6 etapas para el cambio

Introducción
Uno de los temas principales del Blog y de mi trabajo como terapeuta y coach son los procesos de cambio tanto personales como profesionales. , Hoy os voy a explicar cómo funciona el cambio y por qué fases pasamos para efectuarlo.
Por qué hablamos de cambio
En más de 800 artículos es normal que haya hablado en múltiples ocasiones sobre «el cambio» y algunas maneras de llevarlo a cabo. Se podría decir que este es un Blog cuya temática principal es la psicología aplicada, pero también lo es el cambio. Y en cierto modo es lógico, la psicología aplicada no deja de ser un estudio de las diferentes maneras de gestionar el cambio.
¿Y qué entendemos por cambio? La capacidad de abrir nuestras mentes y nuestros mapas mentales a nuevas posibilidades y ejecutar acciones que las lleven a cabo. Porque además no debemos de olvidar que la vida es un perpetuo cambio y transformación y por más que nos resistamos a ello todo está en continuo movimiento. Es decir, o cambias voluntariamente o te cambian (la vida).
Qué es el modelo del cambio
Pero como he dicho en otras ocasiones, es más fácil decir las cosas que hacerlas. Es más fácil pensar en algo que tomar las acciones necesarias para llevarlo a cabo. Por ello creo útil presentar hoy el modelo de cambio de Prochaska y Diclemente, también conocido como el Modelo Transteórico del cambio.
Las principales aplicaciones y estudios que se han hecho con este modelo han sido en el campo de la salud y los comportamientos saludables. Los autores han estudiado las etapas por las que una persona pasa a la hora de tomar una decisión de cambio de comportamiento. Y cómo hace además para llevarla a cabo. Se ha utilizado mucho en comportamientos que puedan suponer una mejora de la salud (hacer ejercicio, abandonar adicciones, llevar una dieta equilibrada, etc…).
A pesar de que ese haya sido el principal ámbito de aplicación, creo que es un modelo que se puede aplicar fácilmente a la mayoría de cambios que tengamos pensados hacer en nuestras vidas.
Etapas del cambio
Las etapas, en las que usaré como ejemplo el dejar de fumar y la ansiedad son las siguientes:
– Precontemplación: en esta etapa la persona no es consciente de tener un problema. Es frecuente que haya mecanismos de defensa como la negación o la racionalización. En nuestro ejemplo sería una persona que fuma y que considera que eso no afecta a su salud, o que diga cosas del tipo «de algo hay que morirse» o » mi tío fumó hasta los 90 años y murió de otra cosa». Si fuera alguien con ansiedad, podría decirse a sí mismo cosas como «es que yo soy así» o «mi madre también era así, es genético».
– Contemplación: en esta etapa la persona se da cuenta de que tiene un problema, empieza a mirar los pros y contras de su situación, pero aún no ha tomado la decisión de hacer algo. En nuestro caso sería alguien que es consciente de que fumar le perjudica, pero no ha tomado la decisión de dejarlo. Puede darse procrastinación en esta etapa, incluso es frecuente que haya excusas, como que no es el momento o que no se ha encontrado el método idóneo para dar el paso. En el caso de la ansiedad sería algo así como «es que la ansiedad no se cura» o «me va a ser muy difícil».
– Preparación: ya se ha tomado la decisión y se empiezan a dar algunos pequeños pasos. En los ejemplos utilizados podría ser: buscar información del tema, acudir a la farmacia a comprar algún producto que ayude a dejar de fumar o pedir hora con un profesional.
– Acción: la persona toma ya los pasos necesarios, sin excusas, ni demoras. En el ejemplo, la persona deja de fumar y realiza las acciones pensadas en el paso anterior. O en el caso del ansioso, empieza una terapia para la ansiedad y va haciendo los ejercicios indicados.
– Mantenimiento: la nueva conducta está instaurada, empieza a ser un nuevo hábito. No obstante en esta fase aún hay que tener algo de precaución, pues es un hábito reciente y el anterior, es decir, volver a fumar, puede asomar si se baja la guardia. O en el otro ejemplo, puedes tener momentos en que te vuelves a sentir ansioso o repites conductas que te llevan a la ansiedad.
– Terminación: el nuevo hábito es ya sólido y es difícil abandonarlo, pues ya forma parte de nuestra vida.
Cuáles son lo bloqueos más frecuentes para cambiar
Creo que leyendo estas fases, sin que comente mucho al respecto, muchos os habréis dado cuenta de por qué algunos cambios que pretendemos hacer en nuestras vidas (en el ámbito que sean) no funcionan. Una de las situaciones típicas es demorarse indefinidamente en la contemplación, encontrando siempre la excusa perfecta para no dar el paso, pero teniendo la conciencia medio tranquila pues es algo «que queremos hacer». Otro error es saltarse la preparación y entrar en la acción sin saber muy bien cómo.
Pero todavía más frecuente es olvidarse de la etapa de mantenimiento. Cambiar una conducta, actitud o hábito es relativamente fácil. Lo realmente difícil es mantenerlo, no volver al estado inicial. Suele ocurrir que una vez hecho el cambio, perdemos algo de fuerza y motivación y es fácil abandonar el objetivo casi sin darnos cuenta. Nos creemos que ya está conseguido.
Cómo utilizar esto de manera práctica
Por eso puede ser útil cuando nos planteamos algún cambio, sobre todo si es de cierta envergadura, estar atentos a estas etapas. Incluso en el caso de que no lo llevemos a cabo, pues nos evitaremos perder el tiempo y la energía que podemos invertir en algo que nos motive más. Especialmente en la fase de precontemplación que muchas veces usamos para quedarnos tranquilos y no tenernos que enfrentar de verdad al cambio.
Pero para eso hay que dejar de autoengañarse. El Yo ideal (o personaje) que proyectamos no es siempre lo que realmente deseamos hacer. Me encuentro en ocasiones con personas que acuden a mi consulta en la etapa de contemplación. Parece incluso que están en la de preparación. Pero en realidad no quieren hacer ese cambio, por el motivo que sea. Creen que quieren pero no quieren. Algunas consiguen hacerse conscientes de la situación y o bien, dar el paso hacia la acción (eliminando resistencias) o bien darse cuenta de que no era un proyecto adecuado para ese momento.
Otras veces no funciona (afortunadamente las menos) y abandonan las sesiones, pues es obvio, que no podemos hacer cambiar a alguien que en realidad no quiere hacerlo. Enfrentarse a la realidad de uno mismo, requiere valor y aceptación. Pues es posible que nuestro verdadero Yo no sea tan ideal como nos creíamos….
¿Cómo te preparas para realizar un cambio? ¿Crees que alguno de los cambios que no te han funcionado se explican con este modelo?
Y si quieres escuchar el post en formato podcast aquí lo tienes:
Comments
Me encanta leerte por la amalgama tan personal que haces de tantas fuentes diferentes. Gracias! Te dije que este es mi blog preferido?
.-= Ahora mismo, en el blog de Paula: Turismo rural en Patagonia =-.
Hola Mertxe:
Magnifico articulo, abusando de tu sapiencia y habilidad para amalgamar información diversa como bien comenta Paula, seria muy interesante saber el papel que juega el inconsciente en este proceso, he escuchado que desde que se tiene un minimo de intención de hacer un cambio, el inconsciente se encarga de ir doblegando la resistencia inercial y apoya de alguna manera el resto del proceso, pero es bien importante conocer las etapas para minimizar los riesgos. ¿Que opinas?
Muy buen post Mertxe y tema por demás importante!
Quisiera destacar dos puntos: uno es la importancia de reconocer la situación que se quiere cambiar (awareness) para poder tomar la decisión de pasar al paso de la acción; pero la fase de mantenimiento creo que es una de las más difíciles por la inmensa cantidad de «tentaciones» tanto externas como internas que nos empujan hacia el viejo hábito. Existe algún método para ayudar a la fijación del nuevo hábito? Gracias por entregarnos siempre excelentes posts! 🙂
Me incluyo entre los que estamos intentando (y en ocasiones criticando con ligereza sino lo consiguen) que nuestros pacientes cambien de hábitos y costumbres.
Reflexionando me encuentro (en algunos aspectos) en fase contemplativa con múltiples excusas, pero de forma permanente, cada uno tiene sus puntos débiles.
Buen post y buena fecha para autoanalizarse, motivarnos y comenzar a actuar personalmente. Nos servirá para conocernos y para comprender mejor las dificultades de nuestros pacientes, y así ayudarles.
Hola Metxe,
pues yo me hago estas preguntas: ¿qué me lleva a volver al viejo hábito, aún sabiendo que todo lo conseguido hasta el momento es bueno? ¿cómo el crear una costumbre en ocasiones surge de manera natural y enseguida se instaura en tu vida y otras veces resulta un verdadero sacrificio?
A mi me ocurre que cuando quiero introducir en mi vida algún «hábito saludable» como al principio es una obligación, con frecuencia siento que mi vida la quiero crear de manera muy cuadriculada, y mi diálogo interno es: bueno, ahora esto, esto y luego lo otro porque sí, venga va que es bueno, me hará sentir bien, ten paciencia…
Se trata de mi resistencia al cambio ¿verdad?
Quien pretenda una felicidad y sabiduría constantes, deberá acomodarse a frecuentes cambios.
CONFUCIO
Nadie debería ser esclavo de su identidad: cuando surge una posibilidad de cambio, hay que cambiar.
GOULD, Elliot
Yo he trabajado durante 12 años en prision y el modelo de >Prochaska y Diclemente era con el que trabajabamos continuamente. Modelo dinamico y circular… que te ubicaba en la etapa de cambio del drogodependiente. Muy útil y necesario… sin duda.. enhorabuena por el articulo.
Voy a tratar de responder a vuestras preguntas en la medida que pueda:
Javier, el inconsciente puede ayudar, pero en la mayoría de los casos se necesita un poco más que la intención si el cambio es algo grande.
Luís, para fijar el nuevo hábito hay que perseverar en él. Si perseveras consigues que realmente se convierta en un hábito y no tener que estar haciendo esfuerzo para mantenerlo.
Carmen, a veces es resistencia al cambio y otras que realmente no es algo que queramos hacer, no está alineado con nuestros valores. Si algo me interesa mucho y está alto en mi escala de valores, lo haré. Si pienso que me conviene, pero en el fondo de mí no le doy mucho valor, será muy complicado hacerlo.
Muy buenas, Mertxe! Antes que nada: felicidades por este blog. Tengo que confesarte que llevo siguiéndolo algo más de un año y que nunca me había atrevido a «dejarme ver».
El motivo de mi comentario es preguntarte si los pasos que expones en tu entrada son aplicables a un cambio más profundo, es decir, en una fobia. Padezco, desde hace unos dos años, un miedo incontrolable a la hora de enfrentarme a una clase; ésto es compartir el aula con 20 personas más. Además, a veces rozo el desmayo al leer en público. Ha sido un calvario, pues soy estudiante y mi día a día se ha visto truncado. Ya he terminado con el apoyo farmacológico y, desgraciadamente, no puedo continuar con el psicológico. Disculpa si mi comentario es inoportuno y muy personal; me es inevitable no contarlo. Precisamente, me encanta hablar de ello porque dejo de sentir presión (la que siento cuando finjo que me encuentro bien)
Muchas gracias por leerme y, una vez más, felicidades!
Si hay que tratar una fobia se ha de hacer de un modo específico. Son miedos irracionales y se sostienen en el inconsciente, el método del cambio sería consciente y no te funcionaría. Yo realizo cura de fobias presencial, si me envías un email te lo puedo explicar.
Excelente articulo, has formalizado las etapas del cambio, me gustó.