El momento de cambiar es ahora
Ya he hablado en este Blog en algunas ocasiones que una de las cosas que más nos cuesta hacer como seres humanos es cambiar. Podemos leer frases y frases sobre el cambio, sobre el hecho de que lo único que no cambia es el cambio e incluso podemos repertirlas y aclamarlas. Pero a la hora de la verdad, a la hora de enfrentarnos con nuestro cambio personal, en el momento en que hay que salir de la zona de confort (sabéis que no me gusta esa expresión pero es la que entiende todo el mundo), pero no como un gesto vacuo, sino como una decisión firme, en más de una ocasión nos echamos atrás, nos “rajamos”. El momento de cambiar es ahora.
Nuestra resistencia al cambio es una de las cosas que nos caracteriza como humanos. Ya he comentado en numerosas ocasiones, pero creo que conviene recordarlo, que nuestro cerebro tiende a la rutina. Las actividades repetitivas, incluso aquellas que nos puedan perjudicar, crean circuitos cerebrales que nos hacen ahorrar energía. Los organismos son grandes ahorradores de energía y suelen escoger el camino que les permita el mejor rendimiento con el menor coste energético. Esa es una inercia que en el pasado nos pudo servir para sobrevivir, pero en la actualidad en sociedades occidentales nos puede llevar al inmovilismo.
Ya comenté en el post sobre Si me conviene ir al psicólogo que una de las formas de efectuar el cambio es contando con una ayuda externa, ya que lo más natural es que nosotros mismos seamos ciegos a ciertas áreas de nuestro propio ser, de nuestro carácter, de nuestras actitudes y comportamientos. Llevamos tanto tiempo conviviendo con nosotros mismos que en muchas ocasiones ya no sabemos quiénes somos. Como decía hace poco, estamos tan metidos en nuestro personaje, en nuestra máscara, que ya ni la vemos. A veces, podemos hacer avances hablando con un amigo, pero como ya expliqué en otro post, un amigo tiene otras funciones que hacernos de terapeuta y habrá terrenos en que precisamente por ser amigo no entrará. Y es en esos “terrenos” en dónde hay que entrar para que algo cambie.
Hay estudios que nos dicen que sólo cambiamos cuando las circunstancias externas nos presionan o cuando el malestar interno es tan grande que nos obliga a hacerlo. Es algo que puedo constatar también por mi experiencia como psicoterapeuta y coach, ya que sucede en numerosas ocasiones. No obstante, no deja de ser algo que me resulte chocante ya que esa estrategia, si bien nos obliga a cambiar pues estamos entre la espada y la pared, muchas veces lo hace con nuestros recursos (tanto externos como internos) al mínimo. Pondré un par de ejemplos. Si tienes la sospecha de que te van a despedir, no has ahorrado nada, no cuentas con otras fuentes de ingresos, no has preparado ningún plan B y sólo tienes derecho a cuatro meses de paro (con suerte), si te despiden, tu margen de maniobra va a ser pequeño. Es obvio que te verás en la obligación de moverte y actuar, pero el límite económico temporal, puede restarte oportunidades. Eso sería un problema más de “recursos externos”. Del mismo modo, si te sientes mal, desanimado, con pocas ganas de hacer nada y esperas a caer en una depresión aguda para pedir ayuda, cuando llegues al tratamiento lo harás bajo mínimos. Tus “recursos internos” están agotados.
Por eso, cuando alguien me pide información para empezar un tratamiento porque siente que las cosas no van bien, o se siente atascado o en una situación problemática, siempre me deja un cierto “mal cuerpo” que decida empezar más tarde, después de vacaciones o en otro momento “más adecuado”. El momento de cambiar es ahora. El día para dejar de fumar o empezar la dieta es hoy. El día para empezar a cambiar aquello que no te gusta de tu vida es hoy. Es obvio que puede haber condicionantes externos y momentos en que sea más fácil hacer las cosas que otros, pero si no deseas de verdad el cambio, lo suficiente para empezarlo ya, en este mismo momento, es que tu motivación es poca. Y si la motivación es débil, si cualquier excusa te es buena para postergar, para procrastinar tu vida, seguirás haciendo lo mismo que has hecho siempre.Y por tanto, obteniendo los mismos resultados de siempre.
