pocos, comenzó a roer hasta el carozo…
Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades. No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados. No tolero a seres ventajeros. Me molestan los envidiosos que tratan de desacreditar a los más capaces, para apropiarse de sus lugares, talentos y logros.
Ya no tengo tiempo para proyectos megalómanos. No participaré de conferencias que establecen plazos fijos para erradicar la miseria en el mundo. No quiero que me inviten a eventos de un fin de semana donde se pretende solucionar los problemas del milenio.
Ya no tengo tiempo para reuniones interminables donde se discuten estatutos, normas, procedimientos y/o reglamentos internos.
Ya no tengo tiempo para soportar melindres de personas que, a pesar de su edad cronológica, son unos inmaduros.
No quiero ver las agujas del reloj avanzando en reuniones de “confrontación”, donde “tiramos todos los hechos sobre la mesa”.
Detesto ser testigo de los defectos que genera la lucha por algún majestuoso cargo.
Recuerdo ahora a Mario de Andrade, quien afirmó: “Las personas no discuten contenidos, apenas los títulos”. Mi tiempo es escaso como para discutir títulos; quiero la esencia, mi alma tiene prisa.
Sin muchos dátiles en la caja, quiero vivir al lado de gente humana, muy humana; que sepa reír de sus errores, que no se envanezca con sus triunfos, que no se considere electa antes de hora, que no huya de sus responsabilidades, que defienda la dignidad de los marginados y que desee tan sólo andar al lado de Dios.
Caminar junto a cosas y personas de verdad, disfrutar de un afecto absolutamente sin fraudes, nunca será pérdida de tiempo. Lo esencial es lo que hace… ¡que la vida valga la pena!.
Hoy me siento afortunado. Gracias a todos por vuestras reflexiones.
Yo soy feliz con lo mas mínimo, he simplificado mi vida lo mas que he podido, he dejado de ver la televisión,( me contamina emocionalmente)Me cuesta no seguir con lo habitual, pero lo estoy intentando dentro de unos limites, tengo hijos, y vivo aquí en este planeta…… pero lo intento
He perdido amigos, los que no me aportaban nada, los que me ponían nerviosa por su actitud, me he quedado con los que me dan armonía, ganas de reír y los que se alegran de que mi vida me vaya bien. Estos son los verdaderos amigos.
Compromisos sociales los justos y solo si me apetecen, la familia solo la necesaria, las comidas de empresa, las familiares, todo reducido.
Unirme a la naturaleza me esta ayudando mucho.
he descubierto los pajaros,(cantan a segun que horas)
Tambieén he descubierto el mar,(en el, hay olas y en las olas nadan peces )
Arboles verdes,
El viento y las estrellas
Ahora soy feliz………
Cuando vives la vida desde la naturaleza pierdes el miedo.
El miedo paraliza,la naturaleza te une al amor.
El miedo es lo contrario al amor.
Si hay miedo, no hay amor.
Si desechas el miedo el amor entra en tu vida con mucha facilidad.
Con amor hay felicidad.
Felicidad y amor van de la mano.
Revisaba en yahoo sobre Fortuny cuando descubri
esta pagina web.