Tres caminos para ser más felices
Hablo de caminos porque la felicidad es un camino, no un destino final. Y casi todos decimos querer ser más felices, o perseguir la felicidad pero a veces lo hacemos por caminos erróneos. Nos dejamos llevar por lo que el “sistema” ha decidido que es el modo de obtener la felicidad y nos olvidamos de lo que realmente nos satisface de verdad, aquello que llena nuestro corazón de dicha. En estos momentos de crisis que estamos pasando toda ayuda es poca para afrontar las dificultades. Pero es que además, hay que seguir persiguiendo no sólo “no estar mal” sino “estar realmente bien”
Ya os dije al empezar el año que en gran medida esa felicidad se encuentra en las pequeñas cosas, esas cosas cotidianas que sólo echamos de menos cuando nos faltan. Recuerda algún día que por ejemplo, te cortaron el agua para hacer una reparación y te descubriste a ti mismo añorando esa ducha que cada mañana te das de manera rutinaria, posiblemente sin pensar en ello como algo especial. Así que un camino es obviamente, estar presente, estar en cuerpo y alma en ese aquí y ahora que nos permite saborear todos esos momentos del día, que aunque sean pequeños en apariencia,son enormes en satisfacción.
El segundo camino proviene del contacto con tu interior. Son tantos los post en los que he hablado de mirar en tu interior, de descubrirte, de gozarte y amarte que no podría citarlos todos. Pero es que no podemos estar felices “fuera” si no estamos felices “dentro”. Y para llegar ahí hay multitud de opciones y aunque yo os recomiende la psicoterapia ya que es una de las que mejor conozco y obviamente más he practicado tanto en mi propia piel como en la ajena, hay muchos otros que pueden ayudarte a encontrar esa conexión contigo mismo. Y además muchas de esas vías son complementarias, nada te impide usar varias de ellas a la vez. Y ¿por qué has de estar bien contigo mismo? Porque cuando estés bien contigo mismo, estarás libre para empezar a meditar en el mundo, es decir, a poner toda tu atención y energía en aquello que estás haciendo en cada momento, a sentir de verdad el momento y en ese proceso fluirás de verdad con la vida. Se detendrá tu diálogo interno perturbador y sólo estará ahí, en cada situación, lo que de verdad importa.
El tercer camino es el del altruismo. Son muy numerosos los estudios que indican que una de las maneras en que obtenemos más satisfacción es ayudando a los demás. Aunque muchas veces estar en un sistema capitalista nos empuje a pensar que mirar egoístamente sólo por uno mismo, es lo mejor. Pero todos los que estamos en profesiones de ayuda y muchos otros que también emplean parte de su tiempo en ayudar a los demás, sabemos la enorme satisfacción que se obtiene cuando ayudas a otra persona, por pequeña que sea esa ayuda. Porque además, para que una sociedad funcione ha de haber un mínimo de bienestar en todos sus miembros. Como dice Vander Zanden: La conducta prosocial es decisiva tanto para el funcionamiento de los grupos sociales como para el bienestar de sus miembros. En el más fundamental de sus niveles, la sociedad humana se basa en la disposición de las personas a trabajar en común y compartir los beneficios de su labor mutua. Es cuestionable que una sociedad pudiera perdurar si sus miembros no estuvieran dispuestos a sumir responsabilidad por el bienestar de cada cual y a conducirse de manera positiva, auxiliando a los demás.
Esta ayuda, tiene además un mayor impacto, cuando al “ayudado” se le permite algún tipo de reciprocidad. Voy a citar un ejemplo que he conocido gracias a mi amiga Paula Colantonio que es Confianza Solidaria. La labor básica de este proyecto solidario es recoger comida para dársela a personas que la necesitan, sea en crudo para los que tienen casa o preparada para aquellos que no la tienen. Cualquiera puede ser voluntario, incluso los que reciben ayuda. Es decir, tú puedes necesitar ayuda para comer pero a la vez puedes ayudar a recoger la comida o a cocinarla o a repartirla. Eso ayuda a que nadie tenga que sentirse en posición de víctima, que todos puedan contribuir en la medida que deseen. A su vez se crea un tejido social de personas que colaboran para lograr un bien común. Dar y recibir.
Leer este maravilloso cuento de la India:
Un hombre cercano ya a la muerte fue a ver a un maestro para preguntarle:
-Hombre sabio, dime cuál es la diferencia entre cielo e infierno.
El maestro dijo:
-Veo una montaña de arroz humeante y sabroso, y alrededor una muchedumbre de hambrientos. Sus palillos son más largos que sus brazos, así que cuando prenden la comida, no pueden llevársela a la boca y son víctimas de la frustración y el sufrimiento.
Ese es el infierno -contestó el maestro.
-¿Y el cielo? -volvió a preguntar el viejo.
-Veo una montaña de arroz humeante y sabroso, y alrededor una muchedumbre alegre. Sus palillos son más largos que sus brazos, pero han decidido, al prender la comida, dársela los unos a los otros. Ese es el cielo.
Tenéis tres caminos para practicar esa búsqueda de la felicidad que todos merecemos y yo os aconsejaría que siguierais los tres. De algún modo van unidos, se retroalimentan, forman una especie de unidad invisible en que el avance por uno de ellos te hace avanzar en los otros. Están además alineados con ese nuevo tipo de sociedad que tiene que emerger de todo esto que estamos viviendo. Hemos llegado hasta aquí siguiendo un modelo que se ha agotado y es tiempo de cambiar. Y el cambio de cada uno de nosotros individualmente puede no parecer nada pero sumado, tiene una gran fuerza. Y aunque empecemos solos, no podemos hacerlo solos. Cambiar cada uno, cambiar junto a los otros, cambiar unidos de la mano. Es un gran reto.
¿Vas a seguir estos caminos?
Comments
Gracias, Mertxe por difundir la labor de Confianza Solidaria. Para quien quiera contactar con esta ONG de vecinos, que ayudan a vecinos dejo la dirección del nuevo blog y página en facebook. Un abrazo fuerte.
BLOG: http://www.confianzasolidaria.blogspot.com.es/
FB: https://www.facebook.com/pages/Confianza-Solidaria/518688071476672
Apártate de los caminos frecuentados y camina por los senderos..
PITÁGORAS de SAMOS
En la vida hay dos caminos: Uno el que buscas y otro el que te encuentras. El que te encuentras son interrogantes, y el que buscas son respuestas.
Anónimo