Como dice un antiguo cuento de la tradición oriental:
El aprendiz visitó su maestro un día y le preguntó: Maestro, ¿ cómo puedo llegar a la iluminación? . El viejo sabio se llevó al aprendiz al rio sagrado, el Ganges. Le hizo arrodillar en la orilla y poner la cabeza justo encima del agua. Entonces el maestro colocó la mano encima de la nuca del aprendiz.
Empezó a empujar y meter la cabeza del aprendiz completamente en el agua. Después de un minuto el aprendiz se puso muy nervioso. Después de un minuto y medio el aprendiz entró en pánico, se movía bruscamente, agitaba los brazos, el cuerpo y la cabeza para poder salir. El maestro le mantenía debajo del agua. No podía sacar la cabeza del agua. Después de dos minutos cuando pensaba que se iba a ahogar, el maestro le soltó.
El aprendiz saltó del agua, deseando respirar. El maestro se reía; ¿Dime cuál ha sido tu deseo más fuerte ahora?
Poder respirar, dijo el chico.
Ahora bien- dijo el maestro – si tu deseo hacía la iluminación es igual de fuerte, entonces la recibirás.
Cuando desees el cambio como el aprendiz deseaba respirar, lo conseguirás. Y eso no quita que estás en tu derecho de no cambiar, es tu decisión. Pero por lo menos no pongas excusas tontas, no te engañes. Reconoce que no lo quieres suficientemente. Y si entonces todo sigue igual, por lo menos no te quejes. 😉
¿Hay algún cambio en tu vida que estás postergando? ¿Te atreves a mirar hacia dentro y reconocer por qué?
Si quieres escuchar el post en formato podcast aquí lo tienes:
Mertxe Pasamontes
Comments
🙂 fantastico post.
Cuando se decide hacer algo solo hay dos opciones.
Hacerlo o poner escusas… no te engañes.
Jajaj cuantas veces me repito eso internamente..y que razón tienen esas palabras.
Felicidades por el blog.
http://Juanmanuel-rey.com
🙂 fantastico post.
Cuando se decide hacer algo solo hay dos opciones.
Hacerlo o poner escusas… no te engañes.
Jajaj cuantas veces me repito eso internamente..y que razón tienen esas palabras.
Felicidades por el blog.
http://Juanmanuel-rey.com
.-= Ahora mismo, en el blog de juanmanuel_rey: SEO Youtube: ¿Cómo posicionar mis vídeos en Youtube? =-.
Genial! como siempre.
Gracias Mertxe, no sabes realmente lo que ayudas con estos post.
Un abrazo.
Alex M.
y más botones para compartirlo en más sitios? he echado de menos Linkedin y algun otro…
😉
Gracias por comentar! Sí, he de poner más botones, a ver si tengo un momento….
Dado que somos reacios a la hora de cambiar a menos que aparezca un tsunami en tu vida, y es cierto que en esos momentos estamos muy desteñidos y el cambio puede llevar más tiempo porque urge apuntalar aspectos my básicos, creo que lo mejor es que si alguien quiere seriamente cambiar acuda a un profesional que lo ayude. Un mentor que te guíe para conseguir tu bienestar personal.
.-= Ahora mismo, en el blog de Paula: Cataratas del Iguazú: paseos de la luna llena =-.
Completamente de acuerdo con todo. Hay que querer!! Si se quiere, se puede!!
En la era espacial pueden encontrarse aleaciones mas duras que el acero, pero por duras que sean parecen mantequilla en la sarten cuando se comparan con las “conexiones” de nuestras neuronas.
El cambio es 99.9999% imposible – afirmación que no he leído en ninguna parte y de la que no hay estadísticas que la confirmen, al menos que yo sepa -, y para no esperar a estar casi ahogados para movernos hay un truco: empecemos por un problema – debe haber un problema – que exige una solución adecuada que está escondida entre otras 99 que lo parecen pero no lo son.
Eso me lleva a plantearme que hay algo que desconozco, y el truco es ese, averiguar qué es lo que yo no se. Seguro que esa “investigación” me va a llevar a varios fracasos, es decir, con el tiempo voy a ser más sabio gracias al “proceso”.
Después de un tiempo voy a ser el mismo de siempre, sólo que con más conocimiento, más experiencia que antes, es decir, que he evolucionado sin necesidad de negarme a mí mismo, más bien sumando, agregando, solucionando el problema que tenía.
