¿Te quieren por lo que eres?

Cuenta una antigua historia que en el siglo XV vivió el monje más famoso de todo Japón, Ikkyu, que era hijo ilegítimo del emperador. Cuando el príncipe de la provincia en la que vivía decidió dar una gran fiesta invitó a Ikkyu, reservándole un honroso lugar a a su lado. El día de la fiesta el monje apareció humildemente vestido, casi parecía un mendigo, con lo cual el príncipe montó en cólera y lo expulsó. Luego Ikkyu regresó ataviado con buenas vestimenta y, una vez en el palacio, se las fue quitando lentamente y las dejó en una silla. -¿Qué estás haciendo?, preguntó el príncipe- Te había entendido mal, pensaba que me habías invitado a mi, pero invitaste a mi vestimenta, así que aquí la dejo- respondió Ikkyu.
Este cuento tradicional nos viene muy bien en un momento en que la sociedad en que vivimos es «del espectáculo» como decía Guy Debord, “Todo lo que una vez fue vivido directamente se ha convertido en una mera representación”. Debord argumenta que la historia de la vida social se puede entender como “la declinación de ser en tener, y de tener en simplemente parecer”. Creo que tenemos múltiples ejemplos de ello en los medios a diario.
Pero ahora tenemos una nueva forma de relacionarnos en sociedad, en la llamada web social o web 2.0, que nos da la oportunidad de relacionarnos de un modo horizontal, siendo nosotros mismos, auténticos. El problema, es que muchas personas están trasladando los mismo modelos que hacen funcionar la sociedad Offline al mundo Online. Y de nuevo eso provoca que se valore más la apariencia que el fondo y que aunque muchos sepan que «el emperador va desnudo» pocas personas se atrevan a decirlo en voz alta. Está mal visto. O tal vez pensamos que al final, se sabrá. Igual que la mano invisible del mercado no ha funcionado, no estoy segura que la mano invisible del social media lo haga para señalar quién va desnudo. Aunque tendré confianza en el 2010 y me quedaré con las palabras de Warren Buffet: Sólo cuando baja la marea descubres quién se bañaba desnudo.
¿Te quieren por lo que eres o por lo que aparentas ser? ¿Valoras a los demás por lo que son?
Mertxe Pasamontes
Comments
Tenías razón Mertxe, me ha gustado mucho la entrada!.
Yo tampoco tengo muchas esperanzas en la mano invisible del social media, al igual que la mano invisible de Adam Smith, sólo sirve para justificar y validar el status quo.
La diferencia, en cambio, creo que está en las personas. Las personas visibles y auténticas, que como el monje Ikkyu de la historia, son capaces de desnudarse, no dónde es fácil hacerlo, sino en las situaciones que realmente importan y comprometen. Lo demás, es humo.
No te fíes de las palabras, fíate de las acciones.
Un abrazo y gracias por la historia y la reflexión!
.-= Ahora mismo, en el blog de Mau Santambrosio: Se busca definición de marca =-.
Gracias Mau por el comentario! Me ha encantado esa frase de «desnudarse donde realmente te compromete». Y fiarte de las acciones…..es la clave!!!
Es tan difícil saber si te quieren por lo que aparentas o tienes o por lo realmente eres…Hoy has puesto la historia adecuada para el día que yo tengo.Aún a mis años no se si alguien me quiere tal como soy o solo por egoísmo,es difícil separar las ropas y lujos de nuestra vida. La sociedad nos obliga muchas veces a ser lo que no somos nos guste o no. Yo seria capaz de ir sin ropa,para probar si soy aceptada.
Muy buen relato y mejor aun la pregunta Mertxe, una vez escuche una frase que demuestra lo que es ser autentico, «es como bailar solo frente al espejo de tu cuarto», me parecio genial, tal vez debamos bailar mas frecuentemente asi en nuestras vidas.
Un abrazo.
Merche:
Yo creo que todos utilizamos varios trajes sociales e intentamos construir una imagen de lo que nos gustaría que los demás vieran de nosotros, sea de forma consciente o no. Que las redes sociales permiten que esa imagen sea menos basada en clichés, posiblemente sea así, no te ves constreñido en llevar baqueros o traje, en adscribirte a uno u otro cliché preconcebido que ayude a crear tu identidad social y te permite ser más personal.
Sí, pero no deja de ser la imagen que queremos proyectar de nosotros mismos, lo que deseamos parecer, y en algunos casos hasta puede ser más impostada que en la vida real. Al menos, si acaso, sí que permite saber que es lo que pretendemos aparentar cada uno de nosotros y tal vez nos proporciona un pequeño sabor más directo de la persona que hay detrás de la máscara, pero no deja de ser un constructo de lo que pretendemos mostrar al mundo de nosotros mismos.
.-= Ahora mismo, en el blog de Jose R.: Los catalanes nos segregamos de Las Ideas =-.
El ejemplo del monje es muy bueno. Yo creo que instintivamente todos, de primeras, nos dejamos llevar por lo que uno aparenta ser.
La diferencia está en que algunas personas son conscientes que es una impresión inicial (no les importa verte desnudo o con ropas de mendigo), y otros confunden esa impresión por una visión «real» de esa persona.
ES cierto Miguel que la primera impresión es importante. De hecho, muchas veces es decisiva. Pero si estamos atentos, esa primera impresión puede ser más «del interior» que «del exterior». Y en ese caso, estaremos acertados desde el comienzo. Es cuestión de entrenarlo.
Ains… «Crear» una imagen online es más fácil que «crear» una imagen offline. Enseñas sólo lo que quieres y no estás enfrente de la persona para que te vean con todo ese lenguaje no verbal que complementa tus palabras. Nos vestimos con palabras y no con trapitos…
No sé cómo, en el socialmedia, podemos discernir acciones coherentes con las palabras, como sugiere Mau. Igual es sólo tiempo. Puede que más tiempo que en la calle.
De las preguntas, puedo asegurar que la poca gente que me quiere, me quiere por lo soy. Es que no tengo nada! Y valoro a la gente por lo que es, porque de ellos no quiero nada. Y soy lo menos zen que te hayas echado en cara. Es sólo que ya tengo una edad.
Muás!
.-= Ahora mismo, en el blog de Tona Pou: Una de donde venimos =-.
Tu misma actitud es zen, aunque no te lo parezca. Ese contacto con la esencia es lo que realmente importa. Lo demás es «perfumería».
=D
Nonono! de verdad, no tengo nada! No tengo dinero, no tengo un buen coche, no tengo un buen sueldo ni un buen trabajo ni buenas relaciones sociales de las que sacar provecho. Tengo una perra vieja que en nada se me muere y me veré perdida. Y tengo una flauta travesera y cámaras de fotos heredadas!
No es zenedad, es austeridad obligada!
pero, la verdad, visto asín, de fuera, sí es zen…
Muás! Y si no nos leemos, feliz año!!
.-= Ahora mismo, en el blog de Tona Pou: Una de donde venimos =-.
Exacto Mertxe, lo que vengo a decir es que eso supone un esfuerzo, y el problema es que hay mucha gente que por comodidad no hace ese tipo de esfuerzos, es decir te juzgarán por «el vestido» que lleves.
Un saludo 🙂
.-= Ahora mismo, en el blog de Miguel: Competencia destructiva =-.
Buena reflexión para estos días de reuniones familiares y regalos.
Buenísimo!!! Tanto que lo voy a imprimir!!!
Gracias Mertxe
Elena