Al menos en mi experiencia ha funcionado, sin trauma ni complicaciones: por eso es muy bonita esa frase que dice “sólo se que nada se”.
Hola a tod@s,
Enhorabuena Mertxe por el post, muy enriquecedor. El muchas veces temido cambio, cuyo principal problema está en la mente y no en la realidad. Una vez que te decides a actuar, te das cuenta de que no era para tanto, y además, te alegras porque aprendes y evolucionas. Reconozco que a mí también me da miedo el cambio en ciertas cicustancias, aun sabiendo que es bueno.
Saludos a todos!.:-)
Buenos días,
Genial el mensaje de “actúa ahora”. Aunque tengo una duda, ¿realmente podemos cambiar? ¿O simplemente podemo limar ciertas asperezas? Por mucho que nos empeñemos en cambiar ciertas cosas, “la cabra siempre tira al monte”. Primero debemos detectar en qué momentos a la cabra le dan los arranques hacia el monte y después encontrar mecanismos para conseguir frenar a esa cabra y que no llegue al monte a toda velocidad. Espero haberme explicado.
Saludos a todos/-as,
Alba Torres
Hola Alba. Difícil pregunta la que haces… pero tu misma te la respondes bastante bien. Podemos detectar las tendencias de nuestra personalidad y tener mecanismos para no dejarnos arrastrar tanto por ellas. A más lo hagamos, más tendremos eso como nuevo hábito. Y más fácil será que en el futuro esa tendencia sea menor. De alguna manera la personalidad no cambia, pero se pule y se puede poner “en standby” y dejar que el verdadero Yo actúe sin estar tan atado.
Gracias por el post, me ha gustado mucho, lleno de sinceridad…a mi me pasa.
feliz día!!
Que bueno el post.
Que bien nos iría a todos el no postergar las cosas. El momento es ahora.
Guau! Maravilloso el post, como siempre, pero este especialmente. Vas directa a donde más duele. Menkanta! porque precisamente hablas de una filosofía que llevo siempre conmigo…pero mira por dónde, ahora me encuentro en uno de esos momentos en que tengo que tomar una decisión importante con 2 caminos a elegir…y como no, uno de ellos implica un gran cambio…y en ello me encuentro, sopesando, balanceándome intentando decidirme y no equivocarme…Qué difíciles son estos momentos porque al final, es cuando nos damos cuenta que el cambio empieza y termina en nosotros mismos y que es algo que nadie puede hacer por nosotros…y eso es lo que da más miedo…sentirse el único amo y responsable de nuestras decisiones…Confío en que todo irá bien…más que bien!
Un besazo Mertxe!!!
Hola Mertxe, este post que por cierto, me ha encantando, me recuerda una escena típica que suele repetirse en innumerables comidas cuando finaliza el año y son los “deseos de cambio” que acompañan al nuevo año que llega, cada año. Buenos deseos, grandes ilusiones y aún mejores intenciones que se quedan muchas veces en el camino.
Creo que el primer error que se comete es esperar al año nuevo. No hace falta esperar, como bien dices “el momento de cambiar es ahora”.
Luego hay dos cosas muy importantes. Una es la motivación y se necesita tanta como la del aprendiz que quería respirar y has relatado en el post.
La segunda, la constancia. Así hay quien logra empezar, con una gran motivación, pero hay determinados cambios que no se producen en un día, ni dos, sino solo luego de mucho tiempo a través de la constancia.
En mi área profesional, el mundo de la empresa, es una cuestión que cada día se observa que hace falta. Hay cambios que hacer, muchas veces existe la conciencia de ese cambio, pero la gente se queda esperando el momento oportuno, pero cuando creen que llega el momento empiezan a crear un cambio con una motivación mal cimentada que a falta de constancia queda en nada.
Pero por fortuna es un tema en el que cada vez las personas adquirimos más conciencia, solo hay que ver la cantidad de comentarios que ha generado tu post.
Un saludo!
.-= Ahora mismo, en el blog de Giancarlo Reyna Zorrilla: Las siete esferas profesionales y lo que me han aportado =-.
Menudo nivel de comentarios! Gracias a todos por vuestras aportaciones, enriquecen muchísimo el contenido del